Hollande y Cameron tratan de dejar atrás sus diferencias
París, AFP
El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, se esforzaron eSTE martes por dejar atrás unos inicios difíciles en su relación pese a sus discrepancias evidentes sobre Europa, en la primera visita oficial del mandatario galo al Reino Unido.
Los dos políticos, que en los últimos meses tuvieron varios desencuentros, trataron de aparecer de acuerdo en la rueda de prensa posterior a su reunión y almuerzo en Downing Street, en la que Hollande defendió incluso una "Europa a varias velocidades".
"Debemos concebir Europa a varias velocidades, cada uno tomando lo que quiere en la Unión", declaró el presidente socialista francés.
"No estamos en la misma situación, el Reino Unido no tiene intención de convertirse en miembro de la Eurozona (...) no pretende frenar" a la eurozona y "nosotros no vamos a obligar a alguien a unirse" al bloque, agregó precisando que ambos entendían sus posiciones respectivas.
Cameron, que en febrero se había negado a recibir a Hollande cuando visitó la capital británica durante la campaña porque respaldaba al saliente Nicolas Sarkozy, también trató de ver positivamente las diferencias con el nuevo inquilino del Elíseo, ideológicamente más alejado.
"Siempre habrá ámbitos en las que no estaremos de acuerdo pero hemos encontrado muchos más puntos en común, no sólo sobre la política europea, sino también en cómo desarrollamos la política europea para el Reino Unido y para Francia en el futuro", declaró el Premier conservador británico.
Cameron recordó que "el Reino Unido quería que la eurozona tuviera una moneda fuerte y estable", y que ambos países respaldaban las medidas tomadas en la última cumbre de Bruselas para encontrar soluciones a la crisis de la deuda, entre ellas la recapitalización de los bancos españoles.
Presionado por el ala más euroescéptica de su partido, el jefe del gobierno británico se había negado a firmar este año el pacto fiscal europeo suscrito por 25 de los 27 países de la UE para mejorar la estabilidad de las finanzas británicas de la Eurozona en su conjunto.
Durante la reunión, en la que abordaron otros temas de la agenda internacional, los mandatarios señalaron también una "convergencia" de puntos de vista respecto a Siria o la creciente presencia de Al Qaeda en la zona del Sahel.
Hollande fue recibido con una guardia de honor por parte de los Coldstream Guards, el más antiguo regimiento del ejército británico, a su llegada al ministerio de Relaciones Exteriores, donde sonó la marsellesa.
Este recibimiento se produjo también menos de un mes después de que Cameron provocara una gran polémica en Francia cuando durante la última cumbre del G20 en México se declaró dispuesto a "desplegar la alfombra roja" para los exiliados fiscales franceses tras la subida anunciada por Hollande del impuesto de las grandes fortunas.
Después de Londres, el presidente francés se dirigió al castillo de Windsor, donde fue recibido durante una hora por la reina Isabel II. La reunión, privada, se llevó a cabo en francés, lengua que la soberana habla perfectamente, en la residencia donde la reina pasa la mayoría de fines de semana y las vacaciones.
Hollande, que efectuaba una visita de un día, viajó a Londres sin la compañía de su pareja, Valérie Trierweiler.
En su primer acto, ante representantes de la numerosa comunidad francesa afincada en Londres, anunció que regresará el próximo 30 de julio para ver a algunos de los deportistas franceses que competirán ese día en los Juegos Olímpicos (27 de julio-12 de agosto).
El primer ministro británico, David Cameron (dcha), con el presidente francés, François Hollande, este martes en su encuentro en Londres, donde Hollande habló de una Europa a varias velocidades.
El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, se esforzaron eSTE martes por dejar atrás unos inicios difíciles en su relación pese a sus discrepancias evidentes sobre Europa, en la primera visita oficial del mandatario galo al Reino Unido.
Los dos políticos, que en los últimos meses tuvieron varios desencuentros, trataron de aparecer de acuerdo en la rueda de prensa posterior a su reunión y almuerzo en Downing Street, en la que Hollande defendió incluso una "Europa a varias velocidades".
"Debemos concebir Europa a varias velocidades, cada uno tomando lo que quiere en la Unión", declaró el presidente socialista francés.
"No estamos en la misma situación, el Reino Unido no tiene intención de convertirse en miembro de la Eurozona (...) no pretende frenar" a la eurozona y "nosotros no vamos a obligar a alguien a unirse" al bloque, agregó precisando que ambos entendían sus posiciones respectivas.
Cameron, que en febrero se había negado a recibir a Hollande cuando visitó la capital británica durante la campaña porque respaldaba al saliente Nicolas Sarkozy, también trató de ver positivamente las diferencias con el nuevo inquilino del Elíseo, ideológicamente más alejado.
"Siempre habrá ámbitos en las que no estaremos de acuerdo pero hemos encontrado muchos más puntos en común, no sólo sobre la política europea, sino también en cómo desarrollamos la política europea para el Reino Unido y para Francia en el futuro", declaró el Premier conservador británico.
Cameron recordó que "el Reino Unido quería que la eurozona tuviera una moneda fuerte y estable", y que ambos países respaldaban las medidas tomadas en la última cumbre de Bruselas para encontrar soluciones a la crisis de la deuda, entre ellas la recapitalización de los bancos españoles.
Presionado por el ala más euroescéptica de su partido, el jefe del gobierno británico se había negado a firmar este año el pacto fiscal europeo suscrito por 25 de los 27 países de la UE para mejorar la estabilidad de las finanzas británicas de la Eurozona en su conjunto.
Durante la reunión, en la que abordaron otros temas de la agenda internacional, los mandatarios señalaron también una "convergencia" de puntos de vista respecto a Siria o la creciente presencia de Al Qaeda en la zona del Sahel.
Hollande fue recibido con una guardia de honor por parte de los Coldstream Guards, el más antiguo regimiento del ejército británico, a su llegada al ministerio de Relaciones Exteriores, donde sonó la marsellesa.
Este recibimiento se produjo también menos de un mes después de que Cameron provocara una gran polémica en Francia cuando durante la última cumbre del G20 en México se declaró dispuesto a "desplegar la alfombra roja" para los exiliados fiscales franceses tras la subida anunciada por Hollande del impuesto de las grandes fortunas.
Después de Londres, el presidente francés se dirigió al castillo de Windsor, donde fue recibido durante una hora por la reina Isabel II. La reunión, privada, se llevó a cabo en francés, lengua que la soberana habla perfectamente, en la residencia donde la reina pasa la mayoría de fines de semana y las vacaciones.
Hollande, que efectuaba una visita de un día, viajó a Londres sin la compañía de su pareja, Valérie Trierweiler.
En su primer acto, ante representantes de la numerosa comunidad francesa afincada en Londres, anunció que regresará el próximo 30 de julio para ver a algunos de los deportistas franceses que competirán ese día en los Juegos Olímpicos (27 de julio-12 de agosto).
El primer ministro británico, David Cameron (dcha), con el presidente francés, François Hollande, este martes en su encuentro en Londres, donde Hollande habló de una Europa a varias velocidades.