Merkel y Hollande tratan de mostrar una imagen de unidad frente a Atenas
El presidente francés viajaba a Berlín para reunirse con Angela Merkel
Juan Gómez
Berlín, El País
El flamante presidente de Francia, François Hollande, se ha reunido en Berlín con la canciller federal, Angela Merkel, que lo ha recibido en su primera visita de Estado tras su investidura esa misma mañana. El francés se retrasó algo más de una hora, después de que un rayo alcanzara su avión oficial. Tras llegar a Berlín, se ha reunido con la jefa del Gobierno alemán para tratar los asuntos candentes de su nuevo mandato. Y la situación griega se ha convertido en uno de los temas estrella. A pesar de las diferencias aireadas por sus respectivos equipos durante estos días, ambos mandatarios coincidieron plenamente en que Grecia debe seguir dentro del euro y prometieron su ayuda para que vuelva a la senda del crecimiento. “Somos conscientes de las responsabilidades de nuestros dos países”, subrayó Merkel, y añadió: “Animados por este espíritu, vamos a encontrar soluciones”.
El encuentro se vio precedido por tensiones entre el partido socialista de Hollande y el Gobierno alemán. Los portavoces socialistas atacaron este fin de semana al Gobierno de Berlín asegurando que Merkel “no puede decidir ella sola el futuro de Europa”. Ayer esta crítica tuvo eco en la cancillería alemana: “Tenemos una moneda común y una moneda común tiene responsabilidades comunes. No es solo un proyecto monetario, es un proyecto conjunto”, ha subrayado Merkel.
Por su parte, la canciller había insistido en días anteriores en que el pacto fiscal europeo es políticamente “innegociable”. Merkel y su Unión Demócrata Cristiana sufrieron este domingo una dura derrota electoral en el Estado más poblado e industrializado del país, Renania del Norte-Westfalia. La victoria arrolladora del socialdemócrata SPD no sirvió para que Merkel se moviera de su curso europeo. Muchos críticos de las recetas impuestas por Merkel esperan que el nuevo presidente francés la obligue a modificar su estrategia.
En Berlín, los dos mandatarios chocaron un par de veces sobre la alfombra roja mojada por la lluvia mientras pasaban revista a la guardia de honor ante la cancillería. En Alemania se espera que los duros ataques de los socialistas a la canciller dejen paso a la calma poselectoral. No obstante, a Hollande le esperan las elecciones legislativas de junio. La oposición a la austeridad propuesta por Merkel y Sarkozy fue una de sus bazas electorales para ganar la presidencia, de modo que no es de esperar un acercamiento drástico a Merkel antes de estos nuevos comicios.
Hollande viajó a Berlín con la promesa de renegociar con Merkel el pacto fiscal o, por lo menos, añadirle un nuevo pacto por el crecimiento. Su llegada se vio precedida por una fuerte tormenta que le obligó a interrumpir su vuelo y por las turbulencias del mercado provocadas por el fracaso de las negociaciones en Atenas para formar un nuevo Gobierno tras las elecciones del 6 de mayo. Merkel lo recibió ante el coche oficial, bajo la lluvia berlinesa. No hubo abrazos cordiales como los que acostumbraban a escenificar la canciller y Sarkozy, sino un sobrio apretón de manos en el parco patio de honor de la cancillería. Ni el beso en la mano de Jacques Chirac ni los besos en la mejilla de Sarkozy.
El eje franco-alemán ha sido durante décadas el motor de la Unión Europea y el artífice de los acuerdos que impulsaron su paulatina integración. Sarkozy y Merkel, líderes del centroderecha en sus respectivos países, superaron sus graves diferencias iniciales y formaron un tándem que fue bautizado como Merkozy. Ayer, Hollande dedicó el primer viaje de su mandato, en la misma tarde de su investidura, a entrevistarse con Merkel para buscar una postura conjunta. Lo mismo había hecho Sarkozy cuando fue elegido en 2007 para su único mandato.
Pese a su rechazo a reabrir las negociaciones del Pacto Fiscal firmado por 25 socios europeos el pasado marzo, y ya ratificado por Portugal y Grecia, Merkel se ha dicho dispuesta a trabajar en una nueva Agenda para el Crecimiento. Se trata, según el Gobierno alemán, de completar el Pacto con medidas de estímulo que, eso sí, “no se financiarán con nuevos créditos”.
Hollande ha propuesto cuatro puntos fundamentales para salir de la crisis: reforzar el papel del Banco Europeo de Inversiones, agilizar el pago de los fondos estructurales pendientes, introducir un impuesto a las transacciones financieras y emitir deuda europea para financiar proyectos concretos de infraestructura.
Pese a la enorme expectación generada por la visita, nadie esperaba que el primer encuentro entre Hollande y Merkel fructificará en acuerdos espectaculares.
Juan Gómez
Berlín, El País
El flamante presidente de Francia, François Hollande, se ha reunido en Berlín con la canciller federal, Angela Merkel, que lo ha recibido en su primera visita de Estado tras su investidura esa misma mañana. El francés se retrasó algo más de una hora, después de que un rayo alcanzara su avión oficial. Tras llegar a Berlín, se ha reunido con la jefa del Gobierno alemán para tratar los asuntos candentes de su nuevo mandato. Y la situación griega se ha convertido en uno de los temas estrella. A pesar de las diferencias aireadas por sus respectivos equipos durante estos días, ambos mandatarios coincidieron plenamente en que Grecia debe seguir dentro del euro y prometieron su ayuda para que vuelva a la senda del crecimiento. “Somos conscientes de las responsabilidades de nuestros dos países”, subrayó Merkel, y añadió: “Animados por este espíritu, vamos a encontrar soluciones”.
El encuentro se vio precedido por tensiones entre el partido socialista de Hollande y el Gobierno alemán. Los portavoces socialistas atacaron este fin de semana al Gobierno de Berlín asegurando que Merkel “no puede decidir ella sola el futuro de Europa”. Ayer esta crítica tuvo eco en la cancillería alemana: “Tenemos una moneda común y una moneda común tiene responsabilidades comunes. No es solo un proyecto monetario, es un proyecto conjunto”, ha subrayado Merkel.
Por su parte, la canciller había insistido en días anteriores en que el pacto fiscal europeo es políticamente “innegociable”. Merkel y su Unión Demócrata Cristiana sufrieron este domingo una dura derrota electoral en el Estado más poblado e industrializado del país, Renania del Norte-Westfalia. La victoria arrolladora del socialdemócrata SPD no sirvió para que Merkel se moviera de su curso europeo. Muchos críticos de las recetas impuestas por Merkel esperan que el nuevo presidente francés la obligue a modificar su estrategia.
En Berlín, los dos mandatarios chocaron un par de veces sobre la alfombra roja mojada por la lluvia mientras pasaban revista a la guardia de honor ante la cancillería. En Alemania se espera que los duros ataques de los socialistas a la canciller dejen paso a la calma poselectoral. No obstante, a Hollande le esperan las elecciones legislativas de junio. La oposición a la austeridad propuesta por Merkel y Sarkozy fue una de sus bazas electorales para ganar la presidencia, de modo que no es de esperar un acercamiento drástico a Merkel antes de estos nuevos comicios.
Hollande viajó a Berlín con la promesa de renegociar con Merkel el pacto fiscal o, por lo menos, añadirle un nuevo pacto por el crecimiento. Su llegada se vio precedida por una fuerte tormenta que le obligó a interrumpir su vuelo y por las turbulencias del mercado provocadas por el fracaso de las negociaciones en Atenas para formar un nuevo Gobierno tras las elecciones del 6 de mayo. Merkel lo recibió ante el coche oficial, bajo la lluvia berlinesa. No hubo abrazos cordiales como los que acostumbraban a escenificar la canciller y Sarkozy, sino un sobrio apretón de manos en el parco patio de honor de la cancillería. Ni el beso en la mano de Jacques Chirac ni los besos en la mejilla de Sarkozy.
El eje franco-alemán ha sido durante décadas el motor de la Unión Europea y el artífice de los acuerdos que impulsaron su paulatina integración. Sarkozy y Merkel, líderes del centroderecha en sus respectivos países, superaron sus graves diferencias iniciales y formaron un tándem que fue bautizado como Merkozy. Ayer, Hollande dedicó el primer viaje de su mandato, en la misma tarde de su investidura, a entrevistarse con Merkel para buscar una postura conjunta. Lo mismo había hecho Sarkozy cuando fue elegido en 2007 para su único mandato.
Pese a su rechazo a reabrir las negociaciones del Pacto Fiscal firmado por 25 socios europeos el pasado marzo, y ya ratificado por Portugal y Grecia, Merkel se ha dicho dispuesta a trabajar en una nueva Agenda para el Crecimiento. Se trata, según el Gobierno alemán, de completar el Pacto con medidas de estímulo que, eso sí, “no se financiarán con nuevos créditos”.
Hollande ha propuesto cuatro puntos fundamentales para salir de la crisis: reforzar el papel del Banco Europeo de Inversiones, agilizar el pago de los fondos estructurales pendientes, introducir un impuesto a las transacciones financieras y emitir deuda europea para financiar proyectos concretos de infraestructura.
Pese a la enorme expectación generada por la visita, nadie esperaba que el primer encuentro entre Hollande y Merkel fructificará en acuerdos espectaculares.