La modista chic de Evo Morales
-El presidente de bolivia le encargó en 2006 un vestuario aymara que alcanzaría la fama global
-La sofisticada diseñadora Beatriz Canedo Patiño afronta hoy críticas y elogios por el 'Evo fashion'
Francesc Relea
La Paz, El País
Beatriz Canedo Patiño es la diseñadora de moda boliviana –ella prefiere el término francés couturier– de mayor proyección internacional. Lleva 26 años trabajando en alta moda telas de vicuña, alpaca y llama; estudió en París, abrió tienda (en Bloomingdale’s) y marca en Nueva York –Royal Alpaca Inc–, y regresó a su Bolivia natal a finales de los años ochenta con la marca Alpaca Design, desde donde exporta sus prendas a todo el mundo. Ha vestido a famosos, políticos y mujeres y hombres cercanos al poder.
En los últimos años, la notoriedad de la creadora paceña ha dado un nuevo salto, con la incorporación de Evo Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, a su lista de clientes ilustres. El siempre imprevisible mundo de la política ha reunido a perfiles tan dispares y alejados como una modista que ha tenido taller en la Séptima Avenida de Nueva York, junto a nombres como Ralph Lauren, Calvin Klein, Donna Karan y la princesa Diane Von Fürstenberg, y un presidente bregado en las luchas del movimiento campesino boliviano que jamás vistió prenda más sofisticada que el poncho.
“Estaba a punto de viajar a Alemania, para presentar mi colección, cuando recibí la visita de una persona de palacio”, recuerda Beatriz Canedo en su exclusiva tienda en una céntrico barrio de La Paz. “Me propuso realizar el diseño del vestuario del señor presidente en la toma de mando [en enero de 2006]. El emisario me transmitió dos requisitos: el presidente no quería llevar corbata y deseaba un diseño que le identificara con su pueblo aymara. Era un gran reto y un gran orgullo para mí. Pero me dejó temblando”.
La diseñadora cambió los billetes a Alemania y presentó a su interlocutor varios bocetos de trajes con diferentes alternativas, sin utilizar en ningún caso materiales acrílicos. “Discutimos y coincidimos en el mismo diseño para el acto de investidura presidencial”. La prenda elegida era un traje de bebé alpaca negro, con aplicaciones de aguayos, textiles aymaras hilados a mano hace más de noventa años en colores naturales. Un antropólogo certificó en un informe el origen de aquel tejido, “que perteneció en algún momento a un cacique de la cultura aymara, en el norte del departamento de La Paz, y por ello decidimos utilizarlo para el presidente”.
Evo Morales aguantó pacientemente las sesiones de pruebas, que se realizaron en su modesta casa del barrio paceño de La Florida, adonde se traslada la diseñadora más famosa de Bolivia. “Andaba muy cansado, había días que casi se dormía. Siempre fue extremadamente respetuoso conmigo. No sabía cómo llamarle, porque era presidente electo a punto de tomar posesión. No quería meter la pata. ‘Jefa, tú eres mi jefa, compañera jefa’, me decía”. Beatriz Canedo diseñó también las camisas de algodón puro sin cuello. “Él ya había elegido el traje, y me dijo que confiaba totalmente en mí”.
¿Quedó satisfecho? “Supongo que sí, aunque la respuesta está en el número de prendas que me ha encargado desde entonces. Creo que entendí lo que quería, y por esta razón el Evo fashion ha dado la vuelta al mundo, hasta con la salida de una muñeca Barbie con el look Evo”.
Desde la toma de posesión de Evo Morales, las peticiones de diseños idénticos a los del presidente boliviano han llegado al taller de Beatriz Canedo desde diversas partes del mundo. Algunas van acompañadas de atractivas ofertas económicas. “Por respeto a la investidura, jamás he repetido los diseños del señor presidente. He hecho variaciones, es verdad, pero nunca he repetido nada igual”.
En el taller trabajan 45 personas. “Sabían coger la aguja, pero yo los he formado totalmente. He tenido que subir montañas, he tenido que ir a El Alto a buscar y encontrar artesanos que no saben leer ni escribir, pero que son buenos en lo suyo. Así he ido formando poco a poco mi equipo”.
Beatriz Canedo ha recuperado la alpaca, que hasta hace poco era despreciada por las clases altas por considerar que era una tela de las clases populares. “La he puesto en el mapa”, dice. “Un día me acerqué a saludar a una persona muy conocida de la alta sociedad y le dije: ‘Qué bello es tu traje de alpaca’. Y me contestó: ‘Discúlpame, esto es cachemira, mi sirvienta usa alpaca”.
El estilo Evo se ha puesto de moda, ha dado la vuelta al mundo, y en Bolivia ha generado nuevas fuentes de trabajo. “Me han plagiado mil veces, y tengo que reconocer que ha ayudado mucho a la exportación y a la imagen de Bolivia en el mundo”. Diplomáticos, políticos de distinto signo y sectores de la alta burguesía local llaman hoy a la puerta del taller de Beatriz Canedo.
Aunque no todo son parabienes para la diseñadora, que tiene que convivir con las críticas de los más racistas, que le censuran haber aceptado vestir al primer presidente indígena, y de los sectores políticos del otro extremo, que no digieren que el presidente de los pobres vista los diseños de una modista de ricos. Beatriz Canedo se limita a responder que lo suyo no es la política. “Mi partido son los camélidos”.
-La sofisticada diseñadora Beatriz Canedo Patiño afronta hoy críticas y elogios por el 'Evo fashion'
Francesc Relea
La Paz, El País
Beatriz Canedo Patiño es la diseñadora de moda boliviana –ella prefiere el término francés couturier– de mayor proyección internacional. Lleva 26 años trabajando en alta moda telas de vicuña, alpaca y llama; estudió en París, abrió tienda (en Bloomingdale’s) y marca en Nueva York –Royal Alpaca Inc–, y regresó a su Bolivia natal a finales de los años ochenta con la marca Alpaca Design, desde donde exporta sus prendas a todo el mundo. Ha vestido a famosos, políticos y mujeres y hombres cercanos al poder.
En los últimos años, la notoriedad de la creadora paceña ha dado un nuevo salto, con la incorporación de Evo Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, a su lista de clientes ilustres. El siempre imprevisible mundo de la política ha reunido a perfiles tan dispares y alejados como una modista que ha tenido taller en la Séptima Avenida de Nueva York, junto a nombres como Ralph Lauren, Calvin Klein, Donna Karan y la princesa Diane Von Fürstenberg, y un presidente bregado en las luchas del movimiento campesino boliviano que jamás vistió prenda más sofisticada que el poncho.
“Estaba a punto de viajar a Alemania, para presentar mi colección, cuando recibí la visita de una persona de palacio”, recuerda Beatriz Canedo en su exclusiva tienda en una céntrico barrio de La Paz. “Me propuso realizar el diseño del vestuario del señor presidente en la toma de mando [en enero de 2006]. El emisario me transmitió dos requisitos: el presidente no quería llevar corbata y deseaba un diseño que le identificara con su pueblo aymara. Era un gran reto y un gran orgullo para mí. Pero me dejó temblando”.
La diseñadora cambió los billetes a Alemania y presentó a su interlocutor varios bocetos de trajes con diferentes alternativas, sin utilizar en ningún caso materiales acrílicos. “Discutimos y coincidimos en el mismo diseño para el acto de investidura presidencial”. La prenda elegida era un traje de bebé alpaca negro, con aplicaciones de aguayos, textiles aymaras hilados a mano hace más de noventa años en colores naturales. Un antropólogo certificó en un informe el origen de aquel tejido, “que perteneció en algún momento a un cacique de la cultura aymara, en el norte del departamento de La Paz, y por ello decidimos utilizarlo para el presidente”.
Evo Morales aguantó pacientemente las sesiones de pruebas, que se realizaron en su modesta casa del barrio paceño de La Florida, adonde se traslada la diseñadora más famosa de Bolivia. “Andaba muy cansado, había días que casi se dormía. Siempre fue extremadamente respetuoso conmigo. No sabía cómo llamarle, porque era presidente electo a punto de tomar posesión. No quería meter la pata. ‘Jefa, tú eres mi jefa, compañera jefa’, me decía”. Beatriz Canedo diseñó también las camisas de algodón puro sin cuello. “Él ya había elegido el traje, y me dijo que confiaba totalmente en mí”.
¿Quedó satisfecho? “Supongo que sí, aunque la respuesta está en el número de prendas que me ha encargado desde entonces. Creo que entendí lo que quería, y por esta razón el Evo fashion ha dado la vuelta al mundo, hasta con la salida de una muñeca Barbie con el look Evo”.
Desde la toma de posesión de Evo Morales, las peticiones de diseños idénticos a los del presidente boliviano han llegado al taller de Beatriz Canedo desde diversas partes del mundo. Algunas van acompañadas de atractivas ofertas económicas. “Por respeto a la investidura, jamás he repetido los diseños del señor presidente. He hecho variaciones, es verdad, pero nunca he repetido nada igual”.
En el taller trabajan 45 personas. “Sabían coger la aguja, pero yo los he formado totalmente. He tenido que subir montañas, he tenido que ir a El Alto a buscar y encontrar artesanos que no saben leer ni escribir, pero que son buenos en lo suyo. Así he ido formando poco a poco mi equipo”.
Beatriz Canedo ha recuperado la alpaca, que hasta hace poco era despreciada por las clases altas por considerar que era una tela de las clases populares. “La he puesto en el mapa”, dice. “Un día me acerqué a saludar a una persona muy conocida de la alta sociedad y le dije: ‘Qué bello es tu traje de alpaca’. Y me contestó: ‘Discúlpame, esto es cachemira, mi sirvienta usa alpaca”.
El estilo Evo se ha puesto de moda, ha dado la vuelta al mundo, y en Bolivia ha generado nuevas fuentes de trabajo. “Me han plagiado mil veces, y tengo que reconocer que ha ayudado mucho a la exportación y a la imagen de Bolivia en el mundo”. Diplomáticos, políticos de distinto signo y sectores de la alta burguesía local llaman hoy a la puerta del taller de Beatriz Canedo.
Aunque no todo son parabienes para la diseñadora, que tiene que convivir con las críticas de los más racistas, que le censuran haber aceptado vestir al primer presidente indígena, y de los sectores políticos del otro extremo, que no digieren que el presidente de los pobres vista los diseños de una modista de ricos. Beatriz Canedo se limita a responder que lo suyo no es la política. “Mi partido son los camélidos”.