Hollande mantiene su ventaja sobre Sarkozy antes de la segunda vuelta

París, EP
Todos los sondeos apuntan que el candidato del Partido Socialista, François Hollande, será nuevo presidente de Francia con el 52 por ciento de los votos sobre su rival y actual jefe de Gobierno, Nicolas Sarkozy, tras la segunda y definitiva ronda de los comicios presidenciales de este domingo.

Queda por decidir el margen final entre ambos tras el debate televisado de la pasada noche del miércoles, que no alteró significativamente la intención de voto del electorado, y después de que el candidato centrista François Bayrou declarara el jueves su apoyo a Hollande a título personal. Se trata de la primera vez en la Cinquième République, desde 1958, que un centrista ha dado su apoyo a una opción de izquierda con una decisión que parece inclinar finalmente la balanza a favor del socialista.

Hollande obtendría el 52% de los votos frente a Sarkozy, que llegaría al 48%, según un sondeo de Ifop-Fiducial, realizado entre el martes y este viernes entre 1.225 personas. Hollande consiguió en la primera vuelta el 28,6 por ciento de los votos frente a Sarkozy, que obtuvo el 27,1 por ciento.

El presidente ha concentrado sus esfuerzos en recabar apoyos de la ultraderecha francesa, en particular a través de su ministro de Defensa, Gérard Longuet, quien ha descrito a la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, "alguien con quien se puede hablar" al contrario que su padre y fundador del movimiento, Jean-Marie. Longuet abrazó tanto el posible respaldo del FN --que Le Pen no ha proporcionado ni parece tener intención de hacerlo-- que cometió el lapsus de decir "nosotros, el Frente Nacional" antes de rectificar durante una entrevista con RFI.

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"Este domingo, el resultado está en el filo de la navaja", declaró ayer Sarkozy en su mítin final celebrado en Les Sables d'Olonne, en el oeste del país. De momento le separan cinco puntos de Hollande en las encuestas pero la ventaja del candidato socialista se ha reducido un poco en los últimos días.

Sarkozy aprovechó para responder a las críticas recibidas por su reciente giro a la derecha para recabar votos que contrarresten el respaldo que Hollande ha recibido de la izquierda y del centrista François Bayrou.

"Jamás el pueblo francés ha sido tan herido, acosado y manipulado como en las últimas semanas. La mayoría silenciosa no tiene por qué aguantar estos insultos, esta intolerancia y la falta de respeto", añadió.

Hollande, por su parte, pidió el apoyo popular para conseguir una victoria lo suficientemente amplia como para gestionar el cargo sin ataduras. "Quiero un triunfo amplio", declaró Hollande a la cadena RTL "Los franceses deben conceder al ganado los medios para actuar. Por favor, no permitan un candidato renqueante que tenga problemas desde el primer día después de los comicios".

SARKOZY, CONTRA EL LASTRE DE GADAFI

La oficina de Sarkozy ha pedido este viernes que no se dé credibilidad a los "delirios grotescos" de un "antiguo cómplice de Gadafi", un día después de que el abogado del ex primer ministro libio Al Baghdadi Ali al Mahmoudi denunciara que el derrocado líder libio, Muamar Gadafi, había contribuido a financiar la campaña del actual mandatario galo en las elecciones de 2007.

En un comunicado, la portavoz de Sarkozy, Nathalie Kosciusko-Morizet, ha declarado que "las afirmaciones del ex primer ministro libio contra Nicolas Sarkozy son tan grotescas como lo fue la caída del régimen de Gadafi".

"¿Cómo creer un solo instante a un hombre que huyó de su país, que le reclama actualmente para que rinda cuentas sobre sombríos casos de corrupción y de desvío de fondos? ¿Cómo dar crédito un solo segundo a las declaraciones de un antiguo cómplice del régimen de Gadafi, dirigidas, qué casualidad, contra el que encabezó a la coalición internacional formada para salvar el pueblo libio?", manifestó.

"Este intento político de desestabilización a pocos días de las elecciones demuestra una sola cosa: el intento de algunos, hasta el último momento, de pasar por el lodo a Nicolas Sarkozy", concluyó.

En declaraciones a la prensa, el abogado de Al Mahmoudi aseguró ayer jueves en Túnez que su cliente le había asegurado que "Gadafi financió la campaña electoral de Nicolas Sarkozy". Al Mahmoudi se encuentra detenido en este país a la espera de su extradición a Libia.

Según esta versión, una carta de los servicios secretos libios, con fecha de 2006 y en la que se contempla el envío de 50 millones de euros para la campaña de Sarkozy, es auténtica. Uno de los firmantes de la carta, según el abogado de Al Mahmoudi, fue el antiguo ministro de Exteriores del régimen libio Musa Kusa, quien en marzo de 2011 huyó a Reino Unido para buscar refugio. El entorno de Kusa ha calificado estas informaciones de "falsas".

Sarkozy ya ha anunciado acciones legales contra la web Mediapart por publicar el documento, al que también ha restado credibilidad el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, Mustafa Abdel Jalil. "No hemos encontrado ninguna referencia a esta carta en los archivos libios", apuntó ayer.

LE PEN

Marine Le Pen, la gran esperanza de Sarkozy, ha dedicado estos últimos días a consolidar al Frente Nacional como la primera opción de la derecha, como demostró el pasado martes, en un discurso centrado en el agotamiento del partido de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular (UMP).

"Es obvio que hay muchos que se han quedado en el camino (en las elecciones presidenciales) porque no entienden a los líderes de la UMP y porque están más cerca de nuestros valores e ideas", ha dicho en alusión al partido político del presidente francés, Nicolás Sarkozy.

El pasado día 18 sus quejas eran mucho más virulentas. "No se va a escapar de su historia, de sus renuncias y de sus traiciones. ¡Y no se va a escapar del castigo que se merece!", declaró Le Pen en un mítin celebrado en París.

EL FUTURO DE "SARKO"

La probable derrota de Sarkozy deja en el aire su futuro político. A pesar de que el actual presidente ha prometido que dejará los podios si pierde los comicios, un derrota ajustada podría mantenerle en política desde la oposición, según considera su asesor y amigo durante largo tiempo, Alain Minc.

"Si es derrotado pero obtiene un 48 o 48,5 por ciento (del apoyo), en un momento en el que los gobiernos de todas partes caen por la crisis económica, eso no sería una desgracia. Veremos lo que decide hacer", declaró Minc.

Sarkozy, que ha visto sus perspectivas electorales destrozadas por las consecuencias de la crisis económica y una desaprobación general sobre su brusca personalidad, insistió en que si no logra la reelección dejará la política. "Ya he dicho que si la gente vota en otra dirección, entonces se habrá acabado", dijo a la radio Europe 1.

NUEVO EJE FRANCO-ALEMÁN

Hollande, por su parte, intentará aprovechar su primer viaje a Berlín si resulta elegido presidente de Francia para establecer los términos de un nuevo eje franco-alemán basado en el crecimiento económico, según informó su jefe de campaña, Pierre Moscovici.

Para Hollande, este viaje servirá para hablar con la canciller alemana, Angela Merkel, de sus planes para Europa y el crecimiento del continente, "porque es necesario entrar directamente en el quid de la cuestión, porque estas cosas no se pueden hacer esperar", según su jefe de campaña.

El plan de Hollande tiene cuatro elementos básicos: fortalecer el Banco Europeo de Inversión, incrementar la eficacia de los fondos estructurales de la Unión Europea, la creación de bonos especiales para fundar infraestructuras y el desarrollo de una tasa sobre las transacciones financieras.

Merkel no se pone a estas ideas en principio, aunque se ha declarado escéptica sobre la eficacia de estos bonos, y se opone a la creación de medidas de estímulo que dependan del dinero del Gobierno.

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