Rajoy pidió sin éxito que actuara el BCE tres días antes del rescate

El presidente envió un texto a Van Rompuy planteando ceder soberanía para resolver la crisis

Madrid, El País
La tensión que se vive en el Gobierno español ante la situación de la prima de riesgo no solo se intuye en sus declaraciones. Ahora hay un documento que la atestigua. Una carta enviada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y dirigida a Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, y José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión, muestra con crudeza la desesperación del Ejecutivo del PP y su último intento, muy explícito, para que actuara el Banco Central Europeo, una institución teóricamente independiente, comprando deuda española.

Solo tres días antes del rescate bancario del sábado, Rajoy envió un texto en un tono dramático en el que exigía esa intervención del BCE. Sin embargo, no logró su objetivo. De hecho el BCE sigue sin actuar, sobre todo porque los alemanes, supuestos socios de Rajoy, no lo permiten.

El presidente es clarísimo: “Es necesario que actuemos con urgencia para estabilizar los mercados financieros y para reducir las primas de riesgo. La única institución que tiene hoy la capacidad para asegurar estas condiciones de estabilidad y liquidez que necesitamos es el Banco Central Europeo”.

El presidente, en un tono que hasta ahora no ha utilizado nunca en público, refuerza la idea que traslada en público y en privado estos días su Ejecutivo: es el euro el que está en juego, y Europa debe actuar porque España ya ha hecho sus deberes. El Gobierno hizo pública esta carta precisamente este miércoles, cuando la prima de riesgo acosaba con fuerza a Rajoy, a pesar del rescate bancario. El presidente intenta demostrar así que no está quieto y que sí está presionando.

“Europa está atravesando la crisis más grave desde su creación. El euro está en riesgo. Ese riesgo de ruptura del euro provoca una creciente dificultad de refinanciación de la fuerte deuda acumulada en el pasado. El futuro incierto de la unión monetaria agrava la situación financiera impidiendo que los ajustes tengan el efecto positivo que deberían tener. La liquidez huye de los países de la periferia al centro. Esta situación es insostenible, impredecible y podría llevar el euro al límite”, señala.

Rajoy plantea que está haciendo lo que debe —habla de “la reforma sanitaria, educativa o ley de transparencia”, en referencia a los recortes—

y dice que la solución pasa por ceder soberanía. No habla de eurobonos. Sí de unión bancaria, con supervisión y un fondo de garantías de depósitos común. Y también de crear una autoridad fiscal europea que controlaría las finanzas de todos los socios, una enorme cesión de soberanía.

La carta, en la que no se cita en ningún momento la posibilidad de que España acuda al fondo de rescate para sus bancos, deja clara cuál era tres días antes del rescate la estrategia de Rajoy: seguir presionando para que actuara el BCE y plantear una gran reforma de las instituciones europeas a medio plazo. Eso es exactamente lo que el presidente y su Gobierno contaban en público y en privado, a pesar de lo cual Rajoy insistió el domingo en que él venía trabajando hace tiempo para lograr el crédito que le ha concedido el fondo de rescate. La carta hace más bien pensar lo que plantean la mayoría de las fuentes, españolas y europeas: que Rajoy se resistió hasta el final al rescate bancario.

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