En honor del ‘Dream Team’

El arsenal de Estados Unidos, liderado por LeBron James, abruma a una España sin chispa

Barcelona, El País
Es el tiempo de LeBron James, es la época de una nueva selección de Estados Unidos, era el aniversario y el escenario ideal —20 años del Dream Team y en la Barcelona que tanto añora 1992— y también el rival —la España que aspira a mojar la barba a un superequipo— para que sucediese lo que sucedió. Estados Unidos, tras una rutinaria actuación ante Argentina, se cebó con España. Fue una demostración de poderío que sonó como un aviso con vistas al inminente inicio de los Juegos Olímpicos de Londres.

Este conjunto de Estados Unidos no está para bromas. Y en Barcelona, ante el adversario que hace cuatro años, en Pekín, le hizo tan difícil la misión de redimirse, de recuperar el oro olímpico y el ascendente que había ido perdiendo, demostró que no le falta ni motivación ni talento. Le faltan pívots, sí, pero le sobran jugadores capaces de casi todo, tipos de más de 100 kilos, superatléticos, que saben manejar el balón, tirar para los tres puntos, ganar por velocidad en el uno contra uno y también, sin ser gigantes, mantener el nivel dentro de la zona.

El arsenal del que dispone Krzyzewski es tan surtido y de tal calibre que sus contrincantes no saben cómo frenar a un base más agresivo que un alero como Westbrook; cuál es el antídoto contra LeBron, coloso y preciso a la vez; qué oponer a la ofensiva desaforada de Anthony.
ESPAÑA, 78 - EEUU, 100


El elenco de la selección estadounidense se sabe por dónde empieza, por el trío de tenores formado por Bryant, James y Durant, pero no dónde acaba. Lo padeció en sus carnes la escuadra española, que empezó muy bien, con mucho ritmo, con un claro plan para explotar la teórica superioridad de Pau Gasol e Ibaka dentro de la zona. Llegó a ilusionar e ilusionarse con un 22-13 inicial. A Chandler le sacó del partido Pau. A Kobe le costó entrar en calor. A Ibaka no le echaba el lazo LeBron. Pero todo lo que obtuvo España en ocho minutos lo trituró Estados Unidos en un abrir y cerrar de ojos.

La irrupción de Anthony resultó insostenible para la defensa española. Melo atacó como un alero y defendió como un pívot. Chandler sumó faltas y se fue a la calle mucho antes del final sin que lo notara lo más mínimo un equipo que está decidido a demostrar que, en un juego de gigantes, no resulta imprescindible contar con las torres más altas. Al menos, no esta vez, en la que Scariolo no pudo contar con Marc Gasol, una pieza que se antoja fundamental para el mejor funcionamiento del cuadro español.

Melo atacó como un alero y defendió como un pívot

La defensa estadounidense también causó estragos en varios momentos y a los aleros españoles les costó encontrar la manera de gastar munición. Sin ritmo, con muchas pérdidas del balón, con muchas dificultades en las transiciones, no se encontraron cómodos Navarro ni Rudy y menos aún San Emeterio y Claver. Solo Pau, infalible como casi siempre, dio alguna réplica.

Sufrió la defensa española y Estados Unidos pareció un equipo de relevos perfectamente sincronizados. Cuando no fue Melo, fue LeBron; cuando no, Westbrook, y hasta Harden culminó el festival ofensivo con un montón de triples que hicieron algo insípido el partido desde que Durant apretó suavamente el acelerador al principio del tercer cuarto.

Es cierto, Dream Team tan solo hubo uno, pero, 20 años después, la selección de Estados Unidos vuelve a jugar de maravilla y fue capaz de honrar el escenario como se merecía la ocasión.

España: Calderón (4), Navarro (11), Rudy Fernández (8), Ibaka (16), Pau Gasol (19) --cinco inicial--; Reyes (7), Claver (7), San Emeterio (2), Llull (1) y Sada (3).

Estados Unidos:
Paul (5), Bryant (6), James (25), Durant (13), Chandler (2) --cinco inicial--; Westbrook (9), Williams (4), Iguodala (-), Love (2), Harden (7), Davis (-) y Anthony (27).

Parciales: 23-21, 17-27, 20-26 y 18-26.

Árbitros: Martín Bertrán, Kogut y Perea Lorente. Eliminaron a Chandler en Estados Unidos.

Pabellón: Palau Sant Jordi, 16.200 espectadores.

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