La destitución de Lugo abre una crisis institucional
Asunción, ANF
La destitución del presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en una decisión amparada formalmente en la Constitución y tras un juicio político de unas horas, abrió una crisis institucional en la débil democracia del país y recibió el rechazo de América Latina.
Lugo acató el sumario fallo del Senado, que actuó como tribunal inapelable, y casi de inmediato ese cuerpo legislativo juramentó en su reemplazo al vicepresidente Federico Franco, quien debe completar el mandato, que concluye en agosto de 2013.
El Senado desoyó las exhortaciones provenientes de las capitales americanas, desde Washington a Buenos Aires, a realizar un proceso con garantías para la defensa y el debido proceso. Ni siquiera la presencia de una misión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) logró aplazar el juicio o enlentecer el proceso.
Miembros de la misión de cancilleres calificaron el jucio de golpe de Estado y varios países se adelantaron ya en tomar la medida de no reconocimiento de Franco.
América Latina se enfrenta a una nueva crisis institucional, después de la desatada en junio de 2009 en Honduras, con la detención y expulsión del país del presidente Manuel Zelaya, en un golpe cívico militar en el que participó el Congreso legislativo.
La Unasur y otras asociaciones regionales a las que pertenece Paraguay tienen en sus tratados claúsulas democráticas que imponen sanciones, incluida la expulsión, a los países que incurran en rupturas institucionales.
Tras conocer la decisión, Lugo dijo en un mensaje público que "salgo por la puerta grande", después de haberse convertido en 2008 en el político que rompió la hegemonía de 61 años en el gobierno del Partido Colorado, al frente de un proyecto de inclusión social, en uno de los países del mundo con mayor desigualdad.
Llamo a la población a la serenidad, ante lo que calificó como "una herida profunda a la democracia paraguaya". Su destitución es la primera de un gobernante tras la del dictador Alfredo Stroessner, en 1985, luego de 35 años de liderar un regimen signado por la violación de los derechos humanos.
"Fernando Lugo no responde a clases políticas, ni a la mafia ni al narcotráfico, este ciudadano no es turbio", señaló, después de no acudir al juicio que le siguió el Senado a pedido de los diputados, por "mal desempeño de sus funciones".
De inmediato asumió Franco, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que, hasta su sorpresivo cambio hace escasos días, era el principal respaldo parlamentario de Lugo. Ahora alcanza el gobierno, aunque en forma provisional y polémica, por primera vez en 70 años de vida.
"Hoy, en el Paraguay, mediante un mecanismo constitucional se da la alternancia", dijo Franco tras su juramento y prometió a la comunidad internacional el respeto irrestricto de las leyes y tratados.
Anunció medidas a favor de la reforma agraria y prometió justicia para el caso de la muerte de 11 campesinos y seis policías en un enfrentamiento el día 15, durante un desalojo en una hacienda del municipio de Curuguaty, al norte del país.
Ese fue el caso utilizado por los diputados, el jueves 21, para convertirse en acusadores de Lugo y abrir el juicio político. La mayoría opositora parlamentaria, liderada por el partido Colorado, logró el apoyo del PLRA para el juicio político cuando faltan solo nueve meses para las elecciones generales.
Lugo ganó las elecciones en abril de 2008, respaldado por la Alianza Patriótica para el Cambio, un conglomerado de partidos y movimientos políticos y sociales, que incluía desde el PLRA a organizaciones de izquierda.
Para el analista Alfredo Boccia, este escenario benefició en forma directa a Franco, obviamente, pero perjudica al país porque lo deja en un clima de profunda incertidumbre. "A Franco no le será fácil gobernar, porque no va a tener legitimidad", dijo a IPS.
En este sentido recordó el caso de Honduras y el impacto en su economía. "Cuando lo sacaron a Zelaya de una forma muy parecida, la economía fue seriamente perjudicada. Y eso mismo puede pasar en Paraguay", indicó.
Por su parte, el analista Bernardino Cano Radil, cercano al Partido Colorado, dijo a IPS que no hay cambio de gobierno, hay cambio de presidente. "El PLRA es parte del gobierno de Lugo, ganó con los mismos votos", indicó.
La salida de Lugo es producto de un acuerdo entre los dos partidos tradicionales e históricamente antagónicos, el PLRA y el Colorado.
"Lo que se espera a partir de ahora es que Franco tenga la sensatez de entender que es un presidente provisorio", apuntó Cano, que se espera que garantice la seguridad, el respeto a la Constitución nacional y las próximas elecciones.
En su mensaje de asunción, Franco prometió entregar la banda presidencial el 15 de agosto de 2013 a quien resulte elegido en los comicios de abril.
La destitución del presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en una decisión amparada formalmente en la Constitución y tras un juicio político de unas horas, abrió una crisis institucional en la débil democracia del país y recibió el rechazo de América Latina.
Lugo acató el sumario fallo del Senado, que actuó como tribunal inapelable, y casi de inmediato ese cuerpo legislativo juramentó en su reemplazo al vicepresidente Federico Franco, quien debe completar el mandato, que concluye en agosto de 2013.
El Senado desoyó las exhortaciones provenientes de las capitales americanas, desde Washington a Buenos Aires, a realizar un proceso con garantías para la defensa y el debido proceso. Ni siquiera la presencia de una misión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) logró aplazar el juicio o enlentecer el proceso.
Miembros de la misión de cancilleres calificaron el jucio de golpe de Estado y varios países se adelantaron ya en tomar la medida de no reconocimiento de Franco.
América Latina se enfrenta a una nueva crisis institucional, después de la desatada en junio de 2009 en Honduras, con la detención y expulsión del país del presidente Manuel Zelaya, en un golpe cívico militar en el que participó el Congreso legislativo.
La Unasur y otras asociaciones regionales a las que pertenece Paraguay tienen en sus tratados claúsulas democráticas que imponen sanciones, incluida la expulsión, a los países que incurran en rupturas institucionales.
Tras conocer la decisión, Lugo dijo en un mensaje público que "salgo por la puerta grande", después de haberse convertido en 2008 en el político que rompió la hegemonía de 61 años en el gobierno del Partido Colorado, al frente de un proyecto de inclusión social, en uno de los países del mundo con mayor desigualdad.
Llamo a la población a la serenidad, ante lo que calificó como "una herida profunda a la democracia paraguaya". Su destitución es la primera de un gobernante tras la del dictador Alfredo Stroessner, en 1985, luego de 35 años de liderar un regimen signado por la violación de los derechos humanos.
"Fernando Lugo no responde a clases políticas, ni a la mafia ni al narcotráfico, este ciudadano no es turbio", señaló, después de no acudir al juicio que le siguió el Senado a pedido de los diputados, por "mal desempeño de sus funciones".
De inmediato asumió Franco, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que, hasta su sorpresivo cambio hace escasos días, era el principal respaldo parlamentario de Lugo. Ahora alcanza el gobierno, aunque en forma provisional y polémica, por primera vez en 70 años de vida.
"Hoy, en el Paraguay, mediante un mecanismo constitucional se da la alternancia", dijo Franco tras su juramento y prometió a la comunidad internacional el respeto irrestricto de las leyes y tratados.
Anunció medidas a favor de la reforma agraria y prometió justicia para el caso de la muerte de 11 campesinos y seis policías en un enfrentamiento el día 15, durante un desalojo en una hacienda del municipio de Curuguaty, al norte del país.
Ese fue el caso utilizado por los diputados, el jueves 21, para convertirse en acusadores de Lugo y abrir el juicio político. La mayoría opositora parlamentaria, liderada por el partido Colorado, logró el apoyo del PLRA para el juicio político cuando faltan solo nueve meses para las elecciones generales.
Lugo ganó las elecciones en abril de 2008, respaldado por la Alianza Patriótica para el Cambio, un conglomerado de partidos y movimientos políticos y sociales, que incluía desde el PLRA a organizaciones de izquierda.
Para el analista Alfredo Boccia, este escenario benefició en forma directa a Franco, obviamente, pero perjudica al país porque lo deja en un clima de profunda incertidumbre. "A Franco no le será fácil gobernar, porque no va a tener legitimidad", dijo a IPS.
En este sentido recordó el caso de Honduras y el impacto en su economía. "Cuando lo sacaron a Zelaya de una forma muy parecida, la economía fue seriamente perjudicada. Y eso mismo puede pasar en Paraguay", indicó.
Por su parte, el analista Bernardino Cano Radil, cercano al Partido Colorado, dijo a IPS que no hay cambio de gobierno, hay cambio de presidente. "El PLRA es parte del gobierno de Lugo, ganó con los mismos votos", indicó.
La salida de Lugo es producto de un acuerdo entre los dos partidos tradicionales e históricamente antagónicos, el PLRA y el Colorado.
"Lo que se espera a partir de ahora es que Franco tenga la sensatez de entender que es un presidente provisorio", apuntó Cano, que se espera que garantice la seguridad, el respeto a la Constitución nacional y las próximas elecciones.
En su mensaje de asunción, Franco prometió entregar la banda presidencial el 15 de agosto de 2013 a quien resulte elegido en los comicios de abril.