Roland Garros: Federer y Djokovic, a semifinales
París, EFE
El argentino Juan Martín del Potro cayó este martes eliminado en cuartos de final de Roland Garros en un partido a cinco sets contra el suizo Roger Federer, que se impuso por 3-6, 6-7(4), 6-2, 6-0 y 6-3 en 3 horas y 14 minutos. El serbio Novak Djokovic tuvo que esforzarse para superar al francés Jo-Wilfried Tsonga.
En su segunda bola de partido, el suizo terminó de dar la vuelta a un duelo en el que le vio las orejas al lobo y que fue el tercer partido entre ambos que se va a los cinco sets y que deja la serie con ventaja de 2-1 para Federer.
Éste mantiene un historial global de 12 triunfos y 2 derrotas contra Del Potro, un viejo conocido con el que se ha enfrentado en todos los Grand Slam.
El próximo viernes, el suizo se medirá en semifinales contra Djkovic que enmudeció la central de Roland Garros tras salvar cuatro bolas de partidos y vencer a Tsonga por 6-1, 5-7, 5-7, 7-6 (6) y 6-1, en cuatro horas y nueve minutos.
En el duelo celebrado en la Suzanne Lenglen, Del Potro dominó la primera manga, que transcurrió durante un paréntesis de sol en una jornada de frío y lluvia contenida. Llegó a romperle tres veces el servicio al suizo, que había entrenado horas antes en la misma cancha pero que no encontraba su tenis.
Habían transcurrido cuarenta minutos y las nubes cubrían de nuevo la pista Suzanne Lenglen. Hasta entonces, el argentino, de 23 años y número 9 del ránking de la APT, no se había resentido de su rodilla izquierda, protegida con un aparatoso vendaje para aliviar las molestias que arrastra por una inflamación en la rótula.
En el segundo set volvió el respeto a la arcilla. Muy igualado al arranque, Del Potro seguía mostrándose muy firme con la derecha y con el saque, hasta el punto que llegó a registrar servicios de 218 kilómetros por hora.
Se trataban de igual a igual, hasta que el suizo quebró el saque para subir un 2-3 al marcador y comenzó la batalla. El argentino reaccionó, intercambio de roturas de servicio y se colocaron en el 6-6.
Federer, que ha disputado cinco finales en Roland Garros y levantó en 2009 la Copa de los Mosqueteros, no pudo imponer su jerarquía y terminó cediendo la segunda manga en el desempate, cuando llegó a perder los nervios y a se descargó con un frito al aire.
Tras casi dos horas en pista, en el tercer set reapareció el mejor Federer, que le asestó un 6-2 a Del Potro mientras caían algunas gotas en la pista. El partido no se interrumpió y el recital del suizo prosiguió en el cuarto set, en blanco para el argentino.
"El principio del tercer y del cuarto ha sido clave. Jugué muy bien tácticamente", diría después el suizo.
En el quinto regresó la igualdad al polvo de ladrillo. Federer desplegaba un tenis preciosista, con algún revés genial y tiros a las líneas, y del Potro aguantaba, lejos del nivel de las dos primeras mangas pero más centrado que en las dos últimas.
Con el 2-1 en el quinto para el suizo y servicio para Del Potro, Federer logró romperle el saque (3-1) y asegurar el suyo (4-1). Ahí, Federer volvió a tomar los mandos del encuentro, que terminó sentenciando con un cómodo 6-3.
Desde que Del Potro se recuperó de su lesión de muñeca, el suizo lo había derrotado en cinco ocasiones, pero nunca en arcilla. Pese a su derrota, el argentino logró su segundo mejor registro en Roland Garros, después de 2009 donde cayó en la antesala de la final precisamente contra Federer, que disputará su 31ª semifinal de Grand Slam, con lo que iguala el récord de Jimmy Connors.
Tsonga, el primer francés en alcanzar los cuartos de final de todos los Grand Slams desde que comenzó la Era Open, revolucionó la pista Philippe Chartrier durante casi tres horas, pero la fortaleza mental de Djokovic pudo con el último galo de los 17 que entraron en liza, y Nole continuará luchando por convertirse en ganador del Grand Slam, aunque sea en dos años consecutivos.
Derrotado el pasado año en las semifinales de París por Federer, Nole ganó después en Wimbledon, US Open, y Abierto de Australia en enero, alcanzando ocho semifinales seguidas de estos grandes.
Tsonga abandona París, donde el sueño de un francés conquistando la Copa de los Mosqueteros se esfuma justamente hoy, 29 años después del triunfo de Yannick Noah.
Djokovic sigue en la capital francesa, asignatura pendiente del único Grande que le falta en su palmarés, después de una sesión de tierra batida en la que ha visto cómo Rafael Nadal le derrotaba en las finales de Montecarlo y Roma, insuflada su moral después de levantar por segunda vez (antes lo hizo ante el italiano Andreas Seppi en octavos) un partido que tenía perdido.
"No se ni cómo he ganado el encuentro después de salvar los cuatro puntos de partido. Jo ha sido el mejor jugador la mayor parte del duelo", dijo Djkokovic en pista, mientras que Tsonga admitió: "Me hubiera encantado ganar hoy".
El ambiente era el que al serbio le gusta. Pasión en las gradas, y el público encendido a favor de su rival, pero su guión se vio alterado por un Tsonga especialmente motivado por ser el último superviviente francés después de la derrota de Richard Gasquet ante el británico Andy Murray.
Y todo esto después de un comienzo arrollador de Djokovic que no hacía prever el resultado final, porque Novak endosó un parcial de 8-0 al francés para adelantarse en el marcador 6-1 y 2-0.
Pero Tsonga apretó los dientes y llevado en volandas por los 15.000 aficionados fue limando diferencias, lanzándose a un ataque feroz y contagiando a sus seguidores de su garra con dos roturas en el último juego del tercer y cuarto set.
Tsonga se quedó como una estatua con los puños cerrados y las venas del cuello a punto de explotar. Se ponía por delante en el marcador mientras que Djokovic perdía dos bolas en dos discusiones con el juez de silla y explotaba una bolsa de plástico que contenía un plátano contra su raquetero.
Para colmo el serbio sufrió un pinchazo en la pierna derecha durante el séptimo juego del cuarto set. Hablaba con su banquillo maldiciendo su suerte, "no puedo jugar", dijo, y sentado negaba con la cabeza, descorazonado, un preludio de la que podía ser su sexta derrota este año.
El público de la central alentó en los últimos juegos del cuarto set cuando Tsonga salvó un punto de rotura con un saque directo en el noveno juego, y explotó después cuando al siguiente el francés dispuso de dos bolas de partido. Nole salvó la primera con una arriesgada volea lanzándose sobre la red y la segunda con una derecha cruzada al ángulo.
El serbio volvió a salvar otras dos bolas de partido, con paraguas abiertos en la central. Y se llegó al desempate donde Nole se colocó con 4-2. Ahí empezó su gran reacción para ganar ese juego corto y lanzarse después a fondo.
Su rostro cambió y Djokovic se volvió agresivo, colocándose con 3-0 en el quinto set, mientras que Tsonga estaba tocado anímicamente, y dejaba escapar vivo al de Belgrado lanzado a por la victoria, que certificó a su primera oportunidad.
Djokovic se enfrentará con el suizo Roger Federer, que en tres horas y 14 minutos venció al argentino Juan Marín del Potro, por 3-6, 6-7 (4), 6-2, 6-0 y 6-3.
El argentino Juan Martín del Potro cayó este martes eliminado en cuartos de final de Roland Garros en un partido a cinco sets contra el suizo Roger Federer, que se impuso por 3-6, 6-7(4), 6-2, 6-0 y 6-3 en 3 horas y 14 minutos. El serbio Novak Djokovic tuvo que esforzarse para superar al francés Jo-Wilfried Tsonga.
En su segunda bola de partido, el suizo terminó de dar la vuelta a un duelo en el que le vio las orejas al lobo y que fue el tercer partido entre ambos que se va a los cinco sets y que deja la serie con ventaja de 2-1 para Federer.
Éste mantiene un historial global de 12 triunfos y 2 derrotas contra Del Potro, un viejo conocido con el que se ha enfrentado en todos los Grand Slam.
El próximo viernes, el suizo se medirá en semifinales contra Djkovic que enmudeció la central de Roland Garros tras salvar cuatro bolas de partidos y vencer a Tsonga por 6-1, 5-7, 5-7, 7-6 (6) y 6-1, en cuatro horas y nueve minutos.
En el duelo celebrado en la Suzanne Lenglen, Del Potro dominó la primera manga, que transcurrió durante un paréntesis de sol en una jornada de frío y lluvia contenida. Llegó a romperle tres veces el servicio al suizo, que había entrenado horas antes en la misma cancha pero que no encontraba su tenis.
Habían transcurrido cuarenta minutos y las nubes cubrían de nuevo la pista Suzanne Lenglen. Hasta entonces, el argentino, de 23 años y número 9 del ránking de la APT, no se había resentido de su rodilla izquierda, protegida con un aparatoso vendaje para aliviar las molestias que arrastra por una inflamación en la rótula.
En el segundo set volvió el respeto a la arcilla. Muy igualado al arranque, Del Potro seguía mostrándose muy firme con la derecha y con el saque, hasta el punto que llegó a registrar servicios de 218 kilómetros por hora.
Se trataban de igual a igual, hasta que el suizo quebró el saque para subir un 2-3 al marcador y comenzó la batalla. El argentino reaccionó, intercambio de roturas de servicio y se colocaron en el 6-6.
Federer, que ha disputado cinco finales en Roland Garros y levantó en 2009 la Copa de los Mosqueteros, no pudo imponer su jerarquía y terminó cediendo la segunda manga en el desempate, cuando llegó a perder los nervios y a se descargó con un frito al aire.
Tras casi dos horas en pista, en el tercer set reapareció el mejor Federer, que le asestó un 6-2 a Del Potro mientras caían algunas gotas en la pista. El partido no se interrumpió y el recital del suizo prosiguió en el cuarto set, en blanco para el argentino.
"El principio del tercer y del cuarto ha sido clave. Jugué muy bien tácticamente", diría después el suizo.
En el quinto regresó la igualdad al polvo de ladrillo. Federer desplegaba un tenis preciosista, con algún revés genial y tiros a las líneas, y del Potro aguantaba, lejos del nivel de las dos primeras mangas pero más centrado que en las dos últimas.
Con el 2-1 en el quinto para el suizo y servicio para Del Potro, Federer logró romperle el saque (3-1) y asegurar el suyo (4-1). Ahí, Federer volvió a tomar los mandos del encuentro, que terminó sentenciando con un cómodo 6-3.
Desde que Del Potro se recuperó de su lesión de muñeca, el suizo lo había derrotado en cinco ocasiones, pero nunca en arcilla. Pese a su derrota, el argentino logró su segundo mejor registro en Roland Garros, después de 2009 donde cayó en la antesala de la final precisamente contra Federer, que disputará su 31ª semifinal de Grand Slam, con lo que iguala el récord de Jimmy Connors.
Tsonga, el primer francés en alcanzar los cuartos de final de todos los Grand Slams desde que comenzó la Era Open, revolucionó la pista Philippe Chartrier durante casi tres horas, pero la fortaleza mental de Djokovic pudo con el último galo de los 17 que entraron en liza, y Nole continuará luchando por convertirse en ganador del Grand Slam, aunque sea en dos años consecutivos.
Derrotado el pasado año en las semifinales de París por Federer, Nole ganó después en Wimbledon, US Open, y Abierto de Australia en enero, alcanzando ocho semifinales seguidas de estos grandes.
Tsonga abandona París, donde el sueño de un francés conquistando la Copa de los Mosqueteros se esfuma justamente hoy, 29 años después del triunfo de Yannick Noah.
Djokovic sigue en la capital francesa, asignatura pendiente del único Grande que le falta en su palmarés, después de una sesión de tierra batida en la que ha visto cómo Rafael Nadal le derrotaba en las finales de Montecarlo y Roma, insuflada su moral después de levantar por segunda vez (antes lo hizo ante el italiano Andreas Seppi en octavos) un partido que tenía perdido.
"No se ni cómo he ganado el encuentro después de salvar los cuatro puntos de partido. Jo ha sido el mejor jugador la mayor parte del duelo", dijo Djkokovic en pista, mientras que Tsonga admitió: "Me hubiera encantado ganar hoy".
El ambiente era el que al serbio le gusta. Pasión en las gradas, y el público encendido a favor de su rival, pero su guión se vio alterado por un Tsonga especialmente motivado por ser el último superviviente francés después de la derrota de Richard Gasquet ante el británico Andy Murray.
Y todo esto después de un comienzo arrollador de Djokovic que no hacía prever el resultado final, porque Novak endosó un parcial de 8-0 al francés para adelantarse en el marcador 6-1 y 2-0.
Pero Tsonga apretó los dientes y llevado en volandas por los 15.000 aficionados fue limando diferencias, lanzándose a un ataque feroz y contagiando a sus seguidores de su garra con dos roturas en el último juego del tercer y cuarto set.
Tsonga se quedó como una estatua con los puños cerrados y las venas del cuello a punto de explotar. Se ponía por delante en el marcador mientras que Djokovic perdía dos bolas en dos discusiones con el juez de silla y explotaba una bolsa de plástico que contenía un plátano contra su raquetero.
Para colmo el serbio sufrió un pinchazo en la pierna derecha durante el séptimo juego del cuarto set. Hablaba con su banquillo maldiciendo su suerte, "no puedo jugar", dijo, y sentado negaba con la cabeza, descorazonado, un preludio de la que podía ser su sexta derrota este año.
El público de la central alentó en los últimos juegos del cuarto set cuando Tsonga salvó un punto de rotura con un saque directo en el noveno juego, y explotó después cuando al siguiente el francés dispuso de dos bolas de partido. Nole salvó la primera con una arriesgada volea lanzándose sobre la red y la segunda con una derecha cruzada al ángulo.
El serbio volvió a salvar otras dos bolas de partido, con paraguas abiertos en la central. Y se llegó al desempate donde Nole se colocó con 4-2. Ahí empezó su gran reacción para ganar ese juego corto y lanzarse después a fondo.
Su rostro cambió y Djokovic se volvió agresivo, colocándose con 3-0 en el quinto set, mientras que Tsonga estaba tocado anímicamente, y dejaba escapar vivo al de Belgrado lanzado a por la victoria, que certificó a su primera oportunidad.
Djokovic se enfrentará con el suizo Roger Federer, que en tres horas y 14 minutos venció al argentino Juan Marín del Potro, por 3-6, 6-7 (4), 6-2, 6-0 y 6-3.