El FMI prevé una recesión aun más dura por los últimos ajustes de Rajoy
-El Fondo duplica la caída del PIB estimada para 2013, hasta el -1,2%
“Las nuevas medidas tendrán un impacto significativo en el crecimiento”, aduce
Recomienda volver a subir el IVA para cumplir el objetivo de déficit en 2014
-El nuevo pronóstico empuja a otra revisión del Gobierno, que vaticinaba un -0,5% para 2013
-Los expertos del FMI animan a usar con las comunidades el "palo” de la intervención
Alejandro Bolaños
Madrid, El País
En las economías que flirtean con la intervención exterior, las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), piloto oficial en estas operaciones de rescate, tienden a convertirse en ley. Es lo que enseña la historia económica más reciente. Es lo que asumió el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuando subrayó, hace una semana, que las nuevas previsiones económicas del Gobierno “se parecen mucho a las que ha suministrado el FMI”. El Ejecutivo español empeoró entonces su pronóstico para alargar la recesión a 2013, con una caída del PIB del 0,5%, apenas una décima menos que lo vaticinado por el Fondo. Si hay que hacer caso a las palabras de Montoro, el Gobierno debería volver a rectificar sus cuentas. Porque eso es lo que acaba de hacer el FMI. Y no para bien: duplica la caída estimada en el PIB de 2013, hasta situarla en el -1,2%.
“Las nuevas medidas de consolidación fiscal tendrán un impacto significativo en el crecimiento, sobre todo en 2013”, aducen los expertos del Fondo, en un análisis complementario al informe anual sobre España, que adelantó a mediados de junio. El efecto de esas medidas este año será más limitado, aunque también acentúa la caída del PIB (del -1,5% al -1,7%) sobre lo vaticinado por el FMI hace apenas 15 días. En aquellas previsiones sobre la economía mundial, los técnicos del Fondo avisaron de que no habían incluido el efecto de los nuevos ajustes que anunció Rajoy el 11 de julio al pronosticar un -0,6% para España en 2013. Que es lo que acaban de hacer ahora al endurecer su pronóstico de recesión. El Gobierno, sin embargo, mantuvo que sí había incorporado el impacto en sus cálculos, aunque Montoro rehuyó aclarar cómo eso era compatible con mantener casi intacta la previsión del FMI, que lo había dejado fuera.
Las medidas de consolidación fiscal que llevan al FMI a rebajar sus previsiones son otra demostración de la influencia creciente del Fondo, al alimón con Bruselas, en la política económica española. En el adelanto del informe anual sobre España, el FMI, cuyos técnicos estuvieron en España durante la primera quincena de junio, recomendaba al Gobierno que subiera el IVA, bajara el sueldo de los empleados públicos y eliminara la deducción por vivienda. “De momento, no”, dijo Rajoy un día después de que se publicara aquel adelanto. El 11 de julio dijo sí a todo. En algunas cosas, como la rebaja de cotizaciones sociales a partir de 2013, fue incluso más allá que el Fondo, que aconsejaba esperar algo más.
Los expertos del Fondo no solo aplauden los nuevos recortes —"están muy bien escogidas para minimizar el impacto en el crecimiento", en opinión del responsable del FMI para España, Jean Daniel—, sino que también valoran algunas otras de las decisiones que se han concentrado en un mes muy intenso. Así, destacan que la negociación de Bruselas y el Gobierno español para establecer una senda de ajuste fiscal menos exigente (se retrasó a 2014 el objetivo de bajar el déficit del 3% del PIB) reproduce casi, de forma milimétrica, sus recomendaciones. Y que las condiciones a la banca establecidas en el memorandum del rescate al sector financiero español por el Eurogrupo se ajustan como un guante a sus propuestas. El FMI no duda en avalar la nueva estrategia del Gobierno respecto al sector –intervención multimillonaria en Bankia, incluida-, al culpar al enfoque “gradual” del Banco de España de que entidades débiles hayan seguido operando.
El grado de cumplimiento de las recomendaciones del Fondo en el último mes es tal, que buena parte del informe anual, aprobado el 9 de julio, ha quedado desfasado. Eso sí, los expertos del Fondo advierten que, aunque las nuevas medidas ayudarán a reducir el déficit hasta niveles “cercanos a los objetivos” en 2012 y 2013, se necesitarán “más medidas” para alcanzar la meta en 2014, año para el que pronostica un déficit del 3,6%, frente al 2,8% pactado. “Por ejemplo, en el IVA”, añade, abriendo la puerta a nuevas subidas más allá del 21% que se aplicará a partir de septiembre.
Tampoco tiene empacho en recomendar al Gobierno que en su estrategia de “palos” y “zanahorias” con las comunidades es necesario “usar más los palos”, en referencia a las opciones que da la nueva ley de Estabilidad para evitar el desvío del déficit autonómico, responsable de dos terceras partes del desfase de las cuentas públicas españolas en 2011. El Fondo no se anda con chiquitas: “Las medidas más contundentes, como imponer las recomendaciones de una delegación de expertos y poner a la región bajo la administración nacional, deberían ser aplicadas tan pronto como las leyes lo permitan”. Habrá que ver hasta que punto el Ejecutivo atiende este consejo.
En cuanto al impacto que tendrá el fondo de liquidez para las comunidades, el propia Daniel señala que no afecta al montante total de la deuda del Estado. "Que el dinero vaya a una región o un banco no afecta a la deuda", ha declarado.
El Fondo recuerda al Gobierno algunos de los deberes pendientes, como la creación un consejo de expertos independientes sobre política fiscal. Y la elaboración de un presupuesto multianual, algo que también le exigen las autoridades europeas.
En cuanto al desempleo, advierte de que esá en niveles "inaceptablemente altos", especialmente para los jóvenes, por lo que advierten de que la situación del mercado laboral es "muy preocupante". En opinión de los técnicos del organismo, la reforma laboral que entró en vigor en febrero "es potencialmente bastante fuerte, pero llevará tiempo que tenga efecto, sobre todo cuando se aplica en plena caída del crecimiento". Por este motivo, abogan por centrar los esfuerzos en mitigar el deterioro en lugar de buscar importantes incrementos en la creación de empleo. Para Daniel, sin embargo, "es prematuro hablar de otra reforma laboral".
“Las nuevas medidas tendrán un impacto significativo en el crecimiento”, aduce
Recomienda volver a subir el IVA para cumplir el objetivo de déficit en 2014
-El nuevo pronóstico empuja a otra revisión del Gobierno, que vaticinaba un -0,5% para 2013
-Los expertos del FMI animan a usar con las comunidades el "palo” de la intervención
Alejandro Bolaños
Madrid, El País
En las economías que flirtean con la intervención exterior, las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), piloto oficial en estas operaciones de rescate, tienden a convertirse en ley. Es lo que enseña la historia económica más reciente. Es lo que asumió el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuando subrayó, hace una semana, que las nuevas previsiones económicas del Gobierno “se parecen mucho a las que ha suministrado el FMI”. El Ejecutivo español empeoró entonces su pronóstico para alargar la recesión a 2013, con una caída del PIB del 0,5%, apenas una décima menos que lo vaticinado por el Fondo. Si hay que hacer caso a las palabras de Montoro, el Gobierno debería volver a rectificar sus cuentas. Porque eso es lo que acaba de hacer el FMI. Y no para bien: duplica la caída estimada en el PIB de 2013, hasta situarla en el -1,2%.
“Las nuevas medidas de consolidación fiscal tendrán un impacto significativo en el crecimiento, sobre todo en 2013”, aducen los expertos del Fondo, en un análisis complementario al informe anual sobre España, que adelantó a mediados de junio. El efecto de esas medidas este año será más limitado, aunque también acentúa la caída del PIB (del -1,5% al -1,7%) sobre lo vaticinado por el FMI hace apenas 15 días. En aquellas previsiones sobre la economía mundial, los técnicos del Fondo avisaron de que no habían incluido el efecto de los nuevos ajustes que anunció Rajoy el 11 de julio al pronosticar un -0,6% para España en 2013. Que es lo que acaban de hacer ahora al endurecer su pronóstico de recesión. El Gobierno, sin embargo, mantuvo que sí había incorporado el impacto en sus cálculos, aunque Montoro rehuyó aclarar cómo eso era compatible con mantener casi intacta la previsión del FMI, que lo había dejado fuera.
Las medidas de consolidación fiscal que llevan al FMI a rebajar sus previsiones son otra demostración de la influencia creciente del Fondo, al alimón con Bruselas, en la política económica española. En el adelanto del informe anual sobre España, el FMI, cuyos técnicos estuvieron en España durante la primera quincena de junio, recomendaba al Gobierno que subiera el IVA, bajara el sueldo de los empleados públicos y eliminara la deducción por vivienda. “De momento, no”, dijo Rajoy un día después de que se publicara aquel adelanto. El 11 de julio dijo sí a todo. En algunas cosas, como la rebaja de cotizaciones sociales a partir de 2013, fue incluso más allá que el Fondo, que aconsejaba esperar algo más.
Los expertos del Fondo no solo aplauden los nuevos recortes —"están muy bien escogidas para minimizar el impacto en el crecimiento", en opinión del responsable del FMI para España, Jean Daniel—, sino que también valoran algunas otras de las decisiones que se han concentrado en un mes muy intenso. Así, destacan que la negociación de Bruselas y el Gobierno español para establecer una senda de ajuste fiscal menos exigente (se retrasó a 2014 el objetivo de bajar el déficit del 3% del PIB) reproduce casi, de forma milimétrica, sus recomendaciones. Y que las condiciones a la banca establecidas en el memorandum del rescate al sector financiero español por el Eurogrupo se ajustan como un guante a sus propuestas. El FMI no duda en avalar la nueva estrategia del Gobierno respecto al sector –intervención multimillonaria en Bankia, incluida-, al culpar al enfoque “gradual” del Banco de España de que entidades débiles hayan seguido operando.
El grado de cumplimiento de las recomendaciones del Fondo en el último mes es tal, que buena parte del informe anual, aprobado el 9 de julio, ha quedado desfasado. Eso sí, los expertos del Fondo advierten que, aunque las nuevas medidas ayudarán a reducir el déficit hasta niveles “cercanos a los objetivos” en 2012 y 2013, se necesitarán “más medidas” para alcanzar la meta en 2014, año para el que pronostica un déficit del 3,6%, frente al 2,8% pactado. “Por ejemplo, en el IVA”, añade, abriendo la puerta a nuevas subidas más allá del 21% que se aplicará a partir de septiembre.
Tampoco tiene empacho en recomendar al Gobierno que en su estrategia de “palos” y “zanahorias” con las comunidades es necesario “usar más los palos”, en referencia a las opciones que da la nueva ley de Estabilidad para evitar el desvío del déficit autonómico, responsable de dos terceras partes del desfase de las cuentas públicas españolas en 2011. El Fondo no se anda con chiquitas: “Las medidas más contundentes, como imponer las recomendaciones de una delegación de expertos y poner a la región bajo la administración nacional, deberían ser aplicadas tan pronto como las leyes lo permitan”. Habrá que ver hasta que punto el Ejecutivo atiende este consejo.
En cuanto al impacto que tendrá el fondo de liquidez para las comunidades, el propia Daniel señala que no afecta al montante total de la deuda del Estado. "Que el dinero vaya a una región o un banco no afecta a la deuda", ha declarado.
El Fondo recuerda al Gobierno algunos de los deberes pendientes, como la creación un consejo de expertos independientes sobre política fiscal. Y la elaboración de un presupuesto multianual, algo que también le exigen las autoridades europeas.
En cuanto al desempleo, advierte de que esá en niveles "inaceptablemente altos", especialmente para los jóvenes, por lo que advierten de que la situación del mercado laboral es "muy preocupante". En opinión de los técnicos del organismo, la reforma laboral que entró en vigor en febrero "es potencialmente bastante fuerte, pero llevará tiempo que tenga efecto, sobre todo cuando se aplica en plena caída del crecimiento". Por este motivo, abogan por centrar los esfuerzos en mitigar el deterioro en lugar de buscar importantes incrementos en la creación de empleo. Para Daniel, sin embargo, "es prematuro hablar de otra reforma laboral".