Milan perdió contra Inter y regaló el título
Roma, Espn
En el estadio San Siro, en un partido de la anteúltima fecha del campeonato, la 37ª, Inter le ganó a Milan por 4 a 2 y así los rossoneri le entregaron el título a Juventus (que por su parte ganó ante Cagliari).
En efecto, el Diávolo se quedó segundo con 77 puntos y no tiene manera de recuperar los cuatro que lo separan desde la Vieja Señora, mientras que los nerazzurri, por su parte, atraparon a Inter en el quinto escalón de la clasificación, ambos con 55 unidades.
El partido fue increíble: primero pasó en ventaja el local con Diego Milito, luego un doblete de Zlatan Ibrahimovic (uno de penal) dio vuelta el marcador, pero después otros dos tantos del Príncipe, ambos de penal, y uno del brasilero Maicón le dieron el triunfo a los nerazzurri.
Milan al principio se vio sin ideas y sin corazón, mientras que los muchachos de Stramaccioni lucieron muy motivados y bajaron con la intención de hacer el partido. Así, ya al minuto 14 Inter pasó en ventaja: en el desarrollo de una jugada de pelota parada, la defensa rossonera falló el off-side, Samuél metió la torre y Milito la empujó adentro.
El conjunto de Allegri parecía incapaz de reaccionar y, en efecto, a frente de un Ibrahimovic inspirado, que luchó, gambeteó y se hizo cargo del esférico, todos sus compañeros se veían quietos, casi asustados. Así, los nerazzurri rozaron el 2 a 0 y, en realidad, lo habían hecho, pero Abbiati sacó el balón apenas pasó la línea y el referí no cobró la anotación.
La primera etapa se estaba cerrando y todo parecía jugar en contra del Diávolo, considerando también las lesiones de Bonera al décimo minuto y la de Abbiati al 35º, que le hicieron gastar dos cambios al entrenador.
Sin embargo, cuando faltaban pocos minutos al final del primer tiempo, Boateng logró meterse en el área pero se alargó apenas el balón y así Julio César logró salir bajo, para tocar el balón y sacárselo de los pies al ghanés, para luego levantarse y desviar el disparo consecuente de Ibrahimovic.
Inesperadamente, pero, el referí cobró penal y los amonestó al portero brasilero, regalándole realmente la ocasión a los rossoneri de empatar el marcador. Ocasión que Ibrahimovic aprovechó con un disparo certero e inatajable desde los once pasos.
El complemento se abrió bárbaro para Milan, porque en cuarenta segundos Ibra recibió un buen balón en el área y con un gran toque fino lo liquidó a Julio César, para anotar el 2 a 1.
El gol parecía ponerle el triunfo en las manos a los milanistas, en cambio Inter se fue al ataque y Milan sufrió, entre el quinto y el séptimo minuto los nerazzurri sufrieron dos claras faltas de penal, la primera sobre Samuél de Muntari no cobrada y la segunda, de Abate a Milito, finalmente sancionada con la máxima pena por el referí. El mismo "Príncipe" se ocupó de transformar desde los once pasos el gol del merecido empate.
El partido se puso muy emocionante, porque de una cierta manera los dos equipos no eran más los del primer tiempo: los nerazzurri estaban bastante nerviosos y no lograban jugar con la lucidez, mientras que el Diávolo jugó con mayor convicción. Así, el desafío se equilibró y ambos tuvieron buenas chances para anotar.
Milan, sobre todo, estuvo muy cerca de anotar en dos ocasiones, primero con Muntari y luego con un gran cabezazo de Yepes, pero cada chance fallada pareció quitarle fuerza desde las piernas a los rossoneri. Paulatinamente, en efecto, Milan se apagó e Inter regresó a la carga y así, al minuto 34, el referí le entregó otro penal a los nerazzuri, por una clara falta de mano de Nesta, que otra vez más Milito transformó en gol.
El Diávolo quiso reaccionar pero no tuvo la fuerza de crear ocasiones claras y, al final, el partido se cerró con anticipo, puesto que el minuto 42 Maicón encontró un verdadero golazo, con un remate de externo derecho que se metió en el ángulo alto.
Ahora Milan deberá empezar a construir el futuro, pensando a los muchos errores de esta temporada, mientras que Inter puede regresar a soñar con un puesto en Champions: algo realmente complicado, pero que luce "menos imposible" después de un triunfo en el clásico.
En el estadio San Siro, en un partido de la anteúltima fecha del campeonato, la 37ª, Inter le ganó a Milan por 4 a 2 y así los rossoneri le entregaron el título a Juventus (que por su parte ganó ante Cagliari).
En efecto, el Diávolo se quedó segundo con 77 puntos y no tiene manera de recuperar los cuatro que lo separan desde la Vieja Señora, mientras que los nerazzurri, por su parte, atraparon a Inter en el quinto escalón de la clasificación, ambos con 55 unidades.
El partido fue increíble: primero pasó en ventaja el local con Diego Milito, luego un doblete de Zlatan Ibrahimovic (uno de penal) dio vuelta el marcador, pero después otros dos tantos del Príncipe, ambos de penal, y uno del brasilero Maicón le dieron el triunfo a los nerazzurri.
Milan al principio se vio sin ideas y sin corazón, mientras que los muchachos de Stramaccioni lucieron muy motivados y bajaron con la intención de hacer el partido. Así, ya al minuto 14 Inter pasó en ventaja: en el desarrollo de una jugada de pelota parada, la defensa rossonera falló el off-side, Samuél metió la torre y Milito la empujó adentro.
El conjunto de Allegri parecía incapaz de reaccionar y, en efecto, a frente de un Ibrahimovic inspirado, que luchó, gambeteó y se hizo cargo del esférico, todos sus compañeros se veían quietos, casi asustados. Así, los nerazzurri rozaron el 2 a 0 y, en realidad, lo habían hecho, pero Abbiati sacó el balón apenas pasó la línea y el referí no cobró la anotación.
La primera etapa se estaba cerrando y todo parecía jugar en contra del Diávolo, considerando también las lesiones de Bonera al décimo minuto y la de Abbiati al 35º, que le hicieron gastar dos cambios al entrenador.
Sin embargo, cuando faltaban pocos minutos al final del primer tiempo, Boateng logró meterse en el área pero se alargó apenas el balón y así Julio César logró salir bajo, para tocar el balón y sacárselo de los pies al ghanés, para luego levantarse y desviar el disparo consecuente de Ibrahimovic.
Inesperadamente, pero, el referí cobró penal y los amonestó al portero brasilero, regalándole realmente la ocasión a los rossoneri de empatar el marcador. Ocasión que Ibrahimovic aprovechó con un disparo certero e inatajable desde los once pasos.
El complemento se abrió bárbaro para Milan, porque en cuarenta segundos Ibra recibió un buen balón en el área y con un gran toque fino lo liquidó a Julio César, para anotar el 2 a 1.
El gol parecía ponerle el triunfo en las manos a los milanistas, en cambio Inter se fue al ataque y Milan sufrió, entre el quinto y el séptimo minuto los nerazzurri sufrieron dos claras faltas de penal, la primera sobre Samuél de Muntari no cobrada y la segunda, de Abate a Milito, finalmente sancionada con la máxima pena por el referí. El mismo "Príncipe" se ocupó de transformar desde los once pasos el gol del merecido empate.
El partido se puso muy emocionante, porque de una cierta manera los dos equipos no eran más los del primer tiempo: los nerazzurri estaban bastante nerviosos y no lograban jugar con la lucidez, mientras que el Diávolo jugó con mayor convicción. Así, el desafío se equilibró y ambos tuvieron buenas chances para anotar.
Milan, sobre todo, estuvo muy cerca de anotar en dos ocasiones, primero con Muntari y luego con un gran cabezazo de Yepes, pero cada chance fallada pareció quitarle fuerza desde las piernas a los rossoneri. Paulatinamente, en efecto, Milan se apagó e Inter regresó a la carga y así, al minuto 34, el referí le entregó otro penal a los nerazzuri, por una clara falta de mano de Nesta, que otra vez más Milito transformó en gol.
El Diávolo quiso reaccionar pero no tuvo la fuerza de crear ocasiones claras y, al final, el partido se cerró con anticipo, puesto que el minuto 42 Maicón encontró un verdadero golazo, con un remate de externo derecho que se metió en el ángulo alto.
Ahora Milan deberá empezar a construir el futuro, pensando a los muchos errores de esta temporada, mientras que Inter puede regresar a soñar con un puesto en Champions: algo realmente complicado, pero que luce "menos imposible" después de un triunfo en el clásico.