Al Qaeda logra infiltrarse entre los grupos rebeldes en Siria
Estados Unidos alerta sobre la creciente presencia de islamistas radicales, sobre todo de Irak
David Alandete
Washington, El País
El bloqueo de sanciones en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra el régimen que gobierna Siria y la cercanía de ese país con Irak han facilitado que varias células del grupo terrorista Al Qaeda se hayan infiltrado entre los grupos opositores, algo que está generando recelos en el Gobierno norteamericano y sus aliados, y que está dando razones para la inacción a países aliados del presidente Bachar el Asad, como Rusia. La duración del conflicto, que comenzó hace 17 meses, ha permitido que diversos yihadistas operen ya de forma continuada en Siria, y que hayan formado ya su propio grupo, que emplea las mismas tácticas y recurre a la misma propaganda que Al Qaeda.
EE UU dispone de poca información sobre la heterogénea oposición siria, en especial porque la CIA no ha podido recabar suficientes datos, afectada por el cierre de la embajada norteamericana en Damasco, ocurrido en febrero. Aun así, altos funcionarios del Departamento de Estado y de la Casa Blanca dan por hecho que hay células yihadistas que operan de forma independiente junto a grupos que EE UU considera legítimos, aunados en el Consejo Nacional Sirio, con cuyos representantes se reunió la jefa de la diplomacia norteamericana, Hillary Clinton, en Ginebra, en diciembre.
Los analistas de inteligencia de EE UU coinciden en que Al Qaeda ha podido infiltrarse en la oposición siria sobre todo por la cercanía de Irak, país vecino en el que el grupo terrorista ha mantenido una presencia robusta y continuada después de la retirada total de las tropas norteamericanas, en diciembre. El lunes, una oleada de atentados en 18 ciudades de Irak provocó al menos 107 muertos y dos centenares de heridos. Los yihadistas que ahora operan en Siria se han aprovechado de las vías de transporte, el material y la logística existente ya en Irak.
“Estamos cien por cien seguros, debido a nuestra coordinación con el Gobierno sirio, que los nombres de nuestras listas de hombres buscados son los mismos nombres que tienen las autoridades sirias, especialmente durante los tres últimos meses”, declaró a The New York Times Izzat al Shahbandar, asesor del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.
Ya en febrero, el Director Nacional de Inteligencia norteamericano, James Clapper, advirtió en una comparecencia ante el Senado de que “Al Qaeda está extendiéndose a Siria”. “Es un fenómeno preocupante, que hemos visto recientemente, y según el cual, hay extremistas que se han infiltrado en grupos opositores”, añadió. “Y parece que los grupos opositores no se dan cuenta, en muchas instancias, de que se hallan infiltrados por esos extremistas”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo ayer que los rebeldes sirios que han tomado el control de varios puestos en la frontera entre Siria y Turquía pueden ser aliados de Al Qaeda. "De acuerdo con algunas informaciones, estos puestos no han sido tomados por el Ejército Libre Sirio, sino por grupos relacionados con Al Qaeda", dijo en conferencia de prensa, según Reuters. "Si nuestros aliados apoyan la toma de territorios por parte de terroristas, nos gustaría que nos aclararan qué posición tienen en Siria", añadió, en referencia a las potencias occidentales.
Una de las grandes razones que el régimen de El Asad ha esgrimido para justificar la campaña de represión contra su pueblo es que tras el movimiento opositor se halla en realidad Al Qaeda. Diversos yihadistas crearon en enero, dentro de Siria, el grupo Jabhat al-Nusra, inspirado en Al Qaeda, empleando iconografía y materiales de propaganda similares a los de esa asociación terrorista. En estos meses, sus integrantes han colgado vídeos en Internet en los que reclaman la autoría de diversos ataques. La agencia estatal siria SANA ha atribuido numerosos ataques a al-Nusra, incluidos muchos de los que en realidad han acometido otras fuerzas no yihadistas.
“Estamos viendo, sin duda, una creciente presencia de operativos de Al Qaeda en Siria”, explica el profesor Bruce Riedel, un veterano de la CIA, y experto en terrorismo y política internacional en el Centro Saban para Oriente Próximo del Instituto Brookings. “No es una gran parte, o una parte importante de la oposición al régimen, pero es una parte que las potencias occidentales deben considerar, sobre todo porque aporta una serie de técnicas muy identificables, como ataques suicidas o el empleo de explosivos, que son técnicas ya probadas en otros países como Irak, donde Al Qaeda ha demostrado ser muy resistente”.
En febrero, el líder de Al Qaeda, Ayman Al-Zawahiri envió un comunicado en el que hizo un llamamiento a los yihadistas de Oriente Próximo a que acudieran a luchar a Siria. “Llamo a todos los musulmanes y a todos los hombres nobles y libres de Turquía, Irak, Jordania y Líbano a que acudan en apoyo de sus hermanos en Siria con todo lo que poseen, su riqueza, sus opiniones y su información”, dijo entonces. “Si queremos libertad, debemos librarnos de este régimen. Si queremos justicia, debemos contraatacar a este régimen. Si queremos independencia, debemos enfrentarnos a este régimen”.
Al Qaeda, grupo suní, ha llamado a sus integrantes a la acción en Siria alegando que la mayoría de la población en ese país pertenece a esa misma rama de la ortodoxia islámica, y se ha visto oprimida durante décadas por una minoría alauí, a la que pertenecen el presidente Bachar El Asad y su círculo de poder. Sus llamamientos a la acción comenzaron a dar resultados en enero, cuando se vieron en Siria los primeros atentados suicidas con artefactos explosivos. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, desde entonces ha habido una decena de ataques suicidas en ese país y sobre cuatro de ellos ha asumido la autoría al-Nusra, en diversos comunicados.
David Alandete
Washington, El País
El bloqueo de sanciones en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra el régimen que gobierna Siria y la cercanía de ese país con Irak han facilitado que varias células del grupo terrorista Al Qaeda se hayan infiltrado entre los grupos opositores, algo que está generando recelos en el Gobierno norteamericano y sus aliados, y que está dando razones para la inacción a países aliados del presidente Bachar el Asad, como Rusia. La duración del conflicto, que comenzó hace 17 meses, ha permitido que diversos yihadistas operen ya de forma continuada en Siria, y que hayan formado ya su propio grupo, que emplea las mismas tácticas y recurre a la misma propaganda que Al Qaeda.
EE UU dispone de poca información sobre la heterogénea oposición siria, en especial porque la CIA no ha podido recabar suficientes datos, afectada por el cierre de la embajada norteamericana en Damasco, ocurrido en febrero. Aun así, altos funcionarios del Departamento de Estado y de la Casa Blanca dan por hecho que hay células yihadistas que operan de forma independiente junto a grupos que EE UU considera legítimos, aunados en el Consejo Nacional Sirio, con cuyos representantes se reunió la jefa de la diplomacia norteamericana, Hillary Clinton, en Ginebra, en diciembre.
Los analistas de inteligencia de EE UU coinciden en que Al Qaeda ha podido infiltrarse en la oposición siria sobre todo por la cercanía de Irak, país vecino en el que el grupo terrorista ha mantenido una presencia robusta y continuada después de la retirada total de las tropas norteamericanas, en diciembre. El lunes, una oleada de atentados en 18 ciudades de Irak provocó al menos 107 muertos y dos centenares de heridos. Los yihadistas que ahora operan en Siria se han aprovechado de las vías de transporte, el material y la logística existente ya en Irak.
“Estamos cien por cien seguros, debido a nuestra coordinación con el Gobierno sirio, que los nombres de nuestras listas de hombres buscados son los mismos nombres que tienen las autoridades sirias, especialmente durante los tres últimos meses”, declaró a The New York Times Izzat al Shahbandar, asesor del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.
Ya en febrero, el Director Nacional de Inteligencia norteamericano, James Clapper, advirtió en una comparecencia ante el Senado de que “Al Qaeda está extendiéndose a Siria”. “Es un fenómeno preocupante, que hemos visto recientemente, y según el cual, hay extremistas que se han infiltrado en grupos opositores”, añadió. “Y parece que los grupos opositores no se dan cuenta, en muchas instancias, de que se hallan infiltrados por esos extremistas”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo ayer que los rebeldes sirios que han tomado el control de varios puestos en la frontera entre Siria y Turquía pueden ser aliados de Al Qaeda. "De acuerdo con algunas informaciones, estos puestos no han sido tomados por el Ejército Libre Sirio, sino por grupos relacionados con Al Qaeda", dijo en conferencia de prensa, según Reuters. "Si nuestros aliados apoyan la toma de territorios por parte de terroristas, nos gustaría que nos aclararan qué posición tienen en Siria", añadió, en referencia a las potencias occidentales.
Una de las grandes razones que el régimen de El Asad ha esgrimido para justificar la campaña de represión contra su pueblo es que tras el movimiento opositor se halla en realidad Al Qaeda. Diversos yihadistas crearon en enero, dentro de Siria, el grupo Jabhat al-Nusra, inspirado en Al Qaeda, empleando iconografía y materiales de propaganda similares a los de esa asociación terrorista. En estos meses, sus integrantes han colgado vídeos en Internet en los que reclaman la autoría de diversos ataques. La agencia estatal siria SANA ha atribuido numerosos ataques a al-Nusra, incluidos muchos de los que en realidad han acometido otras fuerzas no yihadistas.
“Estamos viendo, sin duda, una creciente presencia de operativos de Al Qaeda en Siria”, explica el profesor Bruce Riedel, un veterano de la CIA, y experto en terrorismo y política internacional en el Centro Saban para Oriente Próximo del Instituto Brookings. “No es una gran parte, o una parte importante de la oposición al régimen, pero es una parte que las potencias occidentales deben considerar, sobre todo porque aporta una serie de técnicas muy identificables, como ataques suicidas o el empleo de explosivos, que son técnicas ya probadas en otros países como Irak, donde Al Qaeda ha demostrado ser muy resistente”.
En febrero, el líder de Al Qaeda, Ayman Al-Zawahiri envió un comunicado en el que hizo un llamamiento a los yihadistas de Oriente Próximo a que acudieran a luchar a Siria. “Llamo a todos los musulmanes y a todos los hombres nobles y libres de Turquía, Irak, Jordania y Líbano a que acudan en apoyo de sus hermanos en Siria con todo lo que poseen, su riqueza, sus opiniones y su información”, dijo entonces. “Si queremos libertad, debemos librarnos de este régimen. Si queremos justicia, debemos contraatacar a este régimen. Si queremos independencia, debemos enfrentarnos a este régimen”.
Al Qaeda, grupo suní, ha llamado a sus integrantes a la acción en Siria alegando que la mayoría de la población en ese país pertenece a esa misma rama de la ortodoxia islámica, y se ha visto oprimida durante décadas por una minoría alauí, a la que pertenecen el presidente Bachar El Asad y su círculo de poder. Sus llamamientos a la acción comenzaron a dar resultados en enero, cuando se vieron en Siria los primeros atentados suicidas con artefactos explosivos. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, desde entonces ha habido una decena de ataques suicidas en ese país y sobre cuatro de ellos ha asumido la autoría al-Nusra, en diversos comunicados.