Opositores a la educación femenina envenenan a más de 120 alumnas en Afganistán
Taliqan, EP
Más de 120 alumnas y tres profesores han sido envenenados en la provincia de Tajar, en el noreste de Afganistán, por conservadores radicales que se oponen a la educación de mujeres y niñas, según han informado las fuerzas de seguridad este miércoles.
Según la Policía, los radicales usaron unos polvos tóxicos para contaminar el aire en las aulas y decenas de estudiantes perdieron la consciencia. La Dirección Nacional de Seguridad (DNS, la agencia de inteligencia afgana) cree que los talibán están decididos a provocar el cierre de colegios.
"Su ofensiva de primavera (...) consiste en parte en cerrar escuelas. Al intoxicar a las niñas pretenden generar miedo, intentan conseguir que las familias no envíen a sus hijas al colegio", ha explicado un portavoz de la Dirección Nacional de Seguridad, Lutfulá Mashal.
La semana pasada, el Ministerio de Educación afgano informó de que en once provincias donde los talibán cuentan con un gran apoyo los insurgentes han cerrado 550 escuelas. El mes pasado, 150 alumnas sufrieron una intoxicación en Tajar al beber agua contaminada.
Desde 2001, cuando fue derrocado el régimen de los talibán, las niñas y adolescentes han vuelto a las aulas, especialmente en la capital, Kabul. Antes tenían prohibido trabajar y recibir educación.
Sin embargo, siguen produciéndose ataques contra estudiantes, profesores y centros educativos, normalmente en el sur y el este del país, que son zonas más conservadoras donde los talibán gozan de un mayor respaldo.
Más de 120 alumnas y tres profesores han sido envenenados en la provincia de Tajar, en el noreste de Afganistán, por conservadores radicales que se oponen a la educación de mujeres y niñas, según han informado las fuerzas de seguridad este miércoles.
Según la Policía, los radicales usaron unos polvos tóxicos para contaminar el aire en las aulas y decenas de estudiantes perdieron la consciencia. La Dirección Nacional de Seguridad (DNS, la agencia de inteligencia afgana) cree que los talibán están decididos a provocar el cierre de colegios.
"Su ofensiva de primavera (...) consiste en parte en cerrar escuelas. Al intoxicar a las niñas pretenden generar miedo, intentan conseguir que las familias no envíen a sus hijas al colegio", ha explicado un portavoz de la Dirección Nacional de Seguridad, Lutfulá Mashal.
La semana pasada, el Ministerio de Educación afgano informó de que en once provincias donde los talibán cuentan con un gran apoyo los insurgentes han cerrado 550 escuelas. El mes pasado, 150 alumnas sufrieron una intoxicación en Tajar al beber agua contaminada.
Desde 2001, cuando fue derrocado el régimen de los talibán, las niñas y adolescentes han vuelto a las aulas, especialmente en la capital, Kabul. Antes tenían prohibido trabajar y recibir educación.
Sin embargo, siguen produciéndose ataques contra estudiantes, profesores y centros educativos, normalmente en el sur y el este del país, que son zonas más conservadoras donde los talibán gozan de un mayor respaldo.