España: El PP centra sus congresos en defender los recortes y atacar al PSOE
Los populares refrendan el poder absoluto de Cospedal, Monago, Sánchez-Camacho y Diego
Madrid, El País
Para Dolores de Cospedal, José Antonio Monago, Alicia Sánchez-Camacho e Ignacio Diego casi nada ha cambiado desde la celebración de los congresos del PP que les auparon como líderes regionales. Este fin de semana saldrán todos fortalecidos de sus cónclaves, sin oposición ni cuestionamientos internos. Aunque este escenario de paz es precisamente una señal de que, en el fondo, nada sigue igual.
Todo ha cambiado porque hace tan solo un año, antes de las elecciones autonómicas del 22-M Cospedal, la número dos del partido, no era presidenta de Castilla-La Mancha, al igual que Monago o Diego todavía no gobernaban, respectivamente, en Extremadura y Cantabria. Las circunstancias son distintas también en el PP catalán, convertido ahora en el principal interlocutor del Gobierno de Artur Mas. Y todo ha cambiado porque, con Mariano Rajoy en La Moncloa y un calendario de recortes que, como prometió el presidente, no parará “hasta el fin de la legislatura”, el partido se ha convertido en un escudo de la actividad del Ejecutivo y en, este contexto, debe escenificar ante todo unidad.
Los cuatro, junto con Esperanza Aguirre en Madrid y Pedro Sanz en La Rioja, engordan la lista de barones con poder interno prácticamente absoluto en sus territorios. Los votos a favor de Cospedal, por ejemplo, han rozado el 99%, (723 apoyos y 8 votos en blanco). Y con esta autoridad, tanto ellos como todos los invitados en los congresos regionales, se han volcado hoy defender las reformas y en arremeter contra el PSOE.
Lo han hecho ministros como la titular de Sanidad, Ana Mato, quien desde Barcelona ha llegado a asegurar que el Gobierno “garantiza el bienestar social que el PSOE ha puesto en peligro”; se han pronunciado en la misma línea cargos de confianza de Rajoy como el director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Jorge Moragas, al defender “el reformismo, la nueva forma de patriotismo”. Y también lo ha hecho la propia secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, que ha intervenido por la mañana en Mérida (Badajoz) y por la tarde en Talavera de la Reina (Toledo).
Cospedal ha acusado a los socialistas de “deslealtad” por “tirar piedras al crecimiento económico”. “No nos vamos a callar ante la deslealtad del partido socialista, que después de llevar a España a la quiebra, parece que por lo único que tiene interés es que España se hunda para sacar tajada política”, ha arremetido antes de censurar lo que considera “el cinismo de un PSOE que estaba abanderando hace muy pocos días las manifestaciones del Primero de mayo”. A los ataques a los dirigentes del principal partido de la oposición y las referencias habituales a la herencia de la gestión de Zapatero la secretaria general del PP ha añadido una defensa de las medidas de austeridad, esto es, los recortes, “no como una meta sino un instrumento para garantizar la recuperación económica y volver a la senda de la creación de empleo”. “El que dice que no hace falta ser austero y seguir gastando” está, en su opinión, “mintiendo a la sociedad”.
Tras reiterar, al igual que Interior, que el proceso de disolución de ETA no necesita “ningún verificador de nada” más allá de las fuerzas de seguridad y los jueces, la número dos del PP ha tratado de lanzar un mensaje de apoyo a las comunidades autónomas. En este caso hablaba Cospedal como dirigente nacional y mano derecha de Rajoy en el partido ante el debate sobre la devolución de competencias y el descontento de algunos barones que —como deslizaron o trasladaron abiertamente a la dirección en la última reunión celebrada en Génova— se sienten culpabilizados en exceso por el déficit desbocado de sus Administraciones. En este sentido, Cospedal ha asegurado que las autonomías no son “el problema” y que el objetivo es que, al contrario, se conviertan en “parte de la solución”. Aun así, ha insistido en la importancia de cumplir el objetivo de déficit, ya que de sus cuentas dependen las del Estado.
En la misma línea de defensa cerrada de las medidas del Ejecutivo se ha pronunciado esta tarde Carlos Floriano, vicesecretario de Organización y Electoral, en el congreso de los populares extremeños, donde ha afirmado que los españoles votaron al PP para que no tuvieran “complejos” y demostraran “valentía” con las reformas. El número tres del partido se ha dirigido a los afiliados de su tierra, donde ni siquiera llegó a acariciar los éxitos del actual presidente, José Antonio Monago, y en 2007 el candidato socialista a la Junta, Guillermo Fernández Vara, le sacó casi 15 puntos de ventaja en las elecciones autonómicas. Floriano también ha culpado al PSOE de la “herencia de quienes mintieron” y ha ido más allá al asegurar que “hay un denominador común en los Gobierno de González y Zapatero, el que da lecciones, Rubalcaba”. Pese a ello, ha admitido que todos los miembros del PP tienen que “escuchar con humildad” a los ciudadanos para dar “respuestas y soluciones”, sin especificar nada más.
Madrid, El País
Para Dolores de Cospedal, José Antonio Monago, Alicia Sánchez-Camacho e Ignacio Diego casi nada ha cambiado desde la celebración de los congresos del PP que les auparon como líderes regionales. Este fin de semana saldrán todos fortalecidos de sus cónclaves, sin oposición ni cuestionamientos internos. Aunque este escenario de paz es precisamente una señal de que, en el fondo, nada sigue igual.
Todo ha cambiado porque hace tan solo un año, antes de las elecciones autonómicas del 22-M Cospedal, la número dos del partido, no era presidenta de Castilla-La Mancha, al igual que Monago o Diego todavía no gobernaban, respectivamente, en Extremadura y Cantabria. Las circunstancias son distintas también en el PP catalán, convertido ahora en el principal interlocutor del Gobierno de Artur Mas. Y todo ha cambiado porque, con Mariano Rajoy en La Moncloa y un calendario de recortes que, como prometió el presidente, no parará “hasta el fin de la legislatura”, el partido se ha convertido en un escudo de la actividad del Ejecutivo y en, este contexto, debe escenificar ante todo unidad.
Los cuatro, junto con Esperanza Aguirre en Madrid y Pedro Sanz en La Rioja, engordan la lista de barones con poder interno prácticamente absoluto en sus territorios. Los votos a favor de Cospedal, por ejemplo, han rozado el 99%, (723 apoyos y 8 votos en blanco). Y con esta autoridad, tanto ellos como todos los invitados en los congresos regionales, se han volcado hoy defender las reformas y en arremeter contra el PSOE.
Lo han hecho ministros como la titular de Sanidad, Ana Mato, quien desde Barcelona ha llegado a asegurar que el Gobierno “garantiza el bienestar social que el PSOE ha puesto en peligro”; se han pronunciado en la misma línea cargos de confianza de Rajoy como el director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Jorge Moragas, al defender “el reformismo, la nueva forma de patriotismo”. Y también lo ha hecho la propia secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, que ha intervenido por la mañana en Mérida (Badajoz) y por la tarde en Talavera de la Reina (Toledo).
Cospedal ha acusado a los socialistas de “deslealtad” por “tirar piedras al crecimiento económico”. “No nos vamos a callar ante la deslealtad del partido socialista, que después de llevar a España a la quiebra, parece que por lo único que tiene interés es que España se hunda para sacar tajada política”, ha arremetido antes de censurar lo que considera “el cinismo de un PSOE que estaba abanderando hace muy pocos días las manifestaciones del Primero de mayo”. A los ataques a los dirigentes del principal partido de la oposición y las referencias habituales a la herencia de la gestión de Zapatero la secretaria general del PP ha añadido una defensa de las medidas de austeridad, esto es, los recortes, “no como una meta sino un instrumento para garantizar la recuperación económica y volver a la senda de la creación de empleo”. “El que dice que no hace falta ser austero y seguir gastando” está, en su opinión, “mintiendo a la sociedad”.
Tras reiterar, al igual que Interior, que el proceso de disolución de ETA no necesita “ningún verificador de nada” más allá de las fuerzas de seguridad y los jueces, la número dos del PP ha tratado de lanzar un mensaje de apoyo a las comunidades autónomas. En este caso hablaba Cospedal como dirigente nacional y mano derecha de Rajoy en el partido ante el debate sobre la devolución de competencias y el descontento de algunos barones que —como deslizaron o trasladaron abiertamente a la dirección en la última reunión celebrada en Génova— se sienten culpabilizados en exceso por el déficit desbocado de sus Administraciones. En este sentido, Cospedal ha asegurado que las autonomías no son “el problema” y que el objetivo es que, al contrario, se conviertan en “parte de la solución”. Aun así, ha insistido en la importancia de cumplir el objetivo de déficit, ya que de sus cuentas dependen las del Estado.
En la misma línea de defensa cerrada de las medidas del Ejecutivo se ha pronunciado esta tarde Carlos Floriano, vicesecretario de Organización y Electoral, en el congreso de los populares extremeños, donde ha afirmado que los españoles votaron al PP para que no tuvieran “complejos” y demostraran “valentía” con las reformas. El número tres del partido se ha dirigido a los afiliados de su tierra, donde ni siquiera llegó a acariciar los éxitos del actual presidente, José Antonio Monago, y en 2007 el candidato socialista a la Junta, Guillermo Fernández Vara, le sacó casi 15 puntos de ventaja en las elecciones autonómicas. Floriano también ha culpado al PSOE de la “herencia de quienes mintieron” y ha ido más allá al asegurar que “hay un denominador común en los Gobierno de González y Zapatero, el que da lecciones, Rubalcaba”. Pese a ello, ha admitido que todos los miembros del PP tienen que “escuchar con humildad” a los ciudadanos para dar “respuestas y soluciones”, sin especificar nada más.