Rousseff critica la política europea de austeridad para combatir la crisis
La presidenta brasileña apuesta por favorecer el consumo interno y dar créditos a los sectores que lo requieran
Juan Arias
Río de Janeiro, El País
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha hecho una dura crítica a la fórmula con la que Europa se enfrenta a la crisis. “Algunos países europeos tienen índices de desempleo que nosotros no conseguimos ni imaginar. Es un absurdo, una desesperación”, dijo en la ciudad de Laguna, en el Estado de Santa Catarina.
Dilma contrapuso las recetas de austeridad con la que los europeos están intentando combatir la crisis con la propuesta contraria del gobierno de Brasil, de favorecer el consumo interno, la creación de empleo y el desarrollo económico.
Según la mandataria brasileña, el país “está preparado al 300% para hacer frente a la crisis”. Ha afirmado: “En vez de estar parado esperando la crisis, Brasil está activo, haciendo inversiones. Vamos a resistir a la crisis creando empleo, invirtiendo en infraestructuras y en actividades sociales”, ha dicho también con los ojos puestos en Europa.
La exguerrillera, que se ha encontrado con la papeleta de tener que hacer frente a la crisis de una Europa que “sufre una de las mayores recesiones que conoce la historia”, como ha afirmado, no deja de estar preocupada, sin embargo, por las noticias que le llegan sobre la posibilidad de que el PIB brasileño de 2012 no alcance un crecimiento del 3%. Sus pronósticos eran de un 4.5%.
Por eso, ayer mismo, ante un dólar que ha pasado la barrera del 2%, cifra que no se conocía desde hace años, tomó una serie de medidas para favorecer el consumo interno y activar la producción nacional. Entreellas, los préstamos para adquisición de máquinas tendrán intereses más bajos y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) ofrecerá crédito con intereses más bajos, al mismo tiempo que los coches tendrán reducidos sus impuestos.
Todo ello va a costar al BNDES, es decir, a las arcas públicas, más de mil millones de euros. Según el ministro de Economía, Guido Mantega, ello supondrá, por ejemplo, una bajada de un 10% en el coste de la compra de coches a particulares.
La orden de Dilma es “abrir el crédito” en los sectores que lo necesitan, como por ejemplo en la construcción inmobiliaria. “Vamos a seguir ofreciéndolo donde sea necesario”, confirmó ayer.
Mientras tanto, los bancos han preferido no enfrentarse a Dilma que, al contrario de su antecesor Lula da Silva, ha sido dura con ellos pidiéndoles que bajen los intereses y que ya no podrán seguir ganando como antaño. Lula mismo solía decirles a los banqueros que nunca habían ganado tanto como con él. Rousseff les ha dicho que los brasileños no pueden seguir pagando intereses de hasta un 30% en los préstamos y más del 100% en las tarjetas de crédito, ya que eso, simplemente “es injusto”.
Los bancos han declarado que están dispuestos a secundar los deseos de Dilma, que hizo bajar consistentemente los intereses de los bancos públicos, pidiendo a los privados que hicieran lo mismo. Era un reto difícil, según los analistas políticos, ya que el mundo de la banca podría ser un enemigo difícil en 2014 si ella decide representarse a la Presidencia. Por ahora parece haber vencido el pulso con la Banca, que goza de buena salud en Brasil.
Juan Arias
Río de Janeiro, El País
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha hecho una dura crítica a la fórmula con la que Europa se enfrenta a la crisis. “Algunos países europeos tienen índices de desempleo que nosotros no conseguimos ni imaginar. Es un absurdo, una desesperación”, dijo en la ciudad de Laguna, en el Estado de Santa Catarina.
Dilma contrapuso las recetas de austeridad con la que los europeos están intentando combatir la crisis con la propuesta contraria del gobierno de Brasil, de favorecer el consumo interno, la creación de empleo y el desarrollo económico.
Según la mandataria brasileña, el país “está preparado al 300% para hacer frente a la crisis”. Ha afirmado: “En vez de estar parado esperando la crisis, Brasil está activo, haciendo inversiones. Vamos a resistir a la crisis creando empleo, invirtiendo en infraestructuras y en actividades sociales”, ha dicho también con los ojos puestos en Europa.
La exguerrillera, que se ha encontrado con la papeleta de tener que hacer frente a la crisis de una Europa que “sufre una de las mayores recesiones que conoce la historia”, como ha afirmado, no deja de estar preocupada, sin embargo, por las noticias que le llegan sobre la posibilidad de que el PIB brasileño de 2012 no alcance un crecimiento del 3%. Sus pronósticos eran de un 4.5%.
Por eso, ayer mismo, ante un dólar que ha pasado la barrera del 2%, cifra que no se conocía desde hace años, tomó una serie de medidas para favorecer el consumo interno y activar la producción nacional. Entreellas, los préstamos para adquisición de máquinas tendrán intereses más bajos y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) ofrecerá crédito con intereses más bajos, al mismo tiempo que los coches tendrán reducidos sus impuestos.
Todo ello va a costar al BNDES, es decir, a las arcas públicas, más de mil millones de euros. Según el ministro de Economía, Guido Mantega, ello supondrá, por ejemplo, una bajada de un 10% en el coste de la compra de coches a particulares.
La orden de Dilma es “abrir el crédito” en los sectores que lo necesitan, como por ejemplo en la construcción inmobiliaria. “Vamos a seguir ofreciéndolo donde sea necesario”, confirmó ayer.
Mientras tanto, los bancos han preferido no enfrentarse a Dilma que, al contrario de su antecesor Lula da Silva, ha sido dura con ellos pidiéndoles que bajen los intereses y que ya no podrán seguir ganando como antaño. Lula mismo solía decirles a los banqueros que nunca habían ganado tanto como con él. Rousseff les ha dicho que los brasileños no pueden seguir pagando intereses de hasta un 30% en los préstamos y más del 100% en las tarjetas de crédito, ya que eso, simplemente “es injusto”.
Los bancos han declarado que están dispuestos a secundar los deseos de Dilma, que hizo bajar consistentemente los intereses de los bancos públicos, pidiendo a los privados que hicieran lo mismo. Era un reto difícil, según los analistas políticos, ya que el mundo de la banca podría ser un enemigo difícil en 2014 si ella decide representarse a la Presidencia. Por ahora parece haber vencido el pulso con la Banca, que goza de buena salud en Brasil.