El FMI adelanta el informe que aboca a España al rescate bancario
El Fondo señala que la banca puede necesitar ayudas superiores a 40.000 millones
El organismo publica en la madrugada del sábado las estimaciones que iba a facilitar el lunes
Miguel Jiménez / Sandro Pozzi
Madrid / Nueva York, El País
En medio de las informaciones que apuntan a la petición de un rescate inminente por parte de España, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha adelantado la publicación de su informe sobre el sector financiero español. Las necesidades de capital de la banca reseñadas en ese informe son las que conducen a España a un rescate europeo con el que recapitalizar el sector financiero. El examen del fondo confirma que ha detectado unas necesidades de 25.000 millones en el escenario base, de 29.000 en el calculado por el Banco de España y de 37.000 en el adverso, pero advierte que las necesidades de capital pueden superar finalmente esa última cifra de alrededor de los 40.000 millones.
El argumento del Fondo es que la cifra puede aumentar por los costos de reestructuración y la reclasificación de préstamos (por ejemplo, para el caso de las refinanciaciones artificiales) que puedan identificarse en las valoraciones independientes de los activos que acaban de ponerse en marcha.
El FMI tenía previsto publicar ese informe el lunes, como había anunciado el Gobierno español. Por eso, el adelanto a la medianoche del viernes al sábado se interpretaba anoche en medios financieros como un indicio más de que este sábado España planteará su rescate en una teleconferencia del Eurogrupo, que reúne a los ministros de Economía y Finanzas del área euro. El Gobierno, de ese modo, podría no esperar a conocer los informes de consultores y auditores independientes para manifestar su voluntad de pedir el rescate, aunque sí para cuantificarlo y solicitarlo formalmente.
En ese sentido va una advertencia del Fondo: “En adelante, será crítico comunicar con claridad la estrategia para crear un mecanismo de apoyo creíble para las deficiencias de capital que, según demuestra la experiencia, es mejor sobreestimar que subestimar”, señaló Ceyla Pazarbasioglu, subdirectora del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI y jefa del equipo que llevó a cabo el informe, que estuvo en España del 1 al 21 de febrero y del 12 al 25 de abril.
Los puntos básicos del informe son conocidos por la publicación adelantada de las conclusiones preliminares que propició el Ministerio de Economía español el 25 de abril. El FMI considera que los costes de rescatar las entidades españolas con problemas son demasiado altos para ser asumidos solo por el sector y cree que puede hacer falta dinero público.
El informe señala que los grandes bancos españoles son sólidos, que el núcleo del sector financiero está bien gestionado y resistiría nuevos shocks, pero que hay que hacer frente a las vulnerabilidades del sistema.
El FMI critica que “en los últimos años, el enfoque gradual aplicado a la adopción de medidas correctivas permitió a los bancos débiles continuar operando en detrimento de la estabilidad financiera”, aunque responsabiliza principalmente de la lentitud en la respuesta no al Banco de España, sino a la complejidad legal y de gobierno corporativo de las cajas de ahorros.
“Las autoridades españolas han recientemente acelerado las reformas del sector financiero para reducir las vulnerabilidades del sistema. Han tomado medidas para abordar la situación de algunos de los bancos más problemáticos y actualmente están llevando a cabo una valoración independiente de todas las carteras, lo cual constituye un paso alentador y debería contribuir a determinar las futuras necesidades de reestructuración”, señaló Pazarbasioglu, a través de una nota. “Pero el grado y la persistencia del deterioro económico pueden implicar nuevas pérdidas para los bancos. La plena implementación de las reformas, así como el establecimiento de un mecanismo de respaldo público creíble, serán críticos para mantener la estabilidad financiera en el futuro”, añadió la responsable del informe.
Pruebas de resistencia a la banca
El sector financiero español se ha visto golpeado por una sucesión de shocks. La capacidad de resistencia de los bancos a estos golpes ha variado mucho de un caso a otro, en gran medida debido a los diferentes modelos de negocio adoptados y a las diferencias en las filosofías de calidad de la gestión y control del riesgo.
El examen del Fondo incluyó pruebas de resistencia o test de estrés del sector bancario, realizadas con el objetivo de evaluar las vulnerabilidades —entre otras situaciones, teniendo en cuenta un deterioro grave de las condiciones económicas—, que se basaron en datos confidenciales y detallados de cada banco.
Estas pruebas no tuvieron por objeto establecer una cifra definitiva para las necesidades de capital, sino detectar deficiencias críticas en algunos segmentos e instituciones determinadas. La conclusión fue que, “si bien el núcleo del sistema parece ser sólido, persisten vulnerabilidades en algunos segmentos”.
Los grandes bancos pasan sin problemas incluso el escenario más extremo que plantea el examen del FMI
Se contemplaron tres escenarios en los que se midió el capital necesario para cumplir con los niveles de solvencia del 7% de los activos ponderados por riesgo previstos por las normativas internacionales a implementar (Basilea III).
En el escenario base, el más probable, el examen cifró las necesidades en 25.000 millones de euros. En un escenario intermedio, el previsto por el Banco de España, la cifra subía a 29.000. Y en un escenario desfavorable, mucho peor de lo previsto, la prueba dio como resultado 37.000 millones. Los grandes bancos pasan sin problemas incluso ese escenario extremo.
Pero el Fondo es consciente de que Economía ha puesto en marcha consultorías y auditorías que pueden arrojar una cifra mayor, especialmente teniendo en cuenta el tipo de saneamiento que se ha llevado a cabo en Bankia. Por ello, redondean al alza esos 37.000 millones a 40.000 y además advierten que las necesidades finales de capital pueden ser mayores si los informes de los auditores así lo señalan. Como ellos mismos dicen, es mejor pasarse que quedarse corto.
El organismo publica en la madrugada del sábado las estimaciones que iba a facilitar el lunes
Miguel Jiménez / Sandro Pozzi
Madrid / Nueva York, El País
En medio de las informaciones que apuntan a la petición de un rescate inminente por parte de España, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha adelantado la publicación de su informe sobre el sector financiero español. Las necesidades de capital de la banca reseñadas en ese informe son las que conducen a España a un rescate europeo con el que recapitalizar el sector financiero. El examen del fondo confirma que ha detectado unas necesidades de 25.000 millones en el escenario base, de 29.000 en el calculado por el Banco de España y de 37.000 en el adverso, pero advierte que las necesidades de capital pueden superar finalmente esa última cifra de alrededor de los 40.000 millones.
El argumento del Fondo es que la cifra puede aumentar por los costos de reestructuración y la reclasificación de préstamos (por ejemplo, para el caso de las refinanciaciones artificiales) que puedan identificarse en las valoraciones independientes de los activos que acaban de ponerse en marcha.
El FMI tenía previsto publicar ese informe el lunes, como había anunciado el Gobierno español. Por eso, el adelanto a la medianoche del viernes al sábado se interpretaba anoche en medios financieros como un indicio más de que este sábado España planteará su rescate en una teleconferencia del Eurogrupo, que reúne a los ministros de Economía y Finanzas del área euro. El Gobierno, de ese modo, podría no esperar a conocer los informes de consultores y auditores independientes para manifestar su voluntad de pedir el rescate, aunque sí para cuantificarlo y solicitarlo formalmente.
En ese sentido va una advertencia del Fondo: “En adelante, será crítico comunicar con claridad la estrategia para crear un mecanismo de apoyo creíble para las deficiencias de capital que, según demuestra la experiencia, es mejor sobreestimar que subestimar”, señaló Ceyla Pazarbasioglu, subdirectora del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI y jefa del equipo que llevó a cabo el informe, que estuvo en España del 1 al 21 de febrero y del 12 al 25 de abril.
Los puntos básicos del informe son conocidos por la publicación adelantada de las conclusiones preliminares que propició el Ministerio de Economía español el 25 de abril. El FMI considera que los costes de rescatar las entidades españolas con problemas son demasiado altos para ser asumidos solo por el sector y cree que puede hacer falta dinero público.
El informe señala que los grandes bancos españoles son sólidos, que el núcleo del sector financiero está bien gestionado y resistiría nuevos shocks, pero que hay que hacer frente a las vulnerabilidades del sistema.
El FMI critica que “en los últimos años, el enfoque gradual aplicado a la adopción de medidas correctivas permitió a los bancos débiles continuar operando en detrimento de la estabilidad financiera”, aunque responsabiliza principalmente de la lentitud en la respuesta no al Banco de España, sino a la complejidad legal y de gobierno corporativo de las cajas de ahorros.
“Las autoridades españolas han recientemente acelerado las reformas del sector financiero para reducir las vulnerabilidades del sistema. Han tomado medidas para abordar la situación de algunos de los bancos más problemáticos y actualmente están llevando a cabo una valoración independiente de todas las carteras, lo cual constituye un paso alentador y debería contribuir a determinar las futuras necesidades de reestructuración”, señaló Pazarbasioglu, a través de una nota. “Pero el grado y la persistencia del deterioro económico pueden implicar nuevas pérdidas para los bancos. La plena implementación de las reformas, así como el establecimiento de un mecanismo de respaldo público creíble, serán críticos para mantener la estabilidad financiera en el futuro”, añadió la responsable del informe.
Pruebas de resistencia a la banca
El sector financiero español se ha visto golpeado por una sucesión de shocks. La capacidad de resistencia de los bancos a estos golpes ha variado mucho de un caso a otro, en gran medida debido a los diferentes modelos de negocio adoptados y a las diferencias en las filosofías de calidad de la gestión y control del riesgo.
El examen del Fondo incluyó pruebas de resistencia o test de estrés del sector bancario, realizadas con el objetivo de evaluar las vulnerabilidades —entre otras situaciones, teniendo en cuenta un deterioro grave de las condiciones económicas—, que se basaron en datos confidenciales y detallados de cada banco.
Estas pruebas no tuvieron por objeto establecer una cifra definitiva para las necesidades de capital, sino detectar deficiencias críticas en algunos segmentos e instituciones determinadas. La conclusión fue que, “si bien el núcleo del sistema parece ser sólido, persisten vulnerabilidades en algunos segmentos”.
Los grandes bancos pasan sin problemas incluso el escenario más extremo que plantea el examen del FMI
Se contemplaron tres escenarios en los que se midió el capital necesario para cumplir con los niveles de solvencia del 7% de los activos ponderados por riesgo previstos por las normativas internacionales a implementar (Basilea III).
En el escenario base, el más probable, el examen cifró las necesidades en 25.000 millones de euros. En un escenario intermedio, el previsto por el Banco de España, la cifra subía a 29.000. Y en un escenario desfavorable, mucho peor de lo previsto, la prueba dio como resultado 37.000 millones. Los grandes bancos pasan sin problemas incluso ese escenario extremo.
Pero el Fondo es consciente de que Economía ha puesto en marcha consultorías y auditorías que pueden arrojar una cifra mayor, especialmente teniendo en cuenta el tipo de saneamiento que se ha llevado a cabo en Bankia. Por ello, redondean al alza esos 37.000 millones a 40.000 y además advierten que las necesidades finales de capital pueden ser mayores si los informes de los auditores así lo señalan. Como ellos mismos dicen, es mejor pasarse que quedarse corto.