Ben Alí está dispuesto a entregar todos sus activos en Suiza al Estado tunecino
Túnez, EFE
El expresidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí, que dimitió en enero de 2011, está dispuesto a entregar todos los activos que posee en Suiza, que podrían ascender a decenas de millones de dólares, según ha informado este lunes, Akram Azury.
El abogado, que trabaja desde Beirut, ha explicado que ha enviado una carta al Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza para informar de la voluntad de su cliente de entregar todo lo que posee en Suiza al Estado tunecino.
"Por la presente, permito (...) que transfieran todos los activos al Estado tunecino sin emprender otros procedimientos legales u otras medidas y sin la necesidad de comprobarlo a través de mi cliente", dice la carta del abogado, mencionada en un comunicado del propio Azury, que no ha precisado la totalidad de los activos a transferir.
Muchos tunecinos creen que Ben Alí, su mujer, Leila Trabelsi, y toda su familia amasaron una fortuna durante los 23 años que estuvo en el poder el expresidente tunecino y la guardaron en cuentas en el extranjero.
Las actuales autoridades de Túnez está intentado recuperar todos los bienes que posee Ben Alí en el extranjero. Se cree que podría tener miles de millones de dólares.
El Gobierno de Líbano ya ha señalado que entregará el dinero que Trabelsi guardaba en cuentas de ese país, alrededor de 45 millones de dólares (36 millones de euros), y las autoridades de Suiza informaron hace un año de que habían localizado alrededor de 60 millones de francos (51 millones de euros) en cuentas de Ben Alí en el país y que habían congelado las cuentas bancarias.
En octubre, las autoridades suizas aceptaron ayudar a Túnez a iniciar el proceso legal para recuperar el dinero. El Gobierno suizo ha enviado expertos legales y financieros a varios países del norte de África que están realizando transiciones a sistemas democráticos para que los Estados recuperen el dinero robado.
Sin embargo, en muchos casos los gobiernos tienen dificultades para rastrear el dinero de exdirigentes y defraudadores ya que éstos lo ocultan a través de compañías y socios diversos.
El expresidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí, que dimitió en enero de 2011, está dispuesto a entregar todos los activos que posee en Suiza, que podrían ascender a decenas de millones de dólares, según ha informado este lunes, Akram Azury.
El abogado, que trabaja desde Beirut, ha explicado que ha enviado una carta al Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza para informar de la voluntad de su cliente de entregar todo lo que posee en Suiza al Estado tunecino.
"Por la presente, permito (...) que transfieran todos los activos al Estado tunecino sin emprender otros procedimientos legales u otras medidas y sin la necesidad de comprobarlo a través de mi cliente", dice la carta del abogado, mencionada en un comunicado del propio Azury, que no ha precisado la totalidad de los activos a transferir.
Muchos tunecinos creen que Ben Alí, su mujer, Leila Trabelsi, y toda su familia amasaron una fortuna durante los 23 años que estuvo en el poder el expresidente tunecino y la guardaron en cuentas en el extranjero.
Las actuales autoridades de Túnez está intentado recuperar todos los bienes que posee Ben Alí en el extranjero. Se cree que podría tener miles de millones de dólares.
El Gobierno de Líbano ya ha señalado que entregará el dinero que Trabelsi guardaba en cuentas de ese país, alrededor de 45 millones de dólares (36 millones de euros), y las autoridades de Suiza informaron hace un año de que habían localizado alrededor de 60 millones de francos (51 millones de euros) en cuentas de Ben Alí en el país y que habían congelado las cuentas bancarias.
En octubre, las autoridades suizas aceptaron ayudar a Túnez a iniciar el proceso legal para recuperar el dinero. El Gobierno suizo ha enviado expertos legales y financieros a varios países del norte de África que están realizando transiciones a sistemas democráticos para que los Estados recuperen el dinero robado.
Sin embargo, en muchos casos los gobiernos tienen dificultades para rastrear el dinero de exdirigentes y defraudadores ya que éstos lo ocultan a través de compañías y socios diversos.