Eurocopa: Italia se reencuentra a tiempo para alcanzar los cuartos
DAVID F. SANCHIDRIÁN, As
La vista del ser humano rinde en su totalidad cuando sus ojos enfocan conjuntamente, visión binocular le llaman. Italia descartó mirar de reojo al partido de España y Croacia y se empeño en hacer su trabajo ante la selección de Irlanda, que se va de la Eurocopa sin puntuar pero dando una lección de profesionalidad en el campo y de pasión en la grada. Los italianos resolvieron la papeleta del grupo C, al igual que lo hizo España en Gdansk ante los croatas, el día en el que Prandelli varió su dibujo. Volvió a la defensa de cuatro, mostró un centro del campo más estético (con Pirlo y De Rossi) y reconoció el esfuerzo de Di Natale sentando a Balotelli. Algo que no sentó nada bien al del Manchester City, que al marcar el tanto en el descuento, un golazo por cierto, mostró de nuevo su versión ‘bad boy’ al intentar sacar a la luz lo que le rondaba por la mente tras su suplencia.
El dominio fue desde el principio ‘azzurro’ aunque los contragolpes irlandeses cortaron alguna vez la respiración de los italianos. El cambio de sistema desempolvó otras reliquias italianas como a Balzaretti. Un puñal desde la banda izquierda. Desde ahí colgó Pirlo un balón en el primer tiempo que encontró a Cassano para tranquilizar a Italia. Los más precavidos no alzaron las campanas al vuelo porque el equipo de Prandelli saca la lengua en la última media hora de partido. Hoy aguantó el último arreón de Irlanda y hasta certificó el pase con el tanto de la tranquilidad. La tranquilidad que se propuso romper Balotelli de no ser por Bonucci que le tapó la boca a tiempo.
Un cambio de cara agradecido
Mucho hablar del ‘Biscotto’ pero Italia debía solventar antes su compromiso ante una Irlanda empeñada en desempolvar su casillero de puntos antes de volver a casa. Trapattoni apeló al orgullo de la selección verde y cerró cualquier puerta a la especulación sacando a su mejor once. Italia, por su parte, volvió al fructífero 4-3-1-2 con Cassano y Di Natale arriba. Es decir, Balotelli al banquillo. Barzagli volvió en el mejor momento para completar la defensa de cuatro y De Rossi volvió a su lugar natural en la zona de creación. El jugador de la Roma aliñado con Pirlo dio un plato de regusto fresco. Aunque Irlanda partió con fuerza, la selección transalpina no tardó más de cinco minutos en tomar el mando de la batalla con transiciones continuas. Los irlandeses, por su parte, se encomendaron a la velocidad de sus contragolpes para sorprender.
El paso de los minutos corría en contra de los intereses de Italia porque en ninguno de los dos estadios se movía el marcador y eso les privaba de los cuartos de final. Aún era pronto para morderse las uñas y aunque se veían imprecisiones más a menudo , los avisos de los italianos eran cada vez más serios. Y siempre por parte de los atacantes. Di Natale estuvo a punto de mover el marcador a la media hora de juego con un disparo a bocajarro pero el cuerpo de Ledger, para los italianos fue la mano, se interpuso para impedir el gol. El delantero del Unidese no cesó en su intento y lo volvió a intentar a los cinco minutos regateando al cancerbero Given, pero otra vez el del Leicester emergió para fastidiarlo todo bajo los palos.
Los italianos cocinaron el gol a fuego a lento para servirlo diez minutos antes del descanso. Cassano moldeó el sueño italiano e hizo olvidar lo que ocurría en Gdansk al aprovecharse de un pase delicioso de Pirlo con un duro testarazo que se estrelló en el larguero antes de entrar. Italia se sacudió la ansiedad a tiempo y ahora debía lidiar con uno de las debilidades más preocupantes de la ‘Azzurra’: el fondo físico. Ante España y Croacia sacaron la lengua antes de tiempo y eso les catapultó a este ‘all in’ sin retorno.
No saltó la reserva italiana
A bote pronto no parecía que los italianos tuvieran la reserva encendida tras la reanudación porque terminaron de perderle el respeto a Irlanda con tres ocasiones. Dos de ellas vinieron de nuevo por el costado zurdo, por donde galopaba libremente Balzaretti, y la otra del primer movimiento de ‘trequartista’ de Motta en todo el partido que Di Natale no rentabilizó.
No todo fueron buenas noticias en el bando italiano. Chiellini se marchó lesionado por un problema muscular y dejó su puesto a Bonucci. Esta noche su baja no ocasionó quebraderos de cabeza pero de confirmarse la rotura muscular, la zaga transalpina acusará su baja en el futuro. La prudencia de Prandelli salió a relucir a falta de media hora para el final al quitar a Cassano y meter a Diamantini y terminó por reconvertir el ataque al dar otra opción a Balotelli (por Di Natale).
Golazo y enajenación de Balotelli
Ahí se esfumó el claro dominio trasalpino e Irlanda se puso al frente para vender cara la piel del oso. Andrews lo escenificó con un disparo seco de falta que hizo trabajar duro a Buffon. El centrocampista irlandés enfiló poco después los vestuarios por doble amarilla. Con uno menos y en el descuento, Italia dio portazo al partido, y a la fase de grupo con un golazo de escorzo de Balotelli. El del Manchester City rebosa tanta calidad como enajenación cuando la vida no le sonríe. Tras el gol intentó gritar al cielo su descontento pero Bonucci le cerró la boca. No hacía falta polemizar la noche en la que Italia encarriló su pase a cuartos de final.
Italia: Buffon; Abate, Barzagli, Chiellini (Bonucci, min. 57), Balzaretti; Pirlo, Marchisio, Thiago Motta, De Rossi; Cassano (Diamanti, min. 63), Di Natale (Balotelli, min. 74).
Irlanda: Given; O'Shea, Dunne, Saint Ledger, Ward; McGeady (Long, min. 65), Whelan, Andrews, Duff; Keane (Cox, min. 86), Doyle (Walters, min. 76).
Goles. 1-0, min.35. Cassano. 2-0, min.90. Balotelli.
Arbitro: Çakir (TUR). Amonestó a Balzaretti (min. 28), De Rossi (min. 71) y Buffon (min. 73) por parte de Italia; y a Andrews (min. 37), O'Shea (min. 39) y Saint Ledger (min. 84) por parte de la República de Irlanda. Expulsó por doble cartulina amarilla a Andrews (min. 89) por parte de la República de Irlanda.
Estadio: Estadio Municipal de Poznan (Polonia).