Merkel mantiene rechazo a eurobonos antes de cumbre
Berlín, Reuters
En la víspera de una cumbre europea que podría determinar el futuro de la zona euro, la canciller alemana, Angela Merkel, Rechazó nuevamente el miércoles las súplicas de España e Italia para que se tomen medidas urgentes tendientes a reducir sus altos costos de endeudamiento.
Los líderes europeos comenzarán en la tarde del jueves un encuentro de dos días más abiertamente divididos que en cualquier otro momento desde el estallido de la crisis a inicios del 2010.
En un discurso ante la Cámara Baja del parlamento alemán, Merkel acusó el miércoles a otros líderes europeos de querer colocar el carro delante de los caballos con sus llamados para la emisión de eurobonos antes de acordar un fortalecimiento de la disciplina fiscal a lo largo de la zona euro.
"Temo que en la cumbre hablemos demasiado de estas ideas de pasivos compartidos y muy poco de mejorar los controles y las medidas estructurales", dijo Merkel.
"Los eurobonos, las euroletras, los fondos de cancelación de deudas, no sólo son inconstitucionales, sino también económicamente incorrectos y contraproducentes", agregó.
Merkel dejó la puerta abierta por primera vez a utilizar lo recaudado con un posible impuesto a las transacciones financieras para impulsar el crecimiento y la competitividad en los países de la zona euro en problemas.
Sin embargo, no ofreció ninguna concesión a los gobiernos europeos que han presionado a Alemania para que acepte la emisión de deudas conjuntas y criticó duramente un informe de altos funcionarios de la Unión Europea que sugería que los bonos comunes podían ser una solución a la crisis de deuda.
Fuentes revelaron que el martes Merkel dijo en un encuentro partidario a puertas cerradas que mientras ella viva no se emitirían eurobonos. En su discurso del miércoles no fue tan lejos, pero dejó claro que esa posibilidad no podía ser considerada hasta que los países acepten ceder el control de sus presupuestos nacionales.
"La responsabilidad compartida sólo podrá ocurrir cuando existan suficientes controles", dijo.
En contraste, el comisario europeo de asuntos económicos, Olli Rehn, dijo que los líderes de la región trabajarían durante la cumbre en medidas de corto plazo para aliviar la presión de los mercados sobre los países en riesgo.
"Es esencial que el Consejo Europeo decida (medidas de corto plazo)", dijo Rehn a los medios de comunicación.
Los costos de endeudamiento de Roma y Madrid se han disparado a niveles que al menos en el caso de España no serían sostenibles en el tiempo.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo el miércoles que pediría a los otros líderes europeos que permitan que los fondos de rescate de la zona euro o el Banco Central Europeo estabilicen a los mercados financieros, que tienen en la mira a España por los problemas en su sistema bancario tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
En una presentación en el Congreso de su país, Rajoy advirtió que España no podría seguir financiándose indefinidamente en los mercados si el rendimiento de su bono a 10 años continúa cerca del 7 por ciento.
"Lo más importante hoy es poder financiarnos en los mercados. No podemos durante mucho tiempo financiarnos a los precios a los que nos estamos financiando (...) con las primas de riesgo como las que tenemos en España y otros países es muy difícil que la economía pueda crecer", dijo Rajoy durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.
DIFERENCIAS
Incluso cuando hay profundos desacuerdos, los líderes de la UE intentan por lo general mostrar una posición unificada antes de las cumbres, conscientes de la presión que ejercen los mercados.
Sin embargo, esta vez las diferencias han quedado al descubierto, especialmente tras la partida del ex presidente francés Nicolas Sarkozy, aliado de Merkel, y por el hecho de que Roma y Madrid han intentado introducirse en el eje franco-alemán.
Los líderes de Alemania, Francia, España e Italia mantuvieron una conferencia de prensa el viernes pasado donde las divisiones quedaron inusualmente al desnudo.
Merkel voló a París el miércoles para intentar reparar los lazos durante una cena de trabajo con el presidente francés, Francois Hollande.
A su llegada a la reunión, Merkel fue saludada cálidamente por Hollande. Distintos funcionarios dijeron que el encuentro se centraría en alinear sus visiones de largo plazo sobre la integración europea, así como en medidas específicas para suavizar la presión de corto plazo en los mercados.
"Digo que necesitamos más Europa y creo que concordamos en eso", afirmó Merkel. "Necesitamos una Europa que funcione efectivamente, los mercados buscan eso, y una Europa donde los países se ayuden entre sí", agregó.
Hollande, que recibió a Merkel con honores tras haber levantado suspicacias a mediados de junio por haber recibido a la oposición alemana en el palacio presidencial francés, dijo que ambos querían profundizar la unión monetaria y reforzar la solidaridad.
Una conferencia telefónica de los 17 ministros de Finanzas de la zona euro el miércoles también se centró en ideas para calmar a los mercados, tales como alterar el estatus de acreedor preferente del futuro fondo de rescate de la zona euro.
Un comunicado del Eurogrupo dijo que los ministros dieron la bienvenida al pedido de ayuda de España para sus bancos y que esperaban que las entidades necesitaran entre 51.000 y 62.000 millones de euros, además de un "margen de seguridad" adicional.
Los ministros también dieron la bienvenida al pedido de ayuda de Chipre y dijeron que el país tendría que asumir recortes presupuestarios y reformas estructurales.
En Roma, el primer ministro italiano, Mario Monti, dijo que no aceptaría declaraciones preparadas de antemano para la cumbre y aseguró estar dispuesto a negociar hasta la noche del domingo de ser necesario para acordar medidas que tranquilicen a los mercados.
Con el apoyo de Hollande, Monti presiona para que los fondos de rescate de la zona euro sean usados para ayudar a contener el alza de los diferenciales de la deuda de los países que respetan las reglas presupuestarias de la UE.
Rajoy, por su parte, buscaría que el Banco Central Europeo reviva su programa de compra de bonos.
No obstante, estas propuestas son rechazadas tenazmente por Alemania, la mayor economía europea y el principal contribuyente del bloque.
Las bolsas subieron la semana pasada con la esperanza de que la cumbre número 20 desde el estallido de la crisis presentara medidas drásticas. Desde entonces, los inversores han reducido sus expectativas.
El euro caía el miércoles, en un clima de cautela previo a la cumbre.
En la víspera de una cumbre europea que podría determinar el futuro de la zona euro, la canciller alemana, Angela Merkel, Rechazó nuevamente el miércoles las súplicas de España e Italia para que se tomen medidas urgentes tendientes a reducir sus altos costos de endeudamiento.
Los líderes europeos comenzarán en la tarde del jueves un encuentro de dos días más abiertamente divididos que en cualquier otro momento desde el estallido de la crisis a inicios del 2010.
En un discurso ante la Cámara Baja del parlamento alemán, Merkel acusó el miércoles a otros líderes europeos de querer colocar el carro delante de los caballos con sus llamados para la emisión de eurobonos antes de acordar un fortalecimiento de la disciplina fiscal a lo largo de la zona euro.
"Temo que en la cumbre hablemos demasiado de estas ideas de pasivos compartidos y muy poco de mejorar los controles y las medidas estructurales", dijo Merkel.
"Los eurobonos, las euroletras, los fondos de cancelación de deudas, no sólo son inconstitucionales, sino también económicamente incorrectos y contraproducentes", agregó.
Merkel dejó la puerta abierta por primera vez a utilizar lo recaudado con un posible impuesto a las transacciones financieras para impulsar el crecimiento y la competitividad en los países de la zona euro en problemas.
Sin embargo, no ofreció ninguna concesión a los gobiernos europeos que han presionado a Alemania para que acepte la emisión de deudas conjuntas y criticó duramente un informe de altos funcionarios de la Unión Europea que sugería que los bonos comunes podían ser una solución a la crisis de deuda.
Fuentes revelaron que el martes Merkel dijo en un encuentro partidario a puertas cerradas que mientras ella viva no se emitirían eurobonos. En su discurso del miércoles no fue tan lejos, pero dejó claro que esa posibilidad no podía ser considerada hasta que los países acepten ceder el control de sus presupuestos nacionales.
"La responsabilidad compartida sólo podrá ocurrir cuando existan suficientes controles", dijo.
En contraste, el comisario europeo de asuntos económicos, Olli Rehn, dijo que los líderes de la región trabajarían durante la cumbre en medidas de corto plazo para aliviar la presión de los mercados sobre los países en riesgo.
"Es esencial que el Consejo Europeo decida (medidas de corto plazo)", dijo Rehn a los medios de comunicación.
Los costos de endeudamiento de Roma y Madrid se han disparado a niveles que al menos en el caso de España no serían sostenibles en el tiempo.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo el miércoles que pediría a los otros líderes europeos que permitan que los fondos de rescate de la zona euro o el Banco Central Europeo estabilicen a los mercados financieros, que tienen en la mira a España por los problemas en su sistema bancario tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
En una presentación en el Congreso de su país, Rajoy advirtió que España no podría seguir financiándose indefinidamente en los mercados si el rendimiento de su bono a 10 años continúa cerca del 7 por ciento.
"Lo más importante hoy es poder financiarnos en los mercados. No podemos durante mucho tiempo financiarnos a los precios a los que nos estamos financiando (...) con las primas de riesgo como las que tenemos en España y otros países es muy difícil que la economía pueda crecer", dijo Rajoy durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.
DIFERENCIAS
Incluso cuando hay profundos desacuerdos, los líderes de la UE intentan por lo general mostrar una posición unificada antes de las cumbres, conscientes de la presión que ejercen los mercados.
Sin embargo, esta vez las diferencias han quedado al descubierto, especialmente tras la partida del ex presidente francés Nicolas Sarkozy, aliado de Merkel, y por el hecho de que Roma y Madrid han intentado introducirse en el eje franco-alemán.
Los líderes de Alemania, Francia, España e Italia mantuvieron una conferencia de prensa el viernes pasado donde las divisiones quedaron inusualmente al desnudo.
Merkel voló a París el miércoles para intentar reparar los lazos durante una cena de trabajo con el presidente francés, Francois Hollande.
A su llegada a la reunión, Merkel fue saludada cálidamente por Hollande. Distintos funcionarios dijeron que el encuentro se centraría en alinear sus visiones de largo plazo sobre la integración europea, así como en medidas específicas para suavizar la presión de corto plazo en los mercados.
"Digo que necesitamos más Europa y creo que concordamos en eso", afirmó Merkel. "Necesitamos una Europa que funcione efectivamente, los mercados buscan eso, y una Europa donde los países se ayuden entre sí", agregó.
Hollande, que recibió a Merkel con honores tras haber levantado suspicacias a mediados de junio por haber recibido a la oposición alemana en el palacio presidencial francés, dijo que ambos querían profundizar la unión monetaria y reforzar la solidaridad.
Una conferencia telefónica de los 17 ministros de Finanzas de la zona euro el miércoles también se centró en ideas para calmar a los mercados, tales como alterar el estatus de acreedor preferente del futuro fondo de rescate de la zona euro.
Un comunicado del Eurogrupo dijo que los ministros dieron la bienvenida al pedido de ayuda de España para sus bancos y que esperaban que las entidades necesitaran entre 51.000 y 62.000 millones de euros, además de un "margen de seguridad" adicional.
Los ministros también dieron la bienvenida al pedido de ayuda de Chipre y dijeron que el país tendría que asumir recortes presupuestarios y reformas estructurales.
En Roma, el primer ministro italiano, Mario Monti, dijo que no aceptaría declaraciones preparadas de antemano para la cumbre y aseguró estar dispuesto a negociar hasta la noche del domingo de ser necesario para acordar medidas que tranquilicen a los mercados.
Con el apoyo de Hollande, Monti presiona para que los fondos de rescate de la zona euro sean usados para ayudar a contener el alza de los diferenciales de la deuda de los países que respetan las reglas presupuestarias de la UE.
Rajoy, por su parte, buscaría que el Banco Central Europeo reviva su programa de compra de bonos.
No obstante, estas propuestas son rechazadas tenazmente por Alemania, la mayor economía europea y el principal contribuyente del bloque.
Las bolsas subieron la semana pasada con la esperanza de que la cumbre número 20 desde el estallido de la crisis presentara medidas drásticas. Desde entonces, los inversores han reducido sus expectativas.
El euro caía el miércoles, en un clima de cautela previo a la cumbre.