El presidente de Uganda desaconseja los apretones de mano para evitar el contagio del ébola

Kambala, EP
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha desaconsejado este lunes a sus compatriotas los apretones de manos, el sexo esporádico y los entierros no profesionales con el objetivo de evitar el contagio del virus del ébola, cuyo último brote ha matado al menos a 14 personas.

Museveni ha advertido en una declaración pública que el virus puede transmitirse por el sudor y durante las relaciones sexuales, por lo que ha alertado del riesgo de tocar las manos de otras personas y de comportarse con "promiscuidad".

Asimismo, ha asegurado que los fallecidos por la enfermedad también representan una fuente potencial de contagio, por lo que ha pedido a la población que llame a los servicios de salud para que puedan realizar las inhumaciones de forma "segura".

Los trabajadores del sector sanitario sospechan que el brote, confirmado el pasado viernes, surgió hace tres semanas en la localidad de Nyanswiga, situada en el distrito de Kibaale a 170 kilómetros al oeste de la capital del país, Kampala. Según Museveni, los médicos no vincularon los casos con ébola porque los pacientes no presentaban los síntomas típicos de la enfermedad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha podido verificar todavía el origen de este brote, aunque 18 de los 21 casos confirmados pertenecen o están vinculados con una misma familia.

Entre las 14 personas fallecidas figura al menos una trabajadora de los servicios de salud, Clare Muhumuza, que murió tras su traslado al hospital de Mulago, en Kampala. Su caso ha despertado el miedo a una posible extensión del brote a la capital del país africano.

Las autoridades temen que pueda producirse una infección masiva como la del año 2000, cuando se detectaron 425 casos de los cuales más de la mitad perdieron la vida.

Una portavoz del Ministerio de Salud ugandés, Christine Ondoa, ha explicado en rueda de prensa que numerosas personas habían acudido al médico en Kampala por el temor de que el ébola estuviese causado por "espíritus malignos".

En el hospital Kagadi de Kibaale, donde están siendo tratados algunos de los casos ya confirmados, también se han producido escenas de pánico, con médicos y enfermeras huyendo del complejo para evitar un posible contagio, según un reportero de una emisora local (KKCR), Tumusiime Jamilo. El personal del hospital volvió al centro después de que las autoridades se comprometiesen a brindarles protección.

Como medida de precaución, las autoridades locales también han ordenado el cierre de las escuelas de primaria y secundaria de la zona y ha prohibido las reuniones públicas. Según Dan Kyamanywa, miembro de los servicios de salud de Kibaale, unas 80.000 personas se encuentran en riesgo de contagio.

Los síntomas de la enfermedad incluyen fiebre repentina, debilidad intensa, dolor muscular y de cabeza e irritación de garganta, seguidos de vómito, diarrea, sarpullidos, fallos renales y hepáticos y hemorragias, tanto internas como externas.

Aunque el índice de mortalidad del ébola depende de la cepa, en las más graves la probabilidad de fallecimiento es de hasta el 90 por ciento.
COLABORACIÓN DE LA ONU

En los trabajos de prevención y contención del virus trabaja también un equipo de la Organización Mundial de Salud (OMS) y del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, según ha confirmado la agencia de la ONU en un comunicado.

Estos equipos trabajan junto al Ministerio de Salud local para hacer un seguimiento a las personas que hayan estado en contacto con los contagiados desde el 6 de julio. Además, han movilizado suministros y equipos para hacer frente a esta emergencia, según explica la OMS en una nota.

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