Robben: dos penaltis que costaron dos títulos
Munich, As
Arjen Robben, una de las máximas estrellas del Bayern de Múnich y del fútbol mundial, finaliza la temporada con una historia de desamor con el punto de penalti, con el fatídico círculo de cal pintado a once metros de la portería, que le ha costado a su equipo tanto el título de Bundesliga como la Champions League.
El 11 de abril, el Bayern visitaba el Westfalenstadion para jugarse su última opción de arrebatarle al equipo de Dortmund el título liguero. En un partido poco brillante del holandés, un penalti a poco del final parecía darle alguna esperanza a los de Heynckes de remontada. Robben asumió la responsabilidad, pero falló y el Dortmund se alzó con la Bundesliga.
Dos semanas después, el 25 del mismo mes, el Bayern viajaba a Madrid para jugarse las semifinales de la Champions. Robben, con 2-0 para el Real Madrid, lanzó un penalti que a punto estuvo de parar Casillas. En la tanda decisiva, en la que el conjunto alemán eliminó a los de Mourinho, Robben se abstuvo de lanzar, a pesar de ser el lanzador habitual del equipo de Baviera.
Y así se llega a la final de la Champions. En el Allianz Arena, ante los ojos de su afición y de millones de telespectadores. Robben, el balón y el punto de penalti volvían a ser protagonistas. Drogba había cometido un penalti en la prórroga sobre Ribéry y el holandés se encargó de lanzar. Su chut, mal colocado, no superó a un Cech que estuvo hábil y rápido de reflejos para evitar el gol del Bayern, que hubiera dado una ventaja casi definitiva para los alemanes. En la tanda, a posteriori fatídica para el Bayern, Robben tampoco lanzó y su equipo se quedó sin su trofeo más deseado de la temporada. Sin 'su' Champions.
Arjen Robben, una de las máximas estrellas del Bayern de Múnich y del fútbol mundial, finaliza la temporada con una historia de desamor con el punto de penalti, con el fatídico círculo de cal pintado a once metros de la portería, que le ha costado a su equipo tanto el título de Bundesliga como la Champions League.
El 11 de abril, el Bayern visitaba el Westfalenstadion para jugarse su última opción de arrebatarle al equipo de Dortmund el título liguero. En un partido poco brillante del holandés, un penalti a poco del final parecía darle alguna esperanza a los de Heynckes de remontada. Robben asumió la responsabilidad, pero falló y el Dortmund se alzó con la Bundesliga.
Dos semanas después, el 25 del mismo mes, el Bayern viajaba a Madrid para jugarse las semifinales de la Champions. Robben, con 2-0 para el Real Madrid, lanzó un penalti que a punto estuvo de parar Casillas. En la tanda decisiva, en la que el conjunto alemán eliminó a los de Mourinho, Robben se abstuvo de lanzar, a pesar de ser el lanzador habitual del equipo de Baviera.
Y así se llega a la final de la Champions. En el Allianz Arena, ante los ojos de su afición y de millones de telespectadores. Robben, el balón y el punto de penalti volvían a ser protagonistas. Drogba había cometido un penalti en la prórroga sobre Ribéry y el holandés se encargó de lanzar. Su chut, mal colocado, no superó a un Cech que estuvo hábil y rápido de reflejos para evitar el gol del Bayern, que hubiera dado una ventaja casi definitiva para los alemanes. En la tanda, a posteriori fatídica para el Bayern, Robben tampoco lanzó y su equipo se quedó sin su trofeo más deseado de la temporada. Sin 'su' Champions.