Grecia quiere el euro pero no los recortes
La renegociación del plan de rescate centra las conversaciones para formar Gobierno
María Antonia Sánchez-Vallejo
En una encuesta de mediados de abril, en torno al 70% de los ciudadanos se mostraban partidarios de seguir en la Eurozona. El domingo, pidieron un poco de bálsamo para aliviar los rigores de la austeridad.
“Sin el euro, estamos condenados a la deriva, rodeados de países enemigos o casi fallidos, como algún vecino nuestro en los Balcanes. Volver a la dracma es prácticamente imposible, qué iba a ser de nosotros y de nuestra economía; si ahora somos un bazar, solo nos quedaría recurrir al trueque. Pero las medidas de austeridad del memorándum nos están asfixiando, no podemos pagar más impuestos ni recortar más las pensiones: hay cada vez más abuelos en la indigencia”, explica el jubilado Kostas Glikeos, votante del Pasok, en un barrio de clase media alta de Atenas.
“El paro prácticamente se ha doblado en tres años, ya ronda el 22%, y sin embargo el memorándum contempla la supresión de 150.000 empleos públicos, lo cual va a empeorar mucho las cifras”, apunta Eliana Gatsi, politóloga, que votó a Izquierda Democrática. “En momentos de crisis como este lo último que se puede ser es fundamentalista, y no me refiero solo a Grecia; hay que saber hasta dónde se puede tensar la cuerda, Europa no puede apretarnos cada día más la soga al cuello”.
La mayoría de las opciones políticas que el domingo entraron en el Parlamento defienden tanto Europa como el euro, solo varían en el grado de corrección de las medidas del memorándum. Alexis Tsipras, líder de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza), que ha recibido el mandato de formar Gobierno tras el fracaso, el lunes, del conservador Andonis Samarás, propone una renegociación del acuerdo, la inclusión de un paquete de medidas de crecimiento y la condonación de parte de la deuda. Fue precisamente su insistencia en la necesidad de aliviar los sacrificios económicos de la población lo que hizo imposible, según Samarás, cualquier pacto de Gobierno al primer intento.
El vacío de poder ha hecho sonar todas las alarmas, la primera de ellas, el riesgo de que el país se convierta en un Estado fallido, abocado a la quiebra y a una economía de subsistencia con la recuperación de la dracma. Fuentes del Ministerio de Finanzas apuntaron el martes la posibilidad de que Grecia se quede sin liquidez a mediados de junio si para entonces no hay un Ejecutivo capaz de cerrar la entrega del siguiente tramo de la ayuda, y si los ingresos previstos por el Estado (impuestos, privatizaciones, etcétera) se quedan cortos. Es decir, hay dinero para poco más de un mes, plazo aproximado para la repetición de las elecciones si continúa el vacío de poder. La fecha más probable es el 17 de junio; en ningún caso antes de cinco semanas, límite legal establecido.
La fecha más probable para repetir los comicios es el 17 de junio
Contra el reloj, los partidos reajustan sus programas para tomar distancia del memorándum, pues los tres partidos que más se identificaron con él —socialistas, conservadores y el populista Laos, socios en el Gobierno de coalición dirigido por Lukas Papademos— salieron trasquilados de las urnas (Laos perdió incluso los 15 diputados que logró en 2009; los otros dos sufrieron una sangría de votos). Las bazas de la negociación partidista son precisamente hasta qué punto se puede —o se debe, para no tensar demasiado la cuerda— modificar la hoja de ruta económica impuesta por la troika.
Entre otras propuestas, el líder socialista, Evánguelos Venizelos, ha propuesto un Gobierno de unidad nacional formado por conservadores, Pasok, Syriza e Izquierda Democrática. Fotis Kuvelis, líder de Izquierda Democrática (séptima fuerza en el Parlamento, 19 diputados), ofreció su apoyo a Tsipras, mientras que Andonis Samarás, que ha reiterado su compromiso con el plan de rescate internacional, le ha negado su respaldo. “Me está pidiendo que firme la destrucción de Grecia”, dijo.
El 6 de febrero, el economista jefe de Citi, Willem Buiter, corregía al alza sus previsiones sobre la probabilidad de que Grecia salga de la Eurozona hasta el 50% en los próximos 18 meses, frente a estimaciones previas del 25-30%. El lunes, con los resultados de las elecciones sobre la mesa, Citi elevó el riesgo hasta el 75%.
Atenas, El País
Los griegos han votado contra el acuerdo del rescate, no contra el euro. Este es el único mensaje claro que recibieron el domingo en las urnas las fuerzas políticas y la guía rectora de las frenéticas negociaciones en curso para formar Gobierno y evitar la repetición de las elecciones. La mayoría de los votantes (el 66%) dijeron claramente no a la política de austeridad y a los sacrificios previstos en el memorándum firmado con la troika —que desde 2010 han costado a los griegos entre el 40% y el 50% de sus ingresos—, pero el rechazo al euro no está en cuestión, pese a los titulares apocalípticos de algún que otro diario.En una encuesta de mediados de abril, en torno al 70% de los ciudadanos se mostraban partidarios de seguir en la Eurozona. El domingo, pidieron un poco de bálsamo para aliviar los rigores de la austeridad.
“Sin el euro, estamos condenados a la deriva, rodeados de países enemigos o casi fallidos, como algún vecino nuestro en los Balcanes. Volver a la dracma es prácticamente imposible, qué iba a ser de nosotros y de nuestra economía; si ahora somos un bazar, solo nos quedaría recurrir al trueque. Pero las medidas de austeridad del memorándum nos están asfixiando, no podemos pagar más impuestos ni recortar más las pensiones: hay cada vez más abuelos en la indigencia”, explica el jubilado Kostas Glikeos, votante del Pasok, en un barrio de clase media alta de Atenas.
“El paro prácticamente se ha doblado en tres años, ya ronda el 22%, y sin embargo el memorándum contempla la supresión de 150.000 empleos públicos, lo cual va a empeorar mucho las cifras”, apunta Eliana Gatsi, politóloga, que votó a Izquierda Democrática. “En momentos de crisis como este lo último que se puede ser es fundamentalista, y no me refiero solo a Grecia; hay que saber hasta dónde se puede tensar la cuerda, Europa no puede apretarnos cada día más la soga al cuello”.
La mayoría de las opciones políticas que el domingo entraron en el Parlamento defienden tanto Europa como el euro, solo varían en el grado de corrección de las medidas del memorándum. Alexis Tsipras, líder de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza), que ha recibido el mandato de formar Gobierno tras el fracaso, el lunes, del conservador Andonis Samarás, propone una renegociación del acuerdo, la inclusión de un paquete de medidas de crecimiento y la condonación de parte de la deuda. Fue precisamente su insistencia en la necesidad de aliviar los sacrificios económicos de la población lo que hizo imposible, según Samarás, cualquier pacto de Gobierno al primer intento.
El vacío de poder ha hecho sonar todas las alarmas, la primera de ellas, el riesgo de que el país se convierta en un Estado fallido, abocado a la quiebra y a una economía de subsistencia con la recuperación de la dracma. Fuentes del Ministerio de Finanzas apuntaron el martes la posibilidad de que Grecia se quede sin liquidez a mediados de junio si para entonces no hay un Ejecutivo capaz de cerrar la entrega del siguiente tramo de la ayuda, y si los ingresos previstos por el Estado (impuestos, privatizaciones, etcétera) se quedan cortos. Es decir, hay dinero para poco más de un mes, plazo aproximado para la repetición de las elecciones si continúa el vacío de poder. La fecha más probable es el 17 de junio; en ningún caso antes de cinco semanas, límite legal establecido.
La fecha más probable para repetir los comicios es el 17 de junio
Contra el reloj, los partidos reajustan sus programas para tomar distancia del memorándum, pues los tres partidos que más se identificaron con él —socialistas, conservadores y el populista Laos, socios en el Gobierno de coalición dirigido por Lukas Papademos— salieron trasquilados de las urnas (Laos perdió incluso los 15 diputados que logró en 2009; los otros dos sufrieron una sangría de votos). Las bazas de la negociación partidista son precisamente hasta qué punto se puede —o se debe, para no tensar demasiado la cuerda— modificar la hoja de ruta económica impuesta por la troika.
Entre otras propuestas, el líder socialista, Evánguelos Venizelos, ha propuesto un Gobierno de unidad nacional formado por conservadores, Pasok, Syriza e Izquierda Democrática. Fotis Kuvelis, líder de Izquierda Democrática (séptima fuerza en el Parlamento, 19 diputados), ofreció su apoyo a Tsipras, mientras que Andonis Samarás, que ha reiterado su compromiso con el plan de rescate internacional, le ha negado su respaldo. “Me está pidiendo que firme la destrucción de Grecia”, dijo.
El 6 de febrero, el economista jefe de Citi, Willem Buiter, corregía al alza sus previsiones sobre la probabilidad de que Grecia salga de la Eurozona hasta el 50% en los próximos 18 meses, frente a estimaciones previas del 25-30%. El lunes, con los resultados de las elecciones sobre la mesa, Citi elevó el riesgo hasta el 75%.