Coalición griega asume poder; revisará rescate

Atenas, Reuters
Un Gobierno liderado por conservadores asumió el miércoles el poder en Grecia con la promesa de renegociar las duras condiciones de austeridad impuestas por el rescate financiero internacional y superar la peor crisis del país en cuatro décadas.

La jura de Antonis Samaras como primer ministro luego de las elecciones del domingo puso fin a semanas de incertidumbre, que alteraron a los mercados financieros y amenazaron con empujar al país mediterráneo a abandonar al euro.

Samaras, un economista educado en Harvard y proveniente de una prominente familia griega, encabezará una alianza entre su partido Nueva Democracia y los socialistas de PASOK, dos fuerzas desacreditadas que han dominado la política desde 1974.

"Soy totalmente consciente de lo crítico que es este momento para nuestra nación", dijo Samaras luego de jurar en una ceremonia conducida por sacerdotes ortodoxos en la mansión presidencial.

"Sé muy bien que el pueblo griego está herido y necesita recuperar su dignidad. Sé que la economía debe recuperarse rápidamente para restablecer la justicia y la cohesión social", agregó.

La coalición deberá lidiar con el descontento público por el desempeño de los políticos, enfrentar a una fortalecida oposición de izquierda que perdió por un estrecho margen la elección y convencer a los socios europeos de que suavicen los términos del rescate.

El partido Nueva Democracia de Samaras trabajaba en la formación del nuevo gabinete con el respaldo de PASOK y el más pequeño partido de izquierda democrática.

Un funcionario de una de las tres agrupaciones de la coalición dijo que se acordó nombrar al presidente del National Bank, Vassilis Rapanos, como ministro de Finanzas.

PASOK, el antiguo partido gobernante, apoyará al Gobierno en el parlamento, pero no se sabe aún si alguno de sus integrantes se unirá al nuevo gabinete.

El nuevo Gobierno enfrentará una presión inmediata para intentar suavizar las resentidas medidas de austeridad que se le exigen a Grecia bajo el rescate de 130.000 millones de euros acordado en marzo con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

PUEBLO HUMILLADO

La crisis griega no sólo ha dejado un pueblo más pobre, sino también humillado.

Mientras los líderes políticos negociaban la coalición, cientos de griegos que hasta hace poco formaban parte de una próspera clase media colmaron un parque de Atenas para recoger vegetales gratis ofrecidos por una asociación de productores de la isla de Creta.

"Ni en mi peor pesadilla imaginé que iba a terminar así, haciendo fila para recibir comida", dijo Eleni Moshidou, madre de tres hijos y desempleada. "Me siento humillada. Nuestros políticos nos llevaron a esto", agregó.

Nueva Democracia superó por poco a los radicales de izquierda de SYRIZA, que promueven cancelar el rescate y negociar un nuevo programa.

Pero la primera disputa del nuevo Gobierno seguramente será con los prestamistas internacionales, cuando intente convencerlos de que suavicen las metas de austeridad.

El líder de PASOK, Evangelos Venizelos, advirtió sobre una "gran batalla" en Bruselas para lograr un nuevo acuerdo de rescate que promueva el crecimiento y contenga el desempleo. "El tema más crítico es la formación del equipo de negociación nacional y asegurarnos de que sea exitoso", declaró.

SOSPECHAS

Alemania, la mayor economía de la zona euro, mantiene sus sospechas respecto a Samaras, quien pasó de oponerse al rescate cuando PASOK estaba en el poder a apoyarlo cautelosamente cuando el Gobierno socialista comenzó a desarmarse a fines del año pasado.

"Lo que se necesita es más decisión para implementar rápidamente las medidas que ya fueron acordadas", dijo el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, en una entrevista con el semanario Die Zeit.

La canciller Angela Merkel llamó a Samaras para desearle "suerte y éxito en la difícil tarea que tiene por delante" y para invitarlo a Berlín, de acuerdo a un portavoz del Gobierno alemán.

Funcionarios de la Unión Europea han indicado que podrían hacerse algunos ajustes al programa, retrasado en sus metas, durante las semanas de incertidumbre política que siguieron a las elecciones de mayo y una recesión más profunda a lo esperado.

El programa de rescate ha mantenido a Grecia en el euro a cambio de fuertes recortes al gasto y los salarios, que han llevado el desempleo a un máximo histórico y profundizaron la recesión, que se encuentra en su quinto año.

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