La matanza de Siria fue a sangre fría
La mayoría de las víctimas de Hula fueron ejecutadas. Cerca de la mitad de los muertos son niños, según el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU
Ana Carbajosa
Jerusalén, El País
Los datos comienzan a confirmar el horror que desde el viernes pasado llega desde Siria en forma de vídeos distribuidos por los grupos opositores. Las investigaciones preliminares del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU indican que la gran mayoría de los 108 sirios muertos en Hula, al oeste del país, el pasado viernes fueron ejecutados por milicias progubernamentales. Cerca de lamitad eran niños. El Gobierno sirio niega cualquier implicación en la matanza, que atribuye a “grupos terroristas”, términos con los que Damasco acostumbra a referirse a los opositores.
Naciones Unidas ha llegado a esa conclusión después de escuchar el testimonio de supervivientes de la matanza, que ha conmocionado a medio mundo y que ha provocado la condena casi en bloque de la comunidad internacional al régimen de Damasco, al que acusa de estar detrás de las muertes. “En este momento parece que [los milicianos leales al presidente El Asad] dispararon a familias enteras en sus casas”, ha indicado Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado en conferencia de prensa en Ginebra.
A primera hora de la tarde del pasado viernes, un grupo de habitantes de Hula salió a manifestarse en contra del régimen después de la oración. La represión gubernamental que siguió a la protesta y a un ataque de los grupos rebeldes a un control militar dejó más de un centenar de muertos, decenas de ellos niños, a los que se puede ver con aparentes disparos efectuados desde cerca en las imágenes procedentes de Hula. Algunos habitantes relataron a varios medios de comunicación que sobrevivieron haciéndose los muertos.
Resulta muy difícil comprobar la veracidad de las imágenes y los testimonios ya que el régimen de Damasco mantiene el país cerrado, salvo contadas excepciones, a reporteros e investigadores desde que estallara la revuelta que pide la apertura democrática desde hace más de un año.
Más de 10.000 personas han muerto a consecuencia de la campaña represiva ordenada por el régimen de Damasco, según las estimaciones más conservadoras. Además medio millón de sirios han abandonado sus casas para huir de la violencia. El Alto comisionado de la ONU ha pedido hoy al Gobierno sirio que permita el acceso de los investigadores al país para poder aclarar lo ocurrido en Hula.
“Lo que está claro es que el hecho que tuvo lugar en Hula es abominable y que por lo menos una parte significativa de las muertes fueron ejecuciones sumarias”, indica un comunicado difundido por el Alto Comisionado. Según las investigaciones llevadas a cabo por Naciones Unidas, menos de una veintena del más del centenar de víctimas murieron por los disparos de artillería procedentes del Ejército sirio. “De acuerdo con testigos locales y supervivientes entrevistados, la mayoría del resto de víctimas en Taldu, una de las áreas de Hula, fueron ejecutadas de forma sumaria en dos incidentes separados que la población local atribuyó a la paramilitar Shabiha”, explica el comunicado del Alto Comisionado que recoge las conclusiones preliminares. El responsable de misiones de paz de la ONU, Hervé Ladous, ha ofrecido hoy en Nueva York conclusiones similares respecto a la autoría de los crímenes.
Al menos 49 de las víctimas eran niños y otros 34 eran mujeres. Colville ha indicado en Ginebra que aún no es posible ofrecer una cifra exacta de víctimas porque siguen llegando informaciones que podrían aumentar el número de muertos.
Activistas de Homs, ciudad convertida en bastión de la oposición y próxima a Hula, han indicado que el Ejército ha vuelto a bombardear hoy martes la localidad de la matanza y ha impedido el paso a coches cargados con harina, verduras y provisiones. Añaden que la electricidad sigue cortada en Hula por cuarto día consecutivo. Informan también de la muerte de una treintena de personas por todo el país a manos de las fuerzas de seguridad.
Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas y de la Liga Árabe al conflicto sirio se ha entrevistado hoy en Damasco con el presidente sirio, Bachar el Asad. Annan le ha pedido al mandatario durante su encuentro “pasos claros ahora, no mañana, ahora” para que pueda prosperar el plan de paz de seis puntos pactado con el Gobierno sirio y los grupos opositores a mediados de abril, y que incluye un alto el fuego que no se ha respetado, como prueba la matanza de Hula.
Un total de 1.800 personas han muerto desde el supuesto inicio del alto el fuego en Siria, según el opositor Observatorio para los derechos Humanos sirio con sede en Londres.
Frente a Annan, el presidente Asad ha vuelto a ajustarse al guion que repite desde hace meses. “Señaló que grupos terroristas armados incrementaron notablemente sus actos terroristas últimamente en varias zonas de Siria, cometiendo asesinatos y secuestros contra ciudadanos sirios”, ha resumido con el habitual tono oficialista la agencia de noticias Sana tras la entrevista entre ambos.
Ana Carbajosa
Jerusalén, El País
Los datos comienzan a confirmar el horror que desde el viernes pasado llega desde Siria en forma de vídeos distribuidos por los grupos opositores. Las investigaciones preliminares del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU indican que la gran mayoría de los 108 sirios muertos en Hula, al oeste del país, el pasado viernes fueron ejecutados por milicias progubernamentales. Cerca de lamitad eran niños. El Gobierno sirio niega cualquier implicación en la matanza, que atribuye a “grupos terroristas”, términos con los que Damasco acostumbra a referirse a los opositores.
Naciones Unidas ha llegado a esa conclusión después de escuchar el testimonio de supervivientes de la matanza, que ha conmocionado a medio mundo y que ha provocado la condena casi en bloque de la comunidad internacional al régimen de Damasco, al que acusa de estar detrás de las muertes. “En este momento parece que [los milicianos leales al presidente El Asad] dispararon a familias enteras en sus casas”, ha indicado Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado en conferencia de prensa en Ginebra.
A primera hora de la tarde del pasado viernes, un grupo de habitantes de Hula salió a manifestarse en contra del régimen después de la oración. La represión gubernamental que siguió a la protesta y a un ataque de los grupos rebeldes a un control militar dejó más de un centenar de muertos, decenas de ellos niños, a los que se puede ver con aparentes disparos efectuados desde cerca en las imágenes procedentes de Hula. Algunos habitantes relataron a varios medios de comunicación que sobrevivieron haciéndose los muertos.
Resulta muy difícil comprobar la veracidad de las imágenes y los testimonios ya que el régimen de Damasco mantiene el país cerrado, salvo contadas excepciones, a reporteros e investigadores desde que estallara la revuelta que pide la apertura democrática desde hace más de un año.
Más de 10.000 personas han muerto a consecuencia de la campaña represiva ordenada por el régimen de Damasco, según las estimaciones más conservadoras. Además medio millón de sirios han abandonado sus casas para huir de la violencia. El Alto comisionado de la ONU ha pedido hoy al Gobierno sirio que permita el acceso de los investigadores al país para poder aclarar lo ocurrido en Hula.
“Lo que está claro es que el hecho que tuvo lugar en Hula es abominable y que por lo menos una parte significativa de las muertes fueron ejecuciones sumarias”, indica un comunicado difundido por el Alto Comisionado. Según las investigaciones llevadas a cabo por Naciones Unidas, menos de una veintena del más del centenar de víctimas murieron por los disparos de artillería procedentes del Ejército sirio. “De acuerdo con testigos locales y supervivientes entrevistados, la mayoría del resto de víctimas en Taldu, una de las áreas de Hula, fueron ejecutadas de forma sumaria en dos incidentes separados que la población local atribuyó a la paramilitar Shabiha”, explica el comunicado del Alto Comisionado que recoge las conclusiones preliminares. El responsable de misiones de paz de la ONU, Hervé Ladous, ha ofrecido hoy en Nueva York conclusiones similares respecto a la autoría de los crímenes.
Al menos 49 de las víctimas eran niños y otros 34 eran mujeres. Colville ha indicado en Ginebra que aún no es posible ofrecer una cifra exacta de víctimas porque siguen llegando informaciones que podrían aumentar el número de muertos.
Activistas de Homs, ciudad convertida en bastión de la oposición y próxima a Hula, han indicado que el Ejército ha vuelto a bombardear hoy martes la localidad de la matanza y ha impedido el paso a coches cargados con harina, verduras y provisiones. Añaden que la electricidad sigue cortada en Hula por cuarto día consecutivo. Informan también de la muerte de una treintena de personas por todo el país a manos de las fuerzas de seguridad.
Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas y de la Liga Árabe al conflicto sirio se ha entrevistado hoy en Damasco con el presidente sirio, Bachar el Asad. Annan le ha pedido al mandatario durante su encuentro “pasos claros ahora, no mañana, ahora” para que pueda prosperar el plan de paz de seis puntos pactado con el Gobierno sirio y los grupos opositores a mediados de abril, y que incluye un alto el fuego que no se ha respetado, como prueba la matanza de Hula.
Un total de 1.800 personas han muerto desde el supuesto inicio del alto el fuego en Siria, según el opositor Observatorio para los derechos Humanos sirio con sede en Londres.
Frente a Annan, el presidente Asad ha vuelto a ajustarse al guion que repite desde hace meses. “Señaló que grupos terroristas armados incrementaron notablemente sus actos terroristas últimamente en varias zonas de Siria, cometiendo asesinatos y secuestros contra ciudadanos sirios”, ha resumido con el habitual tono oficialista la agencia de noticias Sana tras la entrevista entre ambos.