George W. Bush rompe su silencio para apoyar a Romney
Washington, EP
El expresidente estadounidense George W. Bush ha roto el silencio mantenido durante las primarias del Partido Republicano y ha dado su apoyo al virtual candidato de la formación a las elecciones de noviembre, el antiguo gobernador de Massachussetts Mitt Romney.
"Estoy con Mitt Romney", ha dicho Bush en declaraciones a la cadena ABC News tras ofrecer un discurso cerca de la Casa Blanca, la residencia en la que vivió ocho años, entre 2001 y 2009.
Hasta ahora, el predecesor de Barack Obama en la Presidencia de Estados Unidos se había mantenido al margen de la pugna de los republicanos por hacerse con la nominación. Romney ya cuenta desde marzo con el apoyo público de George H.W. Bush, presidente entre 1989 y 1993.
Varias personas que trabajaron con George W. Bush durante su ocho años en la Casa Blanca han asegurado a ABC News que el expresidente previsiblemente no participará en actos importantes con Romney, en gran medida porque, pese a mejorar en popularidad durante los últimos años, los estadounidenses siguen culpándole del deterioro económico.
El expresidente estadounidense George W. Bush ha roto el silencio mantenido durante las primarias del Partido Republicano y ha dado su apoyo al virtual candidato de la formación a las elecciones de noviembre, el antiguo gobernador de Massachussetts Mitt Romney.
"Estoy con Mitt Romney", ha dicho Bush en declaraciones a la cadena ABC News tras ofrecer un discurso cerca de la Casa Blanca, la residencia en la que vivió ocho años, entre 2001 y 2009.
Hasta ahora, el predecesor de Barack Obama en la Presidencia de Estados Unidos se había mantenido al margen de la pugna de los republicanos por hacerse con la nominación. Romney ya cuenta desde marzo con el apoyo público de George H.W. Bush, presidente entre 1989 y 1993.
Varias personas que trabajaron con George W. Bush durante su ocho años en la Casa Blanca han asegurado a ABC News que el expresidente previsiblemente no participará en actos importantes con Romney, en gran medida porque, pese a mejorar en popularidad durante los últimos años, los estadounidenses siguen culpándole del deterioro económico.