Gobierno exhorta a médicos retornar a hospitales y evitar que enfermos "mueran en sus casas"
La Paz, ABI
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, exhortó el domingo a los médicos bolivianos en huelga hace 41 días, retornar a los hospitales y policlínicas públicos y evitar que los enfermos terminales se mueran "en sus casas".
"Eviten que la gente se muera", pidió durante una entrevista con medios estatales al calificar de "intolerante" y "radical" la determinación, por parte de la organización de los galenos, de mantener la suspensión de la atención a los enfermos en los hospitales públicos de Bolivia.
Tres días después que el presidente Evo Morales ordenara la suspensión de la aplicación del decreto 1126, que prescribía el incremento de 6 a 8 horas de la carga laboral de los médicos empleados por el Estado, motivo de la protesta, un Consejo Nacional de Salud, cabeza de los reclamos de los galenos, resolvió mantener la presión que, más allá del cierre de los hospitales y policlínicas, implica el corte de los caminos interdepartamentales del país y la toma diaria y sostenida de las calles y avenidas de las principales ciudades bolivianas.
"Van a tener que enfrentarse a la población, van tener que rendirle cuentas al país", advirtió Quintana al tachar la "crueldad" la porfía en alejar a los enfermos graves de los hospitales.
"Esta intolerancia, esta actitud radical está llegando a un nivel de crueldad: dejar a enfermos terminales, a enfermos con SIDA (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida), a enfermos renales, a enfermos que tienen cáncer, que están en los últimos minutos de si vida, dejarlos sin atención médica eso es de exclusiva responsabilidad de quienes están presidiendo esta actitud radical", enfatizó.
El Consejo Nacional de Salud exige a la administración Morales la "abrogación" del decreto que prescribía el incremento de la carga laboral de médicos.
En tanto los nosocomios públicos, que atienden un promedio diario de 70.000 pacientes, continúan parados.
Durante sábado y domingo, este extremo se mantuvo invariable, como desde la tercera semana de marzo, en los hospitales de la mayor parte de las ciudades bolivianas.
Quintana explicó que el Presidente cumplió en congelar el decreto que erizó a los galenos y disparó sus presiones hace casi mes y medio, fundado en pedidos escritos de las organizaciones sociales que, reunidos con empresarios, universitarios, trabajadores y delegados de médicos, convinieron en pedir el incremento en 2 horas a la carga laboral de los doctores, durante una Cumbre Plurinacional verificada en diciembre último en la ciudad de Cochabamba.
"El Gobierno ha hecho su parte, ha tomado una decisión apoyado por los sectores sociales que le han pedido al Presidente una política más global". El mandato de las organizaciones sociales "el Presidente ha traducido en una medida política y ha dicho 'vamos a dejar congelada la medida de las 8 horas', que es un mandato popular", reveló Quintana.
El Ministro de la Presidencia explicó que Morales no puede borrar de un plumazo el mandato popular emanado de Cochabamba y que, por lo tanto, no abrogará el decreto de mención.
"Entonces el Presidente no puede asumir una decisión contraria a la voluntad popular. Por eso ha emitido el decreto de las 8 horas y, ahora, las organizaciones han dicho 'estableceremos un cuarto intermedio, revisaremos nuestra posición, Presidente, le pedimos congelar esa medida", testimonió.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, exhortó el domingo a los médicos bolivianos en huelga hace 41 días, retornar a los hospitales y policlínicas públicos y evitar que los enfermos terminales se mueran "en sus casas".
"Eviten que la gente se muera", pidió durante una entrevista con medios estatales al calificar de "intolerante" y "radical" la determinación, por parte de la organización de los galenos, de mantener la suspensión de la atención a los enfermos en los hospitales públicos de Bolivia.
Tres días después que el presidente Evo Morales ordenara la suspensión de la aplicación del decreto 1126, que prescribía el incremento de 6 a 8 horas de la carga laboral de los médicos empleados por el Estado, motivo de la protesta, un Consejo Nacional de Salud, cabeza de los reclamos de los galenos, resolvió mantener la presión que, más allá del cierre de los hospitales y policlínicas, implica el corte de los caminos interdepartamentales del país y la toma diaria y sostenida de las calles y avenidas de las principales ciudades bolivianas.
"Van a tener que enfrentarse a la población, van tener que rendirle cuentas al país", advirtió Quintana al tachar la "crueldad" la porfía en alejar a los enfermos graves de los hospitales.
"Esta intolerancia, esta actitud radical está llegando a un nivel de crueldad: dejar a enfermos terminales, a enfermos con SIDA (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida), a enfermos renales, a enfermos que tienen cáncer, que están en los últimos minutos de si vida, dejarlos sin atención médica eso es de exclusiva responsabilidad de quienes están presidiendo esta actitud radical", enfatizó.
El Consejo Nacional de Salud exige a la administración Morales la "abrogación" del decreto que prescribía el incremento de la carga laboral de médicos.
En tanto los nosocomios públicos, que atienden un promedio diario de 70.000 pacientes, continúan parados.
Durante sábado y domingo, este extremo se mantuvo invariable, como desde la tercera semana de marzo, en los hospitales de la mayor parte de las ciudades bolivianas.
Quintana explicó que el Presidente cumplió en congelar el decreto que erizó a los galenos y disparó sus presiones hace casi mes y medio, fundado en pedidos escritos de las organizaciones sociales que, reunidos con empresarios, universitarios, trabajadores y delegados de médicos, convinieron en pedir el incremento en 2 horas a la carga laboral de los doctores, durante una Cumbre Plurinacional verificada en diciembre último en la ciudad de Cochabamba.
"El Gobierno ha hecho su parte, ha tomado una decisión apoyado por los sectores sociales que le han pedido al Presidente una política más global". El mandato de las organizaciones sociales "el Presidente ha traducido en una medida política y ha dicho 'vamos a dejar congelada la medida de las 8 horas', que es un mandato popular", reveló Quintana.
El Ministro de la Presidencia explicó que Morales no puede borrar de un plumazo el mandato popular emanado de Cochabamba y que, por lo tanto, no abrogará el decreto de mención.
"Entonces el Presidente no puede asumir una decisión contraria a la voluntad popular. Por eso ha emitido el decreto de las 8 horas y, ahora, las organizaciones han dicho 'estableceremos un cuarto intermedio, revisaremos nuestra posición, Presidente, le pedimos congelar esa medida", testimonió.