“No habrá reconciliación mientras haya negacionistas en el poder”

Emir Suljagic, superviviente de Srebrenica y escritor, atribuye a la falta de presión de la comunidad internacional el retraso en la captura de Mladic

Andrea Rizzi
Madrid, El País

El día 12 de julio de 1995, en el apogeo de la masacre de Srebrenica, Emir Suljagic tuvo un terrible cara a cara con Ratko Mladic. “Acercarme a él fue como entrar en un río. Cada paso era más difícil que el anterior”, relata Suljagic. El general le interrogó durante unos minutos. “Yo solo pensaba en recuperar el DNI que me habían pedido: lo quería para que al menos se pudiera identificar mi cadáver”.

Los serbobosnios se lo devolvieron. “Me lo metí en el bolsillo. Me dejaron marchar, y en cada uno de los 200 metros que me separaban del campo de refugiados pensé que me alcanzaría un tiro”, recuerda Suljagic, en una conversación telefónica desde Sarajevo. Pero, pese a estar en edad militar (nació en 1975), no le mataron. Trabajaba como traductor de la ONU, y eso le salvó. Diez días después, logró salir del enclave martirizado en un convoy internacional. En esos días, unos 8.000 varones bosnios fueron asesinados por las tropas de Mladic en esas tierras.

Ver ahora al líder militar serbobosnio sentado en el banquillo de La Haya no apacigua sin embargo los sentimientos de Suljagic. “Por supuesto estoy contento de ver a Mladic ahí. Pero, por un lado, esto debería haber pasado hace mucho tiempo, y no ocurrió porque durante años la comunidad internacional no presionó a Serbia lo suficiente. Y, por otro, mientras los focos se centran en La Haya, Srebrenica está a un paso de ser gobernada por una formación política que niega el genocidio, lo que para mí es completamente inaceptable”, dice Suljagic, autor de Postales desde la tumba, un libro sobre su experiencia en la guerra.

Srebrenica se halla en territorio de la entidad serbia de Bosnia-Herzegovina. En octubre están previstas elecciones municipales. “En la localidad, hay más o menos una mitad de vecinos serbios y otra de bosnios”, explica el escritor. “Pero muchos de los bosnios que residen ahí están registrados en ciudades de la entidad bosnia del país, para poder percibir ayudas sociales. Hasta ahora, todos los vecinos que residían en Srebrenica antes de 1991 tenían derecho a votar en las municipales, independientemente de su residencia actual. Los líderes serbobosnios han logrado eliminar esta excepción, así que todo apunta a que ahora, si no cambia algo, obtendrá la alcaldía un partido que hace campaña negando el genocidio”.

¿Cómo puedes coexistir con gente que piensa que lo que ocurrió en Srebrenica fue un acto heroico?

Suljagic se ha movilizado, junto con varios activistas, para evitarlo, fomentando la inscripción de bosnios en el registro electoral de Srebrenica. “La comunidad internacional ha permitido que se eliminara la excepción. Espero que nos ayude al menos en esto, porque las autoridades locales nos están obstaculizando sistemáticamente”. Srebrenica es solo una pequeña localidad, pero su valor simbólico en los Balcanes es enorme. De ahí la importancia que Suljagic achaca a las elecciones para la alcaldía. “El simple hecho de que ellos puedan ejercer alguna forma de control sobre lugares como el memorial y el cementerio me parece intolerable”, dice.

Lamentablemente, según Suljagic, los problemas de Srebrenica son un síntoma de las graves dificultades en las que todavía se halla Bosnia. “Ustedes en España saben que la reconciliación es un proceso que debe ir de arriba hacia abajo. Aquí no puede haber reconciliación mientras siga habiendo un partido –como la formación que gobierna la entidad serbobosnia- que niega el genocidio. Sé que suena muy duro. Pero no puede haber coexistencia con esos valores. ¿Cómo puedes coexistir con gente que piensa que lo que ocurrió en Srebrenica fue un acto heroico?”.

Ni siquiera el acuerdo hallado en diciembre –tras más de un año de bloqueo- para formar un Gobierno de coalición entre las distintas fuerzas políticas constituye un real paso adelante, según Suljagic. “El problema es que se trata de un gobierno sin una visión compartida. No fue formado alrededor de un programa, sino simplemente alrededor de un acuerdo para repartir el botín. Estamos en una grave situación de mala gestión, que procede de una falta de visión política y económica para este país, y de la corrupción”.

Al otro lado de la frontera, en Serbia, este fin de semana se celebrará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Se enfrentarán el actual mandatario, Boris Tadic, considerado un líder proeuropeísta, y Tomislav Nikolic, un antiguo radical que ahora sostiene un discurso político más moderado, pero que despierta muchas suspicacias en cuanto a sus reales anhelos.

-¿Se fía del nuevo discurso de Nikolic?


-Yo no me fío ni siquiera de Tadic.

El camino para la reconciliación, en los Balcanes, es todavía largo.

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