Correa critica a la OEA y le exige volver los ojos a América Latina
Tiquipaya, Abi
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, lanzó el lunes duras críticas a la Organización de Estados Americanos (OEA) y poco menos le intimó sujetar sus acciones a los intereses de la mayoría de los países que la legitiman, lejos de Estados y capitales hegemónicos, en el primero de los dos días de su Asamblea General número 42 en la ciudad boliviana de Tiquipaya.
"Revolucionarse o desaparecer", intimó el mandatario durante un discurso pronunciado ante el plenario de la OEA en el comienzo de las sesiones de su período ordinario en Bolivia.
El jefe de Estado ecuatoriano llegó a primera hora del lunes a Cochabamba, vecina de Tiquipaya, que acoge a 34 cancilleres que conforman la máxima instancia decisoria del ente hemisférico.
Correa, que efectuó una denuncia respaldada en datos, cifras y antecedentes históricos, mantuvo que el Sistema Interamericano no miró, en contraposición a su naturaleza y misión, los intereses de América latina y el Caribe y que aceptó, en cambio, los mandatos de potencias, en alusión a Estados Unidos y Europa.
"Lamentablemente vemos que el Sistema Interamericano no está al nivelo de este cambio de época (en las Américas) sin poder dar soluciones o al menos posturas contundentes y decisivas tales como las colonias en nuestra América. Me refiero a las Islas Malvinas", en poder de Inglaterra desde la guerra de 1982 y cuya jurisdicción reclama Argentina, afirmó.
El gobernante ecuatoriano también se querelló contra el "embargo criminal que sufre ya por medio siglo un país hermano como Cuba" y deploró que el organismo se haya cruzado de brazos ante el golpe de Estado en Honduras, en 2009, contra el presidente Manuel Zelaya.
"Históricamente la OEA ha servido como instrumento de política internacional de países hegemónicos como la llamó alguna vez Fidel Castro (ex presidente de Cuba), ha servido como ministerio de las colonias", remató.
Correa, que pidió entender sus conceptos en el cambio que experimentan las democracias latinoamericanas, se quejó por la independencia rayana en el desacato del Consejo Permanente de la OEA, en desmedro de los intereses latinoamericanos.
"Muchas veces opera al margen de la dinámica política de la región. Incluso sabemos de muchos casos en que los representantes de este Consejo en Washington no respondieron a las visiones políticas de ustedes como ministros de Relaciones Exteriores y menos aún de mis colegas jefes de Estado", citó de ejemplo.
En presencia del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, a quien encareció asumir sus críticas de manera institucional, dijo que llegado el caso y ante la extensión de posturas independientes y el virtual desacato, debe adoptarse decisiones duras.
"Si no se supera (la situación actual) sería mejor, entonces, tomar otra clase de decisiones por parte de ciertos países miembros aquí presentes (?) no tenemos que negociar nada con ninguna burocracia", afirmó.
El mandatario también dirigió sus críticas al Sistema Interamericano de Derechos Humanos que, dijo, se ha desfasado y que responde a los impulsos de Estados Unidos que sin haberlo homologado la controla.
"La crisis de falta de eficacia y representatividad también la pudimos ver en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y particularmente en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la cual está totalmente influenciada incluso por países hegemónicos incluido de oenegismo y por los intereses del gran capital, particularmente aquel capital detrás de los negocios dedicados a la comunicación", sostuvo.
Las oenegés merecieron un capítulo especial y las acusó, de plano, de mecanimsos de conspiración contra los gobiernos progresistas de la región.
Deploró, asimismo, que el funcionamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se sustente con fondos desembolsados por EEUU, siendo que Washington no reconoce su jurisdicción.
Consideró impertinente que la CIDH reciba también aportes de Europa y organismos de cooperación internacional.
"Nos guste o no", dijo a los cancilleres de la región que escucharon imperturbables su discurso, "condiciona la función y visión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Los países de nuestra América tenemos capacidad, por pobres que seamos, para financiar nuestras propias instituciones".
También calificó de incomprensible que la sede de la CIDH permanezca en Washington, cuando literalmente Estados Unidos no la reconoce.
"Intolerante, incomprensible, por ejemplo, la sede de la Comsión Interamericana de Derechos Humanos está en Washington y sin embargo EEUU no es signatario del Pacto de San José", denunció.
Asimismo Correa emplazó su artillería sobre las acciones del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), estéril cuando Inglaterra desplegó su poder militar contra Argentina e invadió las Islas Malvinas en 1982.
"No podemos negar la historia institucional de la OEA. Incluso debió desaparecer cuando se demostró su ineficacia y el absoluto irrespeto por ejemplo al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, durante la Guerra de las Malvinas",
Por último criticó ácidamente que la Relatoria de Libertad de Expresión tenga autonomía de vuelo en desmedro de la OEA.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, lanzó el lunes duras críticas a la Organización de Estados Americanos (OEA) y poco menos le intimó sujetar sus acciones a los intereses de la mayoría de los países que la legitiman, lejos de Estados y capitales hegemónicos, en el primero de los dos días de su Asamblea General número 42 en la ciudad boliviana de Tiquipaya.
"Revolucionarse o desaparecer", intimó el mandatario durante un discurso pronunciado ante el plenario de la OEA en el comienzo de las sesiones de su período ordinario en Bolivia.
El jefe de Estado ecuatoriano llegó a primera hora del lunes a Cochabamba, vecina de Tiquipaya, que acoge a 34 cancilleres que conforman la máxima instancia decisoria del ente hemisférico.
Correa, que efectuó una denuncia respaldada en datos, cifras y antecedentes históricos, mantuvo que el Sistema Interamericano no miró, en contraposición a su naturaleza y misión, los intereses de América latina y el Caribe y que aceptó, en cambio, los mandatos de potencias, en alusión a Estados Unidos y Europa.
"Lamentablemente vemos que el Sistema Interamericano no está al nivelo de este cambio de época (en las Américas) sin poder dar soluciones o al menos posturas contundentes y decisivas tales como las colonias en nuestra América. Me refiero a las Islas Malvinas", en poder de Inglaterra desde la guerra de 1982 y cuya jurisdicción reclama Argentina, afirmó.
El gobernante ecuatoriano también se querelló contra el "embargo criminal que sufre ya por medio siglo un país hermano como Cuba" y deploró que el organismo se haya cruzado de brazos ante el golpe de Estado en Honduras, en 2009, contra el presidente Manuel Zelaya.
"Históricamente la OEA ha servido como instrumento de política internacional de países hegemónicos como la llamó alguna vez Fidel Castro (ex presidente de Cuba), ha servido como ministerio de las colonias", remató.
Correa, que pidió entender sus conceptos en el cambio que experimentan las democracias latinoamericanas, se quejó por la independencia rayana en el desacato del Consejo Permanente de la OEA, en desmedro de los intereses latinoamericanos.
"Muchas veces opera al margen de la dinámica política de la región. Incluso sabemos de muchos casos en que los representantes de este Consejo en Washington no respondieron a las visiones políticas de ustedes como ministros de Relaciones Exteriores y menos aún de mis colegas jefes de Estado", citó de ejemplo.
En presencia del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, a quien encareció asumir sus críticas de manera institucional, dijo que llegado el caso y ante la extensión de posturas independientes y el virtual desacato, debe adoptarse decisiones duras.
"Si no se supera (la situación actual) sería mejor, entonces, tomar otra clase de decisiones por parte de ciertos países miembros aquí presentes (?) no tenemos que negociar nada con ninguna burocracia", afirmó.
El mandatario también dirigió sus críticas al Sistema Interamericano de Derechos Humanos que, dijo, se ha desfasado y que responde a los impulsos de Estados Unidos que sin haberlo homologado la controla.
"La crisis de falta de eficacia y representatividad también la pudimos ver en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y particularmente en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la cual está totalmente influenciada incluso por países hegemónicos incluido de oenegismo y por los intereses del gran capital, particularmente aquel capital detrás de los negocios dedicados a la comunicación", sostuvo.
Las oenegés merecieron un capítulo especial y las acusó, de plano, de mecanimsos de conspiración contra los gobiernos progresistas de la región.
Deploró, asimismo, que el funcionamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se sustente con fondos desembolsados por EEUU, siendo que Washington no reconoce su jurisdicción.
Consideró impertinente que la CIDH reciba también aportes de Europa y organismos de cooperación internacional.
"Nos guste o no", dijo a los cancilleres de la región que escucharon imperturbables su discurso, "condiciona la función y visión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Los países de nuestra América tenemos capacidad, por pobres que seamos, para financiar nuestras propias instituciones".
También calificó de incomprensible que la sede de la CIDH permanezca en Washington, cuando literalmente Estados Unidos no la reconoce.
"Intolerante, incomprensible, por ejemplo, la sede de la Comsión Interamericana de Derechos Humanos está en Washington y sin embargo EEUU no es signatario del Pacto de San José", denunció.
Asimismo Correa emplazó su artillería sobre las acciones del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), estéril cuando Inglaterra desplegó su poder militar contra Argentina e invadió las Islas Malvinas en 1982.
"No podemos negar la historia institucional de la OEA. Incluso debió desaparecer cuando se demostró su ineficacia y el absoluto irrespeto por ejemplo al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, durante la Guerra de las Malvinas",
Por último criticó ácidamente que la Relatoria de Libertad de Expresión tenga autonomía de vuelo en desmedro de la OEA.