Torres quiere volver a ser El Niño
Tras cuatro meses de ‘infierno’ en el Chelsea, el delantero vuelve a disfrutar del fútbol a la espera de jugar la final de la ‘Champions’ contra el Bayern y la Eurocopa con España
Cayetano Ros
Valencia, El País
“Estoy empezando a disfrutar en vez de sufrir”. Tímidamente, Fernando Torres (Fuenlabrada, Madrid, 1984) señala el final del infierno, esos cuatro meses —entre noviembre y febrero— sufriendo las mofas de la prensa inglesa tras una sequía de 24 partidos sin marcar. Una pérdida de la inocencia de quien fue un niño prodigio, siguió siéndolo mientras crecía en el Atlético y se coronó en un Liverpool enamorado de él desde el primer día. El delantero del Chelsea es otro, se siente querido, desde que Roberto di Matteo tomó el banquillo de los blues hace dos meses en sustitución de André Vilas-Boas. Y abriga la esperanza de jugar su primera final de Champions, el sábado en Múnich, ante el Bayern, y de entrar en la lista de la selección española, en la que espera resarcirse de su pobre actuación en el Mundial de Sudáfrica 2010, al que llegó precipitando su recuperación y acabó lesionado en la final ante Holanda.
Di Matteo habla mucho con él. Le da explicaciones tanto si juega, como en los cuartos de final de la Champions ante Benfica, donde estuvo imperial, como si no, en la final de la Copa inglesa ganada al Liverpool. El técnico italiano mezcló por primera vez a Torres con Drogba en los últimos 21 minutos del choque ante el Blackburn Rovers en Stamford Bridge (2-1) que cerró la Premier. Puede ser una pista. Sin noticias sobre su renovación del dueño del club, Roman Abramóvich, Di Matteo no solo quiere ganar la final, sino hacerlo con estilo: demostrar que también puede ser valiente y no solo sobrevivir a la contra como en la semifinal ante el Barcelona. En ese intento baraja la opción de juntar a Torres con Drogba a pesar de que las estadísticas se lo desaconsejan: las 19 veces que han coincidido, no ha marcado ninguno de los dos. Di Matteo, en todo caso, ha contribuido a desbloquear a Torres, que suma seis goles en dos meses por cuatro en los siete meses anteriores. Sus 18 asistencias de este curso indican que, en el peor momento, se ha vuelto más generoso.
Nadie ha explicado por lo que ha pasado Torres desde que fichara por el Chelsea, en enero de 2011, como su amigo Pepe Reina, portero del Liverpool, justo antes de la pasada final de la Copa inglesa. “La diferencia entre Torres y yo es que yo he tenido la confianza de la gente del club todo el tiempo. Es más fácil recuperarte de tus errores cuando tienes la confianza de tus compañeros y técnicos. Con Villas-Boas, no creo que sintiera esa confianza”. A pesar de que el Liverpool pagó por su contratación 36 millones al Atlético, en verano de 2007, El Niño siempre voló en Anfield por encima de las expectativas. “Construimos un equipo para Fernando aquí en el Liverpool. Junto a Steve [Gerrard], era nuestra estrella. Fue un icono. No estoy seguro de que se vea así en el Chelsea. Fernando ha rendido al máximo cuando se sentía el corazón del equipo”.
Cuatro años después, el Chelsea pagó 60 millones por él y el cuento de hadas se acabó. “Cuesta cambiar de ciudad, de compañeros y de mentalidad de equipo. Y más estar a la altura de las expectativas cuando un equipo ha pagado 60 millones por ti. El club no lo apoyó”, insistió Reina.
El número 9 de los blues puede presumir de amigos. Pese a llegar más tarde a Stamford Bridge y ser más joven, Mata ha actuado casi como un hermano mayor, siempre dispuesto a ayudarle, como cuando le ofreció tirar un penalti, el pasado 8 de marzo ante el Birmingham, sin sospechar que iba a negarse porque no se sentía todavía fuerte mentalmente: más munición para la prensa sensacionalista inglesa para cargar contra él.
Las 19 veces que Torres y Drogba han jugado juntos, no ha marcado ninguno de los dos.
Stamford Bridge, sin embargo, siempre ha estado de su parte. En una reciente firma de camisetas, la cola de su fila daba la vuelta al estadio. La de Essien acabó mucho antes. “Fernando Torres, he scores when he wants [marca cuando quiere]”, le cantó la grada durante la sequía. Y sobre todo quiere marcar en una cuarta final: anotó con España en la Eurocopa de Europa de Austria y Suiza 2008 y otras dos veces en el Europeo sub 18 y sub 19.
“Físicamente está afilado. Es bueno para la selección y para él”, sentenció Reina, convencido de que el seleccionador, Vicente del Bosque, piensa en él para la cita de Polonia y Ucrania. Torres fue capitán del Atlético a los 19 años años y está acostumbrado a asumir responsabilidades. Ahora, además, conoce el lado oscuro del fútbol. Superado ese trance, está empeñado en volver a ser El Niño.
Cayetano Ros
Valencia, El País
“Estoy empezando a disfrutar en vez de sufrir”. Tímidamente, Fernando Torres (Fuenlabrada, Madrid, 1984) señala el final del infierno, esos cuatro meses —entre noviembre y febrero— sufriendo las mofas de la prensa inglesa tras una sequía de 24 partidos sin marcar. Una pérdida de la inocencia de quien fue un niño prodigio, siguió siéndolo mientras crecía en el Atlético y se coronó en un Liverpool enamorado de él desde el primer día. El delantero del Chelsea es otro, se siente querido, desde que Roberto di Matteo tomó el banquillo de los blues hace dos meses en sustitución de André Vilas-Boas. Y abriga la esperanza de jugar su primera final de Champions, el sábado en Múnich, ante el Bayern, y de entrar en la lista de la selección española, en la que espera resarcirse de su pobre actuación en el Mundial de Sudáfrica 2010, al que llegó precipitando su recuperación y acabó lesionado en la final ante Holanda.
Di Matteo habla mucho con él. Le da explicaciones tanto si juega, como en los cuartos de final de la Champions ante Benfica, donde estuvo imperial, como si no, en la final de la Copa inglesa ganada al Liverpool. El técnico italiano mezcló por primera vez a Torres con Drogba en los últimos 21 minutos del choque ante el Blackburn Rovers en Stamford Bridge (2-1) que cerró la Premier. Puede ser una pista. Sin noticias sobre su renovación del dueño del club, Roman Abramóvich, Di Matteo no solo quiere ganar la final, sino hacerlo con estilo: demostrar que también puede ser valiente y no solo sobrevivir a la contra como en la semifinal ante el Barcelona. En ese intento baraja la opción de juntar a Torres con Drogba a pesar de que las estadísticas se lo desaconsejan: las 19 veces que han coincidido, no ha marcado ninguno de los dos. Di Matteo, en todo caso, ha contribuido a desbloquear a Torres, que suma seis goles en dos meses por cuatro en los siete meses anteriores. Sus 18 asistencias de este curso indican que, en el peor momento, se ha vuelto más generoso.
Nadie ha explicado por lo que ha pasado Torres desde que fichara por el Chelsea, en enero de 2011, como su amigo Pepe Reina, portero del Liverpool, justo antes de la pasada final de la Copa inglesa. “La diferencia entre Torres y yo es que yo he tenido la confianza de la gente del club todo el tiempo. Es más fácil recuperarte de tus errores cuando tienes la confianza de tus compañeros y técnicos. Con Villas-Boas, no creo que sintiera esa confianza”. A pesar de que el Liverpool pagó por su contratación 36 millones al Atlético, en verano de 2007, El Niño siempre voló en Anfield por encima de las expectativas. “Construimos un equipo para Fernando aquí en el Liverpool. Junto a Steve [Gerrard], era nuestra estrella. Fue un icono. No estoy seguro de que se vea así en el Chelsea. Fernando ha rendido al máximo cuando se sentía el corazón del equipo”.
Cuatro años después, el Chelsea pagó 60 millones por él y el cuento de hadas se acabó. “Cuesta cambiar de ciudad, de compañeros y de mentalidad de equipo. Y más estar a la altura de las expectativas cuando un equipo ha pagado 60 millones por ti. El club no lo apoyó”, insistió Reina.
El número 9 de los blues puede presumir de amigos. Pese a llegar más tarde a Stamford Bridge y ser más joven, Mata ha actuado casi como un hermano mayor, siempre dispuesto a ayudarle, como cuando le ofreció tirar un penalti, el pasado 8 de marzo ante el Birmingham, sin sospechar que iba a negarse porque no se sentía todavía fuerte mentalmente: más munición para la prensa sensacionalista inglesa para cargar contra él.
Las 19 veces que Torres y Drogba han jugado juntos, no ha marcado ninguno de los dos.
Stamford Bridge, sin embargo, siempre ha estado de su parte. En una reciente firma de camisetas, la cola de su fila daba la vuelta al estadio. La de Essien acabó mucho antes. “Fernando Torres, he scores when he wants [marca cuando quiere]”, le cantó la grada durante la sequía. Y sobre todo quiere marcar en una cuarta final: anotó con España en la Eurocopa de Europa de Austria y Suiza 2008 y otras dos veces en el Europeo sub 18 y sub 19.
“Físicamente está afilado. Es bueno para la selección y para él”, sentenció Reina, convencido de que el seleccionador, Vicente del Bosque, piensa en él para la cita de Polonia y Ucrania. Torres fue capitán del Atlético a los 19 años años y está acostumbrado a asumir responsabilidades. Ahora, además, conoce el lado oscuro del fútbol. Superado ese trance, está empeñado en volver a ser El Niño.