Hollande lanza una cumbre social para reformar el modelo francés
El presidente afirma ante sindicatos y patronal que es preciso “reducir la deuda para garantizar la soberanía”
Miguel Mora
París, El País
“El recorte de la deuda pública de Francia no necesariamente implica austeridad, sino que es la garantía de la soberanía nacional, lo que nos permitirá seguir siendo independientes respecto a los mercados”. Eso ha dicho este lunes en París el presidente francés, François Hollande, al lanzar las siete mesas de diálogo social entre Gobierno, patronal y sindicatos que deben consensuar y fijar el calendario de las reformas económicas y sociales para el próximo quinquenio.
Francia, ha explicado Hollande en el palacio de Iena de París, necesita “desarrollar su modelo social” para garantizar “su sostenimiento futuro”. Y ha añadido que, así como la austeridad sería una “agresión”, la opción de reducir la deuda pública, que roza ya el 90% del PIB, es inevitable porque de ello depende “el futuro de Francia”.
Midiendo mucho sus palabras, el presidente ha afirmado que los tres desafíos que enfrenta el país son el empleo, la competitividad y el déficit. Pero insistiendo en la deuda, ha explicado que debe ser controlada para que no supere el 90% del Producto Interior Bruto (PIB), la cifra considerada el límite para la sostenibilidad financiera del Estado.
“Francia no puede permitirse pagar”, ha enfatizado Hollande, “50.000 millones de euros en intereses cada año”. Sobre todo, ha sugerido, porque pueden ser todavía más onerosos si los mercados deciden que así sea. Francia teme que, si la situación de España e Italia no se estabiliza, París sea el próximo de la lista en las turbulencias.
El país está de momento a salvo, porque se ha financiado en el primer semestre a un tipo medio del 2,14% según la Agencia del Tesoro Francés, que gestiona la deuda del país. Pero el volumen total de la deuda aumentó en 72.400 millones de euros en los últimos seis meses, y hoy supone 1.789 billones de euros, el 89,3% del PIB.
Y la deuda no viene sola, sino que la recesión acecha. Ante más de 300 representantes del Gobierno, la patronal y los sindicatos, Hollande ha confirmado otra mala noticia: la economía gala estuvo completamente estancada en el primer semestre del año. Y todo el mundo sabe, ha agregado, que solo “el regreso de un alto crecimiento” permitirá crear empleos al ritmo necesario. “Tenemos que movilizar a todas nuestras fuerzas, toda nuestra imaginación, todas nuestras capacidades para reencontrar el crecimiento”, ha concluido el jefe del Estado socialista.
El futuro, sin embargo, no permite albergar esperanzas en ese sentido. Según las estimaciones que publicó el lunes el Banco de Francia, la economía francesa se contrajo un 0,1% durante el segundo trimestre de 2012 y, de confirmarse esta previsión, la economía gala entraría en su primer trimestre de contracción desde que salió de la recesión en la primera mitad de 2009. Según el Instituto Nacional de Estadística, el PIB crecerá un 0,1% en el tercer trimestre y un 0,2% en el cuarto, para un crecimiento total del 0,4% en 2012.
Para amansar a los sindicatos, cuya ayuda será decisiva a la hora de acometer las reformas del mercado de trabajo y la protección social que muchos expertos consideran urgentes, Hollande ha afirmado que Francia no sería lo que es hoy “sin sus cuerpos intermedios” y ha reiterado la promesa electoral de incluir en la Constitución el diálogo social y el contrato de generación para los jóvenes, que según ha anunciado entrará en vigor a principios de 2013.
Miguel Mora
París, El País
“El recorte de la deuda pública de Francia no necesariamente implica austeridad, sino que es la garantía de la soberanía nacional, lo que nos permitirá seguir siendo independientes respecto a los mercados”. Eso ha dicho este lunes en París el presidente francés, François Hollande, al lanzar las siete mesas de diálogo social entre Gobierno, patronal y sindicatos que deben consensuar y fijar el calendario de las reformas económicas y sociales para el próximo quinquenio.
Francia, ha explicado Hollande en el palacio de Iena de París, necesita “desarrollar su modelo social” para garantizar “su sostenimiento futuro”. Y ha añadido que, así como la austeridad sería una “agresión”, la opción de reducir la deuda pública, que roza ya el 90% del PIB, es inevitable porque de ello depende “el futuro de Francia”.
Midiendo mucho sus palabras, el presidente ha afirmado que los tres desafíos que enfrenta el país son el empleo, la competitividad y el déficit. Pero insistiendo en la deuda, ha explicado que debe ser controlada para que no supere el 90% del Producto Interior Bruto (PIB), la cifra considerada el límite para la sostenibilidad financiera del Estado.
“Francia no puede permitirse pagar”, ha enfatizado Hollande, “50.000 millones de euros en intereses cada año”. Sobre todo, ha sugerido, porque pueden ser todavía más onerosos si los mercados deciden que así sea. Francia teme que, si la situación de España e Italia no se estabiliza, París sea el próximo de la lista en las turbulencias.
El país está de momento a salvo, porque se ha financiado en el primer semestre a un tipo medio del 2,14% según la Agencia del Tesoro Francés, que gestiona la deuda del país. Pero el volumen total de la deuda aumentó en 72.400 millones de euros en los últimos seis meses, y hoy supone 1.789 billones de euros, el 89,3% del PIB.
Y la deuda no viene sola, sino que la recesión acecha. Ante más de 300 representantes del Gobierno, la patronal y los sindicatos, Hollande ha confirmado otra mala noticia: la economía gala estuvo completamente estancada en el primer semestre del año. Y todo el mundo sabe, ha agregado, que solo “el regreso de un alto crecimiento” permitirá crear empleos al ritmo necesario. “Tenemos que movilizar a todas nuestras fuerzas, toda nuestra imaginación, todas nuestras capacidades para reencontrar el crecimiento”, ha concluido el jefe del Estado socialista.
El futuro, sin embargo, no permite albergar esperanzas en ese sentido. Según las estimaciones que publicó el lunes el Banco de Francia, la economía francesa se contrajo un 0,1% durante el segundo trimestre de 2012 y, de confirmarse esta previsión, la economía gala entraría en su primer trimestre de contracción desde que salió de la recesión en la primera mitad de 2009. Según el Instituto Nacional de Estadística, el PIB crecerá un 0,1% en el tercer trimestre y un 0,2% en el cuarto, para un crecimiento total del 0,4% en 2012.
Para amansar a los sindicatos, cuya ayuda será decisiva a la hora de acometer las reformas del mercado de trabajo y la protección social que muchos expertos consideran urgentes, Hollande ha afirmado que Francia no sería lo que es hoy “sin sus cuerpos intermedios” y ha reiterado la promesa electoral de incluir en la Constitución el diálogo social y el contrato de generación para los jóvenes, que según ha anunciado entrará en vigor a principios de 2013.