Felipe Calderón: “No temo ser llevado al tribunal de La Haya. Actué con respeto a la ley”
Luis Prados
México, El País
El presidente Felipe Calderón (Morelia, 1962) abandonará la residencia oficial de Los Pinos el próximo 1 de diciembre. No aparenta disgusto por la derrota de su partido, Acción Nacional (PAN), en las elecciones ni por el regreso del PRI (Partido Revolucionario Institucional) al poder después de 12 años. Está satisfecho de su legado y convencido de que su estrategia contra el narco y su agenda de reformas continuarán.
Pregunta. ¿Qué ocurre para que México, que ha avanzado en tantos aspectos y presume de su sistema electoral, se encuentre otra vez atascado, pocos días después de las elecciones?
R. No hay ninguna duda de que nuestra democracia tiene muchas cosas que corregir, pero cualquier inconformidad debe hacerse a través de los cauces institucionales. Y por otra parte, para que haya democracia, se requieren demócratas. Y eso no depende del marco institucional, depende de un compromiso con la democracia y su legalidad.
P. Cómo opositor al PRI, ¿cómo ha procesado su regreso al poder?
R. Antes que ser opositor al priismo, soy demócrata, y sé que la democracia se dirime por los votos, sean uno, dos o tres de diferencia.
P. Cuando dio su mensaje la noche electoral parecía muy contento… hay quien asegura que tiene un pacto con el PRI.
R. ¡Vaya! No hay absolutamente nada de eso, mi pacto es con la ley, con la Constitución y con la democracia. Y esa noche estaba yo con la tranquilidad de que no se habían producido en la jornada electoral hechos lamentables de violencia.
P. Peña Nieto y el PRI parecen tener prisa por sacar adelante reformas de las se lleva hablando varios años (energética, fiscal, laboral…) ¿va a colaborar el PAN en esas reformas a sabiendas del boicot que el PRI le hizo a su Gobierno en este sexenio?
R. Eso solo lo puede contestar el PAN y sus legisladores. Yo y el Gobierno de la República no solo colaboraremos si no que seguiré impulsando las reformas. Presenté una reforma energética en 2008, todavía están a tiempo de aprobarla, igual que la laboral y la fiscal… Muchas de esas reformas precisamente no se lograron por la obstaculización del PRI durante estos años y espero que esa actitud que ha sido nociva para la República pueda rectificarse.
P. ¿Echó de menos que se hubiera debatido más en la campaña el tema de la violencia?
R. Hubiera sido importante para México y para mí mismo que se discutieran alternativas, pero no las hubo. La única diferencia fue: yo voy a poner 30.000 policías más, yo voy a poner 50.000 más. Pero nada más. Los candidatos, en mayor o menor medida, avalaron las políticas públicas que hemos puesto en práctica. Expresaron quizá unas diferencias de matiz. Dijeron que cambiarían de estrategia, pero a la hora de definir la nueva, decían exactamente lo mismo. Pero mi conclusión es la misma: creo que la estrategia que hemos puesto en marcha, que tiene tres ejes - combate al criminal, reconstrucción de instituciones en materia de seguridad y justicia y la restitución del tejido social, que está muy deteriorado en México-, es la vía que se tiene que seguir.
P. En términos de violencia y de inseguridad, ¿podría afirmar que México está mejor que hace seis años?
R. En términos de fortalecimiento de las instituciones, sí. En términos de violencia, evidentemente no, porque en México, y no sólo en México, en América Latina, ha habido un incremento exponencial de la violencia y de las muertes generadas por los grupos criminales que se disputan ya no solo rutas, sino territorios, por el mercado de drogas. Es un fenómeno nuevo de la última década. No es algo que se genere por la acción del Gobierno. Pero puedo asegurar que encontré instituciones verdaderamente podridas en el ámbito federal, estatal y municipal. Y que al menos hoy las federales, con sus deficiencias, están mejor que como las recibimos. Y también puedo decir que siendo la violencia homicida un fenómeno que ha venido creciendo de forma dramática desde 2004, y que llegó un punto climático en 2011, desde entonces ha estado decreciendo constantemente. Es más, hoy los homicidios violentos en México deben haber tenido un decrecimiento, entre enero y junio, de entre el 15% y el 20% respecto al mismo periodo de 2011. Hoy la violencia relacionada con la rivalidad delincuencial está disminuyendo. Es más de la que había antes de que yo llegara a la presidencia, sí, pero insisto en que es un fenómeno que proviene de la brutalidad y conflictividad entre carteles y no propiamente de la acción del Gobierno.
P. Dado el número de muertos vinculados a la lucha contra el crimen organizado, de desaparecidos, de violaciones de los derechos humanos como han denunciado varias ONG, ¿teme ser llevado a la Corte Penal Internacional de La Haya?
R. No, porque hemos actuado en todo momento con escrupuloso respeto a la ley. Ha habido una gran cantidad de homicidios en México, que por supuesto lamentamos, pero los que cometen esos homicidios son los criminales. Creo que la irresponsabilidad de un gobernante hubiera sido no haber actuado. Por otra parte, seguramente debe haber habido violaciones de los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas y de la Policía. Pero estas han sido, excepcionales, no sistemáticas. De los miles y miles de operaciones que realizan las Fuerzas Armadas (patrullas, detenciones in fraganti, decomisos de droga…) los casos que se han llegado a denunciar son significativamente excepcionales. Y de los denunciados, según datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, probablemente solo el 1,5% o 2% de las quejas han derivado en recomendaciones con fundamento.
P. El ex presidente Vicente Fox ha asegurado que ha habido muchas violaciones de los derechos humanos…
R. Pues si tiene constancia de ellas, debería ir a la autoridad a denunciarlas.
P. ¿A qué atribuye esas críticas de Fox, él que sabe lo que implica gobernar?
R. La verdad es no quisiera opinar de eso, ni siquiera estoy seguro de ese supuesto.
P. ¿Quién perdió las elecciones?, ¿el PAN o el Gobierno Federal?
R. Como panista, perdimos todos. Perdimos los panistas que estamos en el Gobierno al no refrendar en votos el apoyo que podemos tener por nuestra actuación; perdió la dirección panista porque quizá el proceso de selección de candidatos fue errático, tortuoso, costoso políticamente. También con un Gobierno que tiene una aprobación de más del 60%, la estrategia de campaña no fue de continuidad, sino de cambio o diferencia. Hay muchos factores que explican esa derrota, pero qué duda cabe que en ello todos tenemos una parte de responsabilidad y hay que asumirla. Y de inmediato poner remedio.
P. Parece que la nueva asignatura pendiente de la democracia mexicana es que ya sabe contar muy bien los votos, pero falta que no haya sospecha de que se compraron.
R. Sí lo es y agregaría, ya lo era hace muchos años. El problema de la democracia mexicana no está en la contabilidad electoral, que fue el alegato de 2006. El problema no está ahí. Está en la libertad con la que un elector llega a la casilla para votar por uno u otro candidato. Y ese desafío sigue presente. No soy de los que creen que una elección se puede decidir así como así por la compra de votos. No es un asunto de fe, es un asunto de pruebas y de decisiones judiciales. Sí estimo que si se llega a comprar un voto (darle al elector un obsequio, un dinero o una tarjeta condicionada a un voto), así sean un voto, cien mil o cinco millones, está mal.
P. Es un fraude…
R. Que tiene que corregirse y castigarse. Si hay un voto o 10 o mil que están comprados, evidentemente se anula la voluntad de esos votantes, pero que esos votos sean nulos no necesariamente implica la nulidad de un proceso electoral en el que han votado 70 millones de personas.
P. Se especula sobre dónde va a vivir usted después del 1 de diciembre.
R. Espero vivir en México, y ese es mi objetivo.
P. ¿Está condenado el presidente mexicano a vivir fuera de su país cuando termina su mandato?
R. No, el presidente Fox vive en México, lo cual es un reflejo de las libertades que se viven en este país.
P. ¿Se ve en otro cargo político?
R. No lo descarto. La verdad es que hay muchas cosas que hacer porque creo que la labor que empezamos con esta Administración tiene que seguir
P. ¿Qué les dice a quienes piensan que el PAN y el PRI son lo mismo, solo que el PAN es menos eficiente?
R. Pues que están equivocados. El PAN es un partido político construido fuera del poder, en plena época del autoritarismo; los Gobiernos del PAN, aun el del presidente Fox, ya no digo el mío, son perfectamente diferenciables del PRI. En estos años hemos construido un legado poderoso que hizo posible que México se convirtiera en un país de clases medias; que alcanzó antes que muchos países desarrollados la cobertura universal de salud; que está teniendo un promedio de inversión en infraestructuras superior al de la OCDE; un país en el que se gradúan 115.000 ingenieros al año, muchos más que en España, Alemania o Brasil… Es un país que ha crecido un 15% en tres años. Hoy en México, una de cada cuatro viviendas construidas se hizo en estos 12 años. Y eso marca una diferencia en cuanto a legado y resultados, pero la diferencia fundamental está en la esencia, en los principios. Que hay panistas que se comportan como priistas, pues sí lamentablemente y también eso es parte de lo que tenemos revisar acerca de la derrota electoral; que hay priistas que se comportan o quieren comportarse como panistas, pues también eso es cierto, y eso explica en parte la victoria del PRI.
P. ¿Y esos principios no quedaron maltrechos en estos 12 años?
R. Sí, es de las cosas que tenemos que arreglar, por eso hablo de la reconstrucción del PAN; una reconstrucción del discurso, de la estructura, de la militancia, de la dirigencia, en los procesos para elegir candidatos… En fin, hay mucho que hacer y que revisar, pero si el PAN recorre ese camino de reconstrucción volverá a gobernar México mucho antes de lo que muchos piensan.