Cientos de policías bolivianos asaltan edificios de los cuerpos de seguridad


Los agentes, que exigen mejoras salariales y laborales, incendiaron documentos, destrozaron equipos y destruyeron algún edificio

Mabel Azcui
Cochabamba, El País

La tropa de la Policía Boliviana está amotinada y, tan enojada, que ha protagonizado violentos saqueos de sus propias oficinas, mientras sus dirigentes continúan negociando las demandas con autoridades gubernamentales. Los agentes exigen mejoras salariales, jubilación al 100% y otras prestaciones. El Gobierno hasta ahora ha ofrecido un aumento del 10% en su salario, equivalente a 200 euros, lo que ha encendido las protestas.

Cientos de policías bolivianos, acompañados por sus esposas, han saqueado y destrozado la sede de la Inteligencia de su institución y quemado los archivos cerca del Palacio de Gobierno de La Paz. Los agentes salieron del cuartel de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), que tomaron por la fuerza el jueves, desfilaron ante el Palacio Quemado, donde tiene sus oficinas el presidente Evo Morales, y luego han atacado las oficinas de la Inteligencia de la Policía Nacional.

La protesta se ha extendido en casi todo el país, que han desconocido la autoridad del comandante nacional. Pese a que los agentes han dejado la mayoría de sus puestos, mantienen la vigilancia en la banca, empresas privadas y cárceles. La Plaza Murillo, donde están la Presidencia, el Parlamento y el Ministerio de Exteriores, quedó sin vigilancia. El Gobierno no ha querido hasta ahora reemplazar por soldados a los policías que guardan habitualmente el Palacio Quemado, que tiene todas sus puertas cerradas.

La mayor protesta, encabezada por las esposas de los policías, se encuentra en La Paz. Los efectivos, vestidos de paisano y con la cara cubierta, han salido en ruidosas manifestaciones de protesta ante la Casa de Gobierno, que mantiene puertas cerradas, para dirigirse unos 120 metros más adelante a las oficinas del Tribunal Disciplinario y la Dirección de Inteligencia (Información). Una vez ocupadas, y golpeados algunos de sus camaradas que se encontraban trabajando, grupos de exaltados sacaron muebles y documentos para quemarlos ante el edificio al grito de “motín”.

Las esposas de los policías asumieron, hace varias semanas, la tarea de pedir al Gobierno un mejor tratamiento salarial, la derogación de una ley de personal muy restrictiva, la jubilación con el cien por ciento de lo ganado y una Defensoria del Policía.

Las gestiones no tuvieron éxito y hace cinco días al menos unas 300 esposas y familiares comenzaron un ayuno en todo el país. Después, encerraron a sus maridos en los cuarteles e impidieron su salida con vigilias ante la puerta de las unidades policiales. El jueves comenzaron las ocupaciones de los cuarteles y la resolución de la tropa de rebelarse y amotinarse hasta que se atiendan positivamente sus demandas.

El policía retirado David Vargas, que lideró la rebelión de febrero de 2003, ha lamentado el crónico maltrato que se da a los miembros de su institución y ha señalado que la reacción de sus excompañeros se debe a que las autoridades gubernamentales “les están ninguneando, están minimizando su protesta”.

El Gobierno de Morales y los mandos de la Policía Nacional han pedido calma y diálogo a los agentes de bajo rango, que exigen mejoras salariales y laborales. Pero los incidentes han seguido tanto en La Paz como en otras ciudades. Varios oficiales han resultado heridos al tratar de frenar a los agentes, según fuentes oficiales.

La ministra de Comunicaciones, Amanda Dávila, ha informado que el presidente Evo Morales ha dado órdenes precisas al comandante de la Policía para solucionar el conflicto. En su declaración pública, Dávila ha pedido a los dirigentes del movimiento de protesta “a no permitir que esta reivindicación económica, demanda legítima, se distorsione con la violencia”.

El comandante general, coronel Maldonado, ha hecho un llamamiento a sus camaradas a fin de “sacar a la institución del difícil momento” en que se ha sumido esa institución. “Bajemos la tensión, la violencia no deja nada bueno a la institución”, ha reiterado ante la prensa local. Maldonado mantuvo reuniones con los dirigentes de los policías durante la madrugada sin llegar a resultados.

Después de la declaración pública, las puertas del Comando de la Policía fueron cerradas y algunos minutos más tarde, los funcionarios salieron con ordenadores, equipos de computación, cámaras, armamento, documentación y prendas de vestir y se embarcaron en taxis con destino desconocido, según constataron los reporteros de Radio Fides y la cadena Erbol de La Paz.

Aparentemente, el objetivo es salvaguardar documentos y ordenadores sobre todo después de la experiencia de ver cómo los equipos y archivos del Tribunal Disciplinario y de la Dirección de Informaciones fueron destrozados e incendiados por los exaltados amotinados.

En el cuartel de la UTOP existe un compás de espera ante la posibilidad de que el Gobierno acceda a un diálogo directo con la tropa y con las esposas de los policías

Las protestas de los policías comenzaron el miércoles en La Paz, Oruro, Potosí y Sucre, donde bloquearon el acceso a comandos y cuarteles, y llamaron a suspender actividades, mientras sus esposas iniciaron huelgas de hambre. Dirigentes de los agentes de bajo rango de Cochabamba y Santa Cruz confirmaron a medios locales que también están "acuartelados", en solidaridad con sus compañeros movilizados en La Paz.

El director del Servicio General de Identificación Personal, Antonio Costas, ha denunciado este viernes la toma de las oficinas de esa institución en Oruro por efectivos policiales. "Se registró una toma de policías en oficinas en Oruro y allí estamos realmente preocupados porque se han quemado documentos en la terraza y no sabemos el estado de los equipos", dijo Costas a la emisora oficial Patria Nueva.

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