Chofer: Tapé con un dedo mi herida de bala y con la otra mano conduje la flota
La Paz, ERBOL
El chofer del bus “Altiplano”, Félix Luque Huanca, hizo huir a sus más de 50 pasajeros de la veintena de atracadores que los interceptaron cerca a la media noche del sábado en la carretera La Paz-Apolo, sin estacionar el motorizado hasta la primera posta sanitaria que encontró a su paso hacia la sede de gobierno, pese a estar bañado de sangre por una herida de bala en la rodilla.
Luque, en declaraciones a ERBOL, relató cómo evitó desangrase tapando con uno de sus dedos el hueco que le dejó el impacto de bala en su rodilla izquierda y siguió conduciendo la flota de la empresa “Altiplano” a toda velocidad sin parar ni un instante sólo con una mano y el pie derecho.
“Cuando estábamos pasando por la cumbre de Charazani, unas 15 personas de la parte de arriba de la carretera y otras 15 del otro lado de la vía nos sorprendieron con una lluvia de balas, todos estaban encapuchados, nos dispararon como con una ametralladora, también nos lanzaron piedras, querían que pare la flota, pincharon dos de mis llantas con las balas, yo metí la cabeza debajo del asiento y sin soltar el volante ni el acelerador, seguí corriendo con el bus”, dijo.
Indicó que en medio de la confusión, la dueña del bus, que iba cerca al chofer, le pidió a gritos que no parara el bus por nada, que si era posible les pisara a los atracadores que intentaron ponerse en frente del bus lanzando piedras, disparando armas de fuego, hasta lograr destrozar todo el parabrisas. Finalmente “hemos logrado escapar”, contó.
Aseguró que transportaba a 47 pasajeros, además de su ayudante, su pequeña hija, la dueña del bus y la primogénita de ésta. En el atraco, varios de sus pasajeros resultaron heridos de bala, por lo que no podía parar la flota pese a que él también fue baleado y lo único que quería es llegar lo más pronto posible hasta una población donde puedan ser auxiliados con atención médica de urgencia.
“Han pasado como 10 minutos después del atraco, en medio del susto, hasta entonces no sentía ningún dolor físico, luego parecía que mi pierna estaba echado con agua, me agarre la rodilla y recién me di cuenta que estaba bañado de sangre, (…) me taqué con un dedo el agujero que me habían dejado con una de las balas y seguí corriendo con la flota”, afirmó.
“Mi sobrina después me dijo ‘corre, corre tío, dos pasajeros están agonizando, están totalmente baleados’, entonces seguí corriendo lo más que pude manejando con un pie y una mano, finalmente pasaron como unos 40 minutos (después del atraco), llegamos a la población Wilacala, toqué bocina desesperadamente, los pasajeros que estaban sin heridas tocaron las puertas de las casas, la gente empezó a salir y nos auxiliaron, nos llevaron en camas a la posta sanitaria”, acotó.
Señaló que pidió en la posta sanitaria que atendieran antes a dos de sus pasajeros que estaban a simple vista de mayor gravedad, porque sentía que él podía aguantar todavía el dolor en la rodilla.
“Había una señorita que estaba mal, muy mal, lleno de sangre desde el rostro, también estaba en las mismas condiciones otro pasajero, por eso en la posta pedí que ayudaran a ellos primero, que yo iba aguantar, pero el pasajero varón que estaba mal no pudo resistir más y murió en la posta, en vano le dieron hasta respiración de boca a boca”, lamentó.
El chofer Luque, con esta acción “heroica”, evitó que sus pasajeros sean despojados de todas sus pertenencias, tal como ocurrió con los ocupantes del segundo bus atracado que se dirigía detrás de la flota Altiplano.
“Detrás de mi estaba viviendo otra flota de la empresa Lecos, como a unas una cuatro cuadras no más, pero a ellos les han agarrado, al chofer también fue herido de bala, los (antisociales) subieron al bus después de balear todas las llantas del vehículo, nos dijeron que les robaron absolutamente todo”, apuntó.
En el atraco a dos buses, una persona perdió la vida y ocho resultaron con heridas de gravedad.
El chofer del bus “Altiplano”, Félix Luque Huanca, hizo huir a sus más de 50 pasajeros de la veintena de atracadores que los interceptaron cerca a la media noche del sábado en la carretera La Paz-Apolo, sin estacionar el motorizado hasta la primera posta sanitaria que encontró a su paso hacia la sede de gobierno, pese a estar bañado de sangre por una herida de bala en la rodilla.
Luque, en declaraciones a ERBOL, relató cómo evitó desangrase tapando con uno de sus dedos el hueco que le dejó el impacto de bala en su rodilla izquierda y siguió conduciendo la flota de la empresa “Altiplano” a toda velocidad sin parar ni un instante sólo con una mano y el pie derecho.
“Cuando estábamos pasando por la cumbre de Charazani, unas 15 personas de la parte de arriba de la carretera y otras 15 del otro lado de la vía nos sorprendieron con una lluvia de balas, todos estaban encapuchados, nos dispararon como con una ametralladora, también nos lanzaron piedras, querían que pare la flota, pincharon dos de mis llantas con las balas, yo metí la cabeza debajo del asiento y sin soltar el volante ni el acelerador, seguí corriendo con el bus”, dijo.
Indicó que en medio de la confusión, la dueña del bus, que iba cerca al chofer, le pidió a gritos que no parara el bus por nada, que si era posible les pisara a los atracadores que intentaron ponerse en frente del bus lanzando piedras, disparando armas de fuego, hasta lograr destrozar todo el parabrisas. Finalmente “hemos logrado escapar”, contó.
Aseguró que transportaba a 47 pasajeros, además de su ayudante, su pequeña hija, la dueña del bus y la primogénita de ésta. En el atraco, varios de sus pasajeros resultaron heridos de bala, por lo que no podía parar la flota pese a que él también fue baleado y lo único que quería es llegar lo más pronto posible hasta una población donde puedan ser auxiliados con atención médica de urgencia.
“Han pasado como 10 minutos después del atraco, en medio del susto, hasta entonces no sentía ningún dolor físico, luego parecía que mi pierna estaba echado con agua, me agarre la rodilla y recién me di cuenta que estaba bañado de sangre, (…) me taqué con un dedo el agujero que me habían dejado con una de las balas y seguí corriendo con la flota”, afirmó.
“Mi sobrina después me dijo ‘corre, corre tío, dos pasajeros están agonizando, están totalmente baleados’, entonces seguí corriendo lo más que pude manejando con un pie y una mano, finalmente pasaron como unos 40 minutos (después del atraco), llegamos a la población Wilacala, toqué bocina desesperadamente, los pasajeros que estaban sin heridas tocaron las puertas de las casas, la gente empezó a salir y nos auxiliaron, nos llevaron en camas a la posta sanitaria”, acotó.
Señaló que pidió en la posta sanitaria que atendieran antes a dos de sus pasajeros que estaban a simple vista de mayor gravedad, porque sentía que él podía aguantar todavía el dolor en la rodilla.
“Había una señorita que estaba mal, muy mal, lleno de sangre desde el rostro, también estaba en las mismas condiciones otro pasajero, por eso en la posta pedí que ayudaran a ellos primero, que yo iba aguantar, pero el pasajero varón que estaba mal no pudo resistir más y murió en la posta, en vano le dieron hasta respiración de boca a boca”, lamentó.
El chofer Luque, con esta acción “heroica”, evitó que sus pasajeros sean despojados de todas sus pertenencias, tal como ocurrió con los ocupantes del segundo bus atracado que se dirigía detrás de la flota Altiplano.
“Detrás de mi estaba viviendo otra flota de la empresa Lecos, como a unas una cuatro cuadras no más, pero a ellos les han agarrado, al chofer también fue herido de bala, los (antisociales) subieron al bus después de balear todas las llantas del vehículo, nos dijeron que les robaron absolutamente todo”, apuntó.
En el atraco a dos buses, una persona perdió la vida y ocho resultaron con heridas de gravedad.