Villarreal respira a costa de un Sporting que espera un milagro


Gijón, EFE
Sporting de Gijón está a un paso del descenso a Segunda división tras perder (2-3) ante un Villarreal, el equipo al que tenía más a mano en la clasificación, y que con el triunfo respira aliviado, mientras que su rival pagó caro sus errores defensivos.

Ya había advertido Javier Clemente que este partido era más decisivo para el Sporting que para el Villarreal porque el conjunto visitante aún perdiendo todavía seguiría en la pelea por eludir el descenso, pero eso no hizo variar el dispositivo táctico de los rojiblancos con un entramado defensivo sobre el que el técnico esperaba montar las jugadas de ataque.

Esa fue una táctica que le proporcionó resultados positivos ante el Rayo Vallecano y el Espanyol pero como tantas veces esta temporada dos errores defensivos facilitaron que el Villarreal se adelantara por dos veces en las dos únicas ocasiones de peligro que creó en la primera mitad.

Clemente finalmente se decantó por el joven Alex Menéndez para el lateral zurdo y el jugador del filial pasó muchos problemas ante Hernán Pérez, ya que la mayor parte de las acciones ofensivas del Villarreal pasaban por aquella zona.

Los primeros minutos fueron de igualdad y pelea por hacerse con el dominio del centro del campo, hasta que en el minuto 5 Sangoy tuvo la primera oportunidad en un balón largo que el delantero sportinguista logró rematar casi sobre la línea de fondo pero Diego López tocó lo suficiente para desviar a córner.

La réplica del Villarreal fue un flojo disparo de Bruno desde fuera del área al que respondió Juan Pablo con una buena estirada y pocos minutos después Bruno cabeceó fuera un centro al que no llegó la zaga local que estaba bastante nerviosa.

En los mejores momentos del Villarreal llegó la jugada del primer gol, Bruno se quedó sólo ante Juan Pablo, pero el portero del Sporting logró desviar su disparo en una gran parada mas el delantero castellonense se hizo de nuevo con el balón y centró para que Mario tocara lo suficiente para marcar.

Un gol que obligaba, como tantas veces esta temporada, a los gijoneses a tratar de remontar en el marcador, pero los minutos pasaban sin que llegasen las ocasiones hasta que Lora se inventó una cuando se hizo con un balón diez metros fuera del área y lanzó un disparo que pasó por entre las piernas de varios jugadores y superó a Diego López pegado al poste izquierdo.

Un gol que hizo renacer la esperanza de la remontada pero de nuevo un error defensivo, este de Damián Suárez al despejar un balón franco permitió a Marcos Rubén internarse en el área y Gregory en su intento de despejar el balón le derribó y el árbitro señaló penalti que transformó Marcos Senna.

En la segunda parte, el Sporting salió decidido a revertir la situación. Sangoy chutó alto desperdiciando una gran ocasión y pocos minutos después Hernán Pérez, que previamente había visto como Juan Pablo le sacó un gol cantado, conectó un zurdazo desde fuera del área que tras tocar en un poste se alojó en el fondo de la red haciendo inútil la estirada del portero del equipo gijonés.

Con el 1-3 en el marcador el Sporting tenía prácticamente los dos pies en Segunda división porque a la victoria del Villarreal se unía la del Granada ante el Espanyol, los dos equipos a los que tenía en el punto de mira para tratar de evitar el descenso.

El Sporting siguió intentándolo porque minutos quedaban para ello y fruto de ello fue el segundo gol obra de Galvez, pero el corazón pudo con la cabeza y aunque los aficionados no cesaron de apoyar al equipo éste no fue capaz de superar a un rival directo como ya antes le había pasado con las visitas del Mallorca o Zaragoza.

Los últimos minutos fueron de enorme tensión y derivó en varios enfrentamientos hasta el punto de que el árbitro acabó expulsando al portero suplente del Villarreal por un incidente con el público que respondió lanzando objetos al campo e impidió el más mínimo atisbo de juego.

Los jugadores del Sporting acabaron tirados por el suelo y llorando mientras que el público despidió con una pitada al árbitro para luego corear el nombre del equipo una vez más.

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