Los rebeldes sirios acusan a Damasco de haber trasladado armas químicas
Damasco, AFP
Los rebeldes sirios acusaron al régimen de haber trasladado armas químicas hacia las fronteras de Siria un día después de que Damasco amenazara con utilizarlas en caso de una "agresión extranjera".
"Nosotros, en el comando conjunto del Ejército Sirio Libre (ESL) en el interior, sabemos perfectamente el lugar donde se encuentran esas armas y su posición", indicó el martes el ESL en un comunicado.
"Asad trasladó algunas de esas armas y equipos para mezclar sustancias químicas hacia aeropuertos en la frontera", prosiguió el comunicado sin precisar qué frontera ni si se trataba de aeródromos civiles o militares.
"Según nuestras informaciones, desde hace meses el régimen comenzó a desplazar reservas de armas de destrucción masiva (...) con el objetivo de presionar a la región y a la comunidad internacional", que piden incesantemente a Damasco que ponga fin a la represión iniciada hace 16 meses, agregan los insurgentes.
El lunes, el régimen sirio reconoció por primera vez que posee armas químicas y amenazó con utilizarlas en caso de intervención militar occidental, pero no contra su población, desencadenando inmediatamente advertencias de la comunidad internacional.
Rusia advirtió este martes a Damasco que no debe utilizar armas químicas, recalcando que "Siria se sumó en 1968, con su ratificación, al protocolo de Ginebra de 1925 que prohibía el uso de gases asfixiantes, gases tóxicos u otro gas de este tipo".
En momentos en que los combates se intensificaban en Alepo (norte) y que el ejército regular parecía consolidar sus posiciones en Damasco, la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton afirmó este martes que todavía hay tiempo para que el presidente sirio Bashar Al Asad entregue el poder.
La violencia causó al menos 80 muertos en todo el país, entre ellos 49 civiles, según un balance provisional del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) con sede en Gran Bretaña.
El general sunita Ali Mamluk, hombre de confianza de Bashar al Asad, fue nombrado jefe del servicio de seguridad, una semana después de la muerte de cuatro altos dirigentes en un atentado.
Las fuerzas regulares de Siria concentraron el martes los ataques en los barrios de Qadam y Aasali, últimas áreas de resistencia rebelde en la capital siria, informó el OSDH.
"Luego del asalto, las fuerzas regulares han realizado registros e hicieron varios arrestos", informó la entidad opositora. La víspera, el ejército había retomado el control de la mayor parte de la capital.
Nuevos combates estallaron en Alepo, segunda ciudad del país donde se abrió un nuevo frente después del de la capital Damasco, reconquistada en gran parte por el ejército sirio.
El martes en la mañana hubo manifestaciones en Alepo para reclamar una vez más la caída del régimen de Bashar al Asad, según el OSDH.
Horas antes, un responsable del consejo militar rebelde afirmó que los insurgentes habían "liberado" varios barrios de Alepo. Además ocho prisioneros murieron en la represión de un motín en la prisión central de la ciudad, según el CNS.
Después de una semana de violentos combates en Damasco, las autoridades, dispuestas a terminar con la revuelta iniciada en marzo de 2011, afirmaron que el ejército había recuperado el control de la mayor parte de la capital, a pesar de algunas escaramuzas persistentes.
Unos rebeldes sirios llegan armados a bordo de un vehículo a la ciudad de Selehattin, cercana a Alepo, para atacar la sede del gobierno local el lunes 23 de julio.
Los rebeldes sirios acusaron al régimen de haber trasladado armas químicas hacia las fronteras de Siria un día después de que Damasco amenazara con utilizarlas en caso de una "agresión extranjera".
"Nosotros, en el comando conjunto del Ejército Sirio Libre (ESL) en el interior, sabemos perfectamente el lugar donde se encuentran esas armas y su posición", indicó el martes el ESL en un comunicado.
"Asad trasladó algunas de esas armas y equipos para mezclar sustancias químicas hacia aeropuertos en la frontera", prosiguió el comunicado sin precisar qué frontera ni si se trataba de aeródromos civiles o militares.
"Según nuestras informaciones, desde hace meses el régimen comenzó a desplazar reservas de armas de destrucción masiva (...) con el objetivo de presionar a la región y a la comunidad internacional", que piden incesantemente a Damasco que ponga fin a la represión iniciada hace 16 meses, agregan los insurgentes.
El lunes, el régimen sirio reconoció por primera vez que posee armas químicas y amenazó con utilizarlas en caso de intervención militar occidental, pero no contra su población, desencadenando inmediatamente advertencias de la comunidad internacional.
Rusia advirtió este martes a Damasco que no debe utilizar armas químicas, recalcando que "Siria se sumó en 1968, con su ratificación, al protocolo de Ginebra de 1925 que prohibía el uso de gases asfixiantes, gases tóxicos u otro gas de este tipo".
En momentos en que los combates se intensificaban en Alepo (norte) y que el ejército regular parecía consolidar sus posiciones en Damasco, la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton afirmó este martes que todavía hay tiempo para que el presidente sirio Bashar Al Asad entregue el poder.
La violencia causó al menos 80 muertos en todo el país, entre ellos 49 civiles, según un balance provisional del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) con sede en Gran Bretaña.
El general sunita Ali Mamluk, hombre de confianza de Bashar al Asad, fue nombrado jefe del servicio de seguridad, una semana después de la muerte de cuatro altos dirigentes en un atentado.
Las fuerzas regulares de Siria concentraron el martes los ataques en los barrios de Qadam y Aasali, últimas áreas de resistencia rebelde en la capital siria, informó el OSDH.
"Luego del asalto, las fuerzas regulares han realizado registros e hicieron varios arrestos", informó la entidad opositora. La víspera, el ejército había retomado el control de la mayor parte de la capital.
Nuevos combates estallaron en Alepo, segunda ciudad del país donde se abrió un nuevo frente después del de la capital Damasco, reconquistada en gran parte por el ejército sirio.
El martes en la mañana hubo manifestaciones en Alepo para reclamar una vez más la caída del régimen de Bashar al Asad, según el OSDH.
Horas antes, un responsable del consejo militar rebelde afirmó que los insurgentes habían "liberado" varios barrios de Alepo. Además ocho prisioneros murieron en la represión de un motín en la prisión central de la ciudad, según el CNS.
Después de una semana de violentos combates en Damasco, las autoridades, dispuestas a terminar con la revuelta iniciada en marzo de 2011, afirmaron que el ejército había recuperado el control de la mayor parte de la capital, a pesar de algunas escaramuzas persistentes.
Unos rebeldes sirios llegan armados a bordo de un vehículo a la ciudad de Selehattin, cercana a Alepo, para atacar la sede del gobierno local el lunes 23 de julio.