Cardoso: “No comparto la idea de democracia de Lula”
El expresidente de Brasil recibe el premio John W. Kluge de la Biblioteca del Congreso de EE UU que honra los logros en las humanidades que no cubren los Premios Nobel
Eva Sáiz
Washington, El País
El expresidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso expresó este martes en Washington su clara divergencia con su sucesor en el cargo, Luiz Inácio Lula da Silva, cuando afirmó que "hay muchas cosas que no comparto con él, entre ellas su idea de la democracia. La democracia no es sólo el voto en las urnas, es algo más. Se trata de atender a las necesidades del pueblo, a sus demandas”. Así de tajante se mostró el mandatario brasileño tras ser inquirido por las declaraciones de Lula sobre las elecciones de Venezuela en las que aseguró que una victoria de Hugo Chávez sería una victoria para América Latina.
Cardoso, de 81 años, se encuentra en la capital de Estados Unidos para recoger el premio John W. Kluge de la Biblioteca del Congreso por una vida dedicada al campo de la economía, la sociología y las ciencias sociales. El galardón está dotado con un millón de dólares y honra los logros en el ámbito de las humanidades que no cubren los Premios Nobel. En la rueda de prensa previa a la ceremonia, el mandatario ha defendido su legado económico y ha destinado unos minutos para abordar la situación política de América Latina.
El expresidente ha insistido en el tema de Chávez y las elecciones venezolanas, mostrándose a favor de que en el país sudamericano “todos los partidos y todos los ciudadanos puedan manifestar libremente su opinión”. En esa misma línea, incidió: “Soy partidario de la alternancia política, en mi país, y en todas las naciones”. Más cauto fue a la hora de pronunciarse sobre la suspensión de Paraguay como miembro de Mercosur. “Es un asunto delicado porque la destitución de Fernando Lugo no viola la Constitución paraguaya. Creo que la organización debería haber esperado un poco más antes de adoptar esa decisión”. Sobre la inclusión de Venezuela en el Mercado Común del Sur, Cardoso ha reconocido que ni él ni su partido en Brasil (el Partido de la Socialdemocracia brasileña) se oponen a su entrada, pero ha puntualizado que “no tiene mucho sentido que forme parte de Mercosur un país que no está de acuerdo con aplicar la tarifa externa común”.
Cardoso se ha centrado casi exclusivamente en analizar la situación económica de Brasil y en explicar la manera que considera más eficaz para consolidar el crecimiento del país sudamericano en un entorno de crisis económica global. En sus ocho años como presidente -de 1995 a 2003-, el mandatario se convirtió en el artífice de la consolidación democrática de su país y sentó las bases para un crecimiento económico que ha llevado a Brasil a convertirse en la sexta potencia económica mundial por delante de Italia y Gran Bretaña. “Ahora hay que centrarse en la estabilización”. Es su consejo para que Brasil mantenga la preeminencia económica.
El expresidente se ha mostrado reacio a considerar que el desarrollo de los países emergentes denominados BRIC (Brasil, Rusia, India y China) sea intercambiable e incluso comparable entre ellos. “En China la economía la dirige el Estado, en Rusia podríamos hablar de un oligopolio económico, en India la política sí es más abierta. Nada que ver con Brasil”.
Además de hablar de economía, Cardoso ha querido agradecer el honor que para él supone recibir el premio Kluge. Desde que se instaurara en 2003, el expresidente de Brasil es la octava personalidad galardonada por la Biblioteca del Congreso. Su archivero, James H. Billington, destacó, cuando se anunció la designación del dirigente brasileño, que era el primer premiado en virtud de su trabajo combinado en los ámbitos de la economía, la sociología y la ciencia política. “Quizá la más clara prueba de sus logros intelectuales es que sus sucesores han continuado muchas de sus políticas y han asegurado el legado de uno de los más grandes líderes de Brasil”, indicó.
Eva Sáiz
Washington, El País
El expresidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso expresó este martes en Washington su clara divergencia con su sucesor en el cargo, Luiz Inácio Lula da Silva, cuando afirmó que "hay muchas cosas que no comparto con él, entre ellas su idea de la democracia. La democracia no es sólo el voto en las urnas, es algo más. Se trata de atender a las necesidades del pueblo, a sus demandas”. Así de tajante se mostró el mandatario brasileño tras ser inquirido por las declaraciones de Lula sobre las elecciones de Venezuela en las que aseguró que una victoria de Hugo Chávez sería una victoria para América Latina.
Cardoso, de 81 años, se encuentra en la capital de Estados Unidos para recoger el premio John W. Kluge de la Biblioteca del Congreso por una vida dedicada al campo de la economía, la sociología y las ciencias sociales. El galardón está dotado con un millón de dólares y honra los logros en el ámbito de las humanidades que no cubren los Premios Nobel. En la rueda de prensa previa a la ceremonia, el mandatario ha defendido su legado económico y ha destinado unos minutos para abordar la situación política de América Latina.
El expresidente ha insistido en el tema de Chávez y las elecciones venezolanas, mostrándose a favor de que en el país sudamericano “todos los partidos y todos los ciudadanos puedan manifestar libremente su opinión”. En esa misma línea, incidió: “Soy partidario de la alternancia política, en mi país, y en todas las naciones”. Más cauto fue a la hora de pronunciarse sobre la suspensión de Paraguay como miembro de Mercosur. “Es un asunto delicado porque la destitución de Fernando Lugo no viola la Constitución paraguaya. Creo que la organización debería haber esperado un poco más antes de adoptar esa decisión”. Sobre la inclusión de Venezuela en el Mercado Común del Sur, Cardoso ha reconocido que ni él ni su partido en Brasil (el Partido de la Socialdemocracia brasileña) se oponen a su entrada, pero ha puntualizado que “no tiene mucho sentido que forme parte de Mercosur un país que no está de acuerdo con aplicar la tarifa externa común”.
Cardoso se ha centrado casi exclusivamente en analizar la situación económica de Brasil y en explicar la manera que considera más eficaz para consolidar el crecimiento del país sudamericano en un entorno de crisis económica global. En sus ocho años como presidente -de 1995 a 2003-, el mandatario se convirtió en el artífice de la consolidación democrática de su país y sentó las bases para un crecimiento económico que ha llevado a Brasil a convertirse en la sexta potencia económica mundial por delante de Italia y Gran Bretaña. “Ahora hay que centrarse en la estabilización”. Es su consejo para que Brasil mantenga la preeminencia económica.
El expresidente se ha mostrado reacio a considerar que el desarrollo de los países emergentes denominados BRIC (Brasil, Rusia, India y China) sea intercambiable e incluso comparable entre ellos. “En China la economía la dirige el Estado, en Rusia podríamos hablar de un oligopolio económico, en India la política sí es más abierta. Nada que ver con Brasil”.
Además de hablar de economía, Cardoso ha querido agradecer el honor que para él supone recibir el premio Kluge. Desde que se instaurara en 2003, el expresidente de Brasil es la octava personalidad galardonada por la Biblioteca del Congreso. Su archivero, James H. Billington, destacó, cuando se anunció la designación del dirigente brasileño, que era el primer premiado en virtud de su trabajo combinado en los ámbitos de la economía, la sociología y la ciencia política. “Quizá la más clara prueba de sus logros intelectuales es que sus sucesores han continuado muchas de sus políticas y han asegurado el legado de uno de los más grandes líderes de Brasil”, indicó.