El IVA de cines, funerales, televisión digital y peluquerías sube 13 puntos
Numerosos productos de IVA reducido (8%) pasarán al tipo general (21%)
Transporte, hostelería y la cesta de la compra se salvan
"No son medidas fáciles", pero hay que "actuar con realismo", reconoce el Gobierno
Amanda Mars
Madrid, El País
El IVA de la mayor parte de los productos subirá a partir del 1 de septiembre y algunos de ellos, como las peluquerías, el cine y los servicios funerarios, se incrementarán en 13 puntos de golpe. Es una de las subidas más drásticas de las aprobadas en Europa en el marco de esta crisis, con la que el Gobierno trata de arañar recursos para enjugar el déficit, aunque este viernes no cifró los ingresos que espera como consecuencia de este alza.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que con Mariano Rajoy ha sido el miembro del Gobierno que más veces ha dicho que subir el IVA en recesión era un “disparate”, fue el encargado de explicar la subida. "No son medidas fáciles", pero hay que "actuar con realismo", apuntó la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
La subida de los impuestos del consumo es una de las decisiones más impopulares porque afecta de forma inmediata y directa al monedero de todas las familias. Pero no es el único ajuste al que el Gobierno ha dado luz verde este viernes: se ha concretado la batería de medidas con las que Mariano Rajoy, según ya adelantó el miércoles, pretende lograr un ajuste de 65.000 millones. Nadie se escapa a las tijeras. Los empleados públicos no cobrarán en diciembre la paga extra de Navidad y pierden tres de los seis días libres que tienen ahora, los llamados moscosos.
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La batería de medidas, una a una
También se reducirá el número de funcionarios y se evitará que cuando estén de baja cobren el 100% del sueldo. Los parados verán reducido a partir de los seis meses la prestación del 60% al 50%. Las diputaciones provinciales van a ganar peso. El tipo que pagan los llamados profesionales liberales y un importante número de autónomos sube del 15% al 21%. Y las cuotas que pagan las familias por la educación concertada no obligatoria (Bachillerato y FP de Grado Medio) podrán subir en hasta un 100%. Así hasta casi una veintena de cambios. Y según adelantó Sàenza de santamría, para en el segundo semestre todavía tienen otras 20 reformas pendientes, entre ellas, la de las pensiones o el sector energético.
El IVA: dos subidas en una
El Gobierno, que lo había negado hasta la saciedad, subió el tipo general del IVA (del 18% al 21%) y el reducido (del 8% al 10%), pero además incorporó al general a buena parte de los productos que hasta ahora pagaban el reducido, con lo que, de una sola vez, saltan del 8% al 21%, 13 puntos.
“Menos el transporte, la hostelería, lo que incluye el turismo, y la cesta de la compra, donde están las bebidas refrescantes, sube el del resto de actividades”, indicó Montoro. Por el contrario, explicó que la reclasificación afectará a “cadenas de peluquería, estética, discotecas, teatros, circos, servicios funerarios, otros espectáculos...”. No obstante, apuntó que los negocios que funcionan por módulos (normalmente los regentados por autónomos) si seguirán en el tipo reducido (ahora del 10%). Sin embargo, la reforma del impuesto sobre el valor añadido (IVA) sí aumenta el recargo de equivalencia, obligatorio para comerciantes autónomos, que venden a un cliente final. Los tipos del 1% y 4% al 1,4% 5,2%, respectivamente.
Transporte, hostelería y la cesta de la compra se salvan
"No son medidas fáciles", pero hay que "actuar con realismo", reconoce el Gobierno
Amanda Mars
Madrid, El País
El IVA de la mayor parte de los productos subirá a partir del 1 de septiembre y algunos de ellos, como las peluquerías, el cine y los servicios funerarios, se incrementarán en 13 puntos de golpe. Es una de las subidas más drásticas de las aprobadas en Europa en el marco de esta crisis, con la que el Gobierno trata de arañar recursos para enjugar el déficit, aunque este viernes no cifró los ingresos que espera como consecuencia de este alza.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que con Mariano Rajoy ha sido el miembro del Gobierno que más veces ha dicho que subir el IVA en recesión era un “disparate”, fue el encargado de explicar la subida. "No son medidas fáciles", pero hay que "actuar con realismo", apuntó la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
La subida de los impuestos del consumo es una de las decisiones más impopulares porque afecta de forma inmediata y directa al monedero de todas las familias. Pero no es el único ajuste al que el Gobierno ha dado luz verde este viernes: se ha concretado la batería de medidas con las que Mariano Rajoy, según ya adelantó el miércoles, pretende lograr un ajuste de 65.000 millones. Nadie se escapa a las tijeras. Los empleados públicos no cobrarán en diciembre la paga extra de Navidad y pierden tres de los seis días libres que tienen ahora, los llamados moscosos.
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La batería de medidas, una a una
También se reducirá el número de funcionarios y se evitará que cuando estén de baja cobren el 100% del sueldo. Los parados verán reducido a partir de los seis meses la prestación del 60% al 50%. Las diputaciones provinciales van a ganar peso. El tipo que pagan los llamados profesionales liberales y un importante número de autónomos sube del 15% al 21%. Y las cuotas que pagan las familias por la educación concertada no obligatoria (Bachillerato y FP de Grado Medio) podrán subir en hasta un 100%. Así hasta casi una veintena de cambios. Y según adelantó Sàenza de santamría, para en el segundo semestre todavía tienen otras 20 reformas pendientes, entre ellas, la de las pensiones o el sector energético.
El IVA: dos subidas en una
El Gobierno, que lo había negado hasta la saciedad, subió el tipo general del IVA (del 18% al 21%) y el reducido (del 8% al 10%), pero además incorporó al general a buena parte de los productos que hasta ahora pagaban el reducido, con lo que, de una sola vez, saltan del 8% al 21%, 13 puntos.
“Menos el transporte, la hostelería, lo que incluye el turismo, y la cesta de la compra, donde están las bebidas refrescantes, sube el del resto de actividades”, indicó Montoro. Por el contrario, explicó que la reclasificación afectará a “cadenas de peluquería, estética, discotecas, teatros, circos, servicios funerarios, otros espectáculos...”. No obstante, apuntó que los negocios que funcionan por módulos (normalmente los regentados por autónomos) si seguirán en el tipo reducido (ahora del 10%). Sin embargo, la reforma del impuesto sobre el valor añadido (IVA) sí aumenta el recargo de equivalencia, obligatorio para comerciantes autónomos, que venden a un cliente final. Los tipos del 1% y 4% al 1,4% 5,2%, respectivamente.
Montoro se limitó a señalar que pasaban al tipo del 21% todos los productos salvo el turismo, el transporte y la “cesta de la compra”, sin concretar nada más. Después fuentes del Ministerio de Hacienda concretaron que, en realidad, los productos que subían esos 13 puntos eran las flores y plantas ornamentales; servicios mixtos de hostelería (es decir, discotecas o restaurantes con espectáculo); entradas a teatros, circos, cines y otros espectáculos; servicios prestados por artistas personas físicas; servicios funerarios; peluquerías; servicios de radiodifusión y servicios de televisión digital y la adquisición de obras de arte.
Esto implica que se libran del tipo al 21% productos como los de las ópticas, los sanitarios (pañales de bebé, por ejemplo) y los de limpieza, entre muchos otros, que quedan gravados en el 10%.
Las recomendaciones de Bruselas sobre una subida del IVA se convirtieron en imperativo una vez España, que tenía uno de los impuestos al consumo más bajo de Europa, tuvo que pedir el auxilio financiero para la banca. Solo queda intacto el tipo superreducido del impuesto, del 4%, que se aplica en el pan, la leche, el queso, los huevos, frutas y verduras y otros alimentos básicos, además de los libros, los periódicos y las revistas, así como los medicamentos. La excepción es la compra de vivienda, que el próximo 1 de enero se verá tasada con un 10%.
El anuncio se produce en un contexto de inflación moderada. El Índice de Precios de Consumo (IPC) bajó dos décimas en junio con relación a mayo, gracias a la bajada de las gasolinas y las rebajas de verano, entre otros. La tasa interanual se mantuvo 1,9%.
La de este viernes constituye la segunda subida del IVA en dos años, después de la que aprobó el Gobierno de Zapatero en 2010, cuando subió el tipo general del 16% al 18% y el reducido del 7% al 8%, pero tampoco tocó el reducido.
Dentro del Ejecutivo de Mariano Rajoy, Montoro había sido especialmente crítico contra una subida de impuestos que tuvo que defender en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Es obligado hacerlo”, argumentó Montoro. “Por las circunstancias, por las recomendaciones o por la necesidad de reducir el déficit público”, agregó. Europa llevaba tiempo pidiendo esa subida del IVA habida cuenta de que España es hasta ahora el país que menos recauda por este impuesto con relación al producto interior bruto (PIB).
Pero muchos de los sectores de actividad afectados se han llevado las manos a la cabeza, empezando por las salas de cine. La Confederación Española de Comercio (CEC) vaticinó una escalada de cierres de establecimientos y aseguró que las medidas aprobadas —incluyen la liberalización de las rebajas— hundirá a los pequeños comerciantes “en el pesimismo y la desesperación”.
El Ejecutivo defendió que ha esperado a aplicar la medida al 1 de septiembre “para que los agentes económicos puedan adaptarse a la norma”. El retraso —el incremento se esperaba de forma inmediata— permite que la campaña turística del verano transcurra con el viejo del 8% para la hostelería. Las fechas ya están claras, los incrementos de gravamen también, la incógnita es ahora la cosecha que supondrá este aumento fiscal para el consumo.
Esto implica que se libran del tipo al 21% productos como los de las ópticas, los sanitarios (pañales de bebé, por ejemplo) y los de limpieza, entre muchos otros, que quedan gravados en el 10%.
Las recomendaciones de Bruselas sobre una subida del IVA se convirtieron en imperativo una vez España, que tenía uno de los impuestos al consumo más bajo de Europa, tuvo que pedir el auxilio financiero para la banca. Solo queda intacto el tipo superreducido del impuesto, del 4%, que se aplica en el pan, la leche, el queso, los huevos, frutas y verduras y otros alimentos básicos, además de los libros, los periódicos y las revistas, así como los medicamentos. La excepción es la compra de vivienda, que el próximo 1 de enero se verá tasada con un 10%.
El anuncio se produce en un contexto de inflación moderada. El Índice de Precios de Consumo (IPC) bajó dos décimas en junio con relación a mayo, gracias a la bajada de las gasolinas y las rebajas de verano, entre otros. La tasa interanual se mantuvo 1,9%.
La de este viernes constituye la segunda subida del IVA en dos años, después de la que aprobó el Gobierno de Zapatero en 2010, cuando subió el tipo general del 16% al 18% y el reducido del 7% al 8%, pero tampoco tocó el reducido.
Dentro del Ejecutivo de Mariano Rajoy, Montoro había sido especialmente crítico contra una subida de impuestos que tuvo que defender en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Es obligado hacerlo”, argumentó Montoro. “Por las circunstancias, por las recomendaciones o por la necesidad de reducir el déficit público”, agregó. Europa llevaba tiempo pidiendo esa subida del IVA habida cuenta de que España es hasta ahora el país que menos recauda por este impuesto con relación al producto interior bruto (PIB).
Pero muchos de los sectores de actividad afectados se han llevado las manos a la cabeza, empezando por las salas de cine. La Confederación Española de Comercio (CEC) vaticinó una escalada de cierres de establecimientos y aseguró que las medidas aprobadas —incluyen la liberalización de las rebajas— hundirá a los pequeños comerciantes “en el pesimismo y la desesperación”.
El Ejecutivo defendió que ha esperado a aplicar la medida al 1 de septiembre “para que los agentes económicos puedan adaptarse a la norma”. El retraso —el incremento se esperaba de forma inmediata— permite que la campaña turística del verano transcurra con el viejo del 8% para la hostelería. Las fechas ya están claras, los incrementos de gravamen también, la incógnita es ahora la cosecha que supondrá este aumento fiscal para el consumo.