Zona euro pide plan contingencia para salida griega

Bruselas, AFP
Autoridades de la zona euro pidieron a los países miembros de la unión monetaria que preparen planes de contingencia en la eventualidad de que Grecia decida abandonar el bloque, un escenario que el banco central de Alemania dijo que sería "manejable".

Tres funcionarios dijeron a Reuters que la instrucción fue acordada el lunes en una teleconferencia del Grupo de Trabajo del Eurogrupo (GTE), expertos que trabajan para los ministros de Finanzas del bloque.

"El GTE acordó que cada país de la zona euro debe preparar un plan de contingencia, individualmente, para las consecuencias potenciales de una salida de Grecia del euro", dijo un funcionario del bloque cercano a la discusión en la teleconferencia.

La noticia se conoce en un momento muy delicado, horas antes de que los líderes de la Unión Europea se reúnan para tratar de reactivar sus debilitadas economías en una cumbre en la noche del miércoles.

Aunque los líderes se enfocarán en la perspectiva de que Grecia abandone la zona monetaria, la denominada "Grexit" que las autoridades dicen querer evitar, han quedado al descubierto los desacuerdos respecto a un plan de emitir bonos comunes y otras medidas para aliviar dos años de crisis de deuda.

El ministerio de Finanzas de Grecia negó que se haya acordado un plan de ese tipo.

"Dichas informaciones no solamente son falsas, sino que obstaculizan los esfuerzos de la República Helénica para enfrentar sus desafíos en esta coyuntura crítica", dijo el ministerio en un comunicado.

En su reporte mensual, el Bundesbank de Alemania dijo que la situación en Grecia era "extremadamente preocupante" y que ponía en peligro futuras ayudas financieras al amenazar con no implementar las reformas acordadas en sus dos rescates.

Dijo además que una salida del euro presentaría desafíos "considerables pero manejables" para sus socios europeos, elevando la presión sobre Atenas para que prosiga con sus dolorosas reformas económicas.

Funcionarios griegos ha dicho que sin los fondos externos, el país se quedará sin dinero en dos meses.

Por primera vez en más de dos años de reuniones para combatir la deuda, los líderes de Francia y Alemania no se reunieron de antemano para acordar posiciones, marcando un importante cambio en el eje franco-alemán que tradicionalmente había dirigido la generación de políticas europeas.

En cambio, el nuevo mandatario francés, Francois Hollande, se reunió en París con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para discutir de política antes de que ambos viajaran a Bruselas para la cumbre.

Hollande dijo que desconocía que existiera un llamado para elaborar planes de contingencia ante la posibilidad de la salida de Grecia.

Pese a los temores a que los griegos puedan abrir la puerta de salida si votan por partidos opositores a los rescates en las elecciones del 17 de junio, España -donde la economía está en recesión y el sistema bancario necesita reestructurarse- está en la línea de fuego de la crisis, con un miedo cada vez mayor a necesitar también un rescate.

Tras reunirse con Hollande, Rajoy dijo que no tenía intenciones de buscar ayuda externa para los bancos españoles.

NO HABRIA GRANDES DECISIONES


La victoria electoral de Hollande ha cambiado de manera significativa los términos del debate en Europa y su llamado a dar mayor énfasis al crecimiento ha sido bien recibido por otros líderes.

Pero esto lo ha enfrentado con Merkel, que apoya la expansión pero cuyo objetivo principal es la austeridad presupuestaria y las reformas estructurales.

En su primera cumbre de la UE, Hollande ha optado por tomar una postura firme sobre la emisión de eurobonos -la idea de la mutualización de la deuda de la zona euro- a pesar de la fuerte oposición alemana a una propuesta que ha sido objeto de acalorados debates durante más de dos años.

El socialista francés contará con el apoyo del primer ministro italiano, Mario Monti, y del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, entre otros dirigentes.

Sin embargo, Merkel no ha mostrado señales de abandonar sus objeciones a la propuesta, la que según dijo sólo podrá ser discutida una vez que haya una unión fiscal mucho más cercana en Europa.

Los Países Bajos, Finlandia y algunos estados más pequeños de la zona euro la apoyan en esa postura.

Un diplomático de la Unión Europea comentó que "introducir los eurobonos es el equivalente a tocar la campana para llamar a un 'happy hour' para que los borrachos puedan posponer su resaca indefinidamente".

La cumbre del miércoles tiene por objeto promover ideas sobre el empleo y el crecimiento de cara a otra reunión prevista para finales de junio.

Pero no se espera que se tomen decisiones de envergadura, aunque está claro que el debate será intenso, no sólo sobre los eurobonos, sino que también sobre cómo rescatar a la banca europea y si dar más tiempo a los países en problemas para que cumplan sus metas de déficit presupuestario.

Los funcionarios trataron de restar importancia a cualquier posibilidad de fisura.

"Esta no debería ser una discusión tensa debido a que es un debate amplio sobre las propuestas que están sobre la mesa. No estamos ahí para negociar ni tomar decisiones", dijo un asesor de la presidencia francesa.

"Hoy Alemania no está firmemente en contra de los eurobonos por siempre, y eso hace posible una discusión. Cuál es el marco de tiempo y cuáles los compromisos (presupuestarios) que requeriríamos, en eso se basará la discusión", agregó.

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