Bocinazos y caceroladas en Buenos Aires contra las políticas del Gobierno
Las concentraciones convocadas a través de las redes toman fuerza en los barrios ricos. Las críticas de las movilizaciones se centran en la supuesta corrupción institucional
Francisco Peregil
Buenos Aires, El País
Alrededor de las nueve de la noche ha comenzado una protesta con bocinazos y cacerolas en varias zonas de Buenos Aires contra la política del Gobierno de Argentina. El cacerolazo fue convocado a través de las redes sociales y ha tenido gran repercusión en los barrios de la zona norte de la capital, los de mayor poder adquisitivo.
"Por una Argentina como la que todos queremos, digamos basta, basta de falta de medicamentos, basta de trabas a las importaciones y exportaciones", se podía leer en distintos mensajes que circulaban por las redes sociales. "Basta de cepo al dólar. Basta de Ciccones [la compañía de impresión de billetes cuya investigación judicial afecta al vicepresidente del Gobierno, Amado Boudou, por supuesto tráfico de influencias]. Basta de violencia verbal. Basta de expropiaciones. Basta de patoterismos [matonismos]. Basta de impunidad. Basta de autoritarismo. Basta de no diálogo. Basta de inseguridad. Basta de corrupción".
La protesta se ha extendido por los barrios de mayor poder adquisitivo de Buenos Aires, como Recoleta, Belgrano y Palermo. Sin embargo, en algunos tweet criticaban el hecho de que la clase más alta protestasen con las "cacerolas que les acababan de lavar el servicio doméstico".
En la confluencia de las avenidas de Santa Fe y Callao, en pleno barrio de Recoleta, uno de los más caros de la ciudad, se fueron congregando decenas de ciudadanos con su cacerolas. Un hombre unos 30 años se dirigió a una señora de unos 60 años:
-¿Por qué golpea la cacerola?
-Vos sos un kirchnerista.
-Sí, lo soy porque ahora tengo un salario digno y hace diez años no lo tenía.
-¿Qué salario? Mirá el país que tenemos -le dijo señalando a su alrededor.
Había decenas de autos en el cruce entre esas dos importantes avenidas de Buenos Aires que tocaban la bocina en señal de desacuerdo con las políticas del ejecutivo liderado por Cristina Fernández de Kirchner.
En otra zona urbana menos pudiente, sin embargo, las protestas no tuvieron eco. En la Villa-21, uno de los lugares más míseros de la capital, no se escuchó ni un cacerolazo. "Eso es cosa de las clases altas de Recoleta", indicó por teléfono Héctor Kopp, miembro de la ONG Vientos Limpios del Sur.
"Cuando usted empiece a oír cacerolas en el conurbano (en el extrarradio de la capital) puede decir entonces que hay graves problemas en el país", dijo Kopp. "Pero eso no es lo que está ocurriendo ahora. No haga caso de Clarín ni de lo que cuente Todo Noticias [canal perteneciente al grupo Clarín que retransmitió en directo momentos de las manifestaciones].
Francisco Peregil
Buenos Aires, El País
Alrededor de las nueve de la noche ha comenzado una protesta con bocinazos y cacerolas en varias zonas de Buenos Aires contra la política del Gobierno de Argentina. El cacerolazo fue convocado a través de las redes sociales y ha tenido gran repercusión en los barrios de la zona norte de la capital, los de mayor poder adquisitivo.
"Por una Argentina como la que todos queremos, digamos basta, basta de falta de medicamentos, basta de trabas a las importaciones y exportaciones", se podía leer en distintos mensajes que circulaban por las redes sociales. "Basta de cepo al dólar. Basta de Ciccones [la compañía de impresión de billetes cuya investigación judicial afecta al vicepresidente del Gobierno, Amado Boudou, por supuesto tráfico de influencias]. Basta de violencia verbal. Basta de expropiaciones. Basta de patoterismos [matonismos]. Basta de impunidad. Basta de autoritarismo. Basta de no diálogo. Basta de inseguridad. Basta de corrupción".
La protesta se ha extendido por los barrios de mayor poder adquisitivo de Buenos Aires, como Recoleta, Belgrano y Palermo. Sin embargo, en algunos tweet criticaban el hecho de que la clase más alta protestasen con las "cacerolas que les acababan de lavar el servicio doméstico".
En la confluencia de las avenidas de Santa Fe y Callao, en pleno barrio de Recoleta, uno de los más caros de la ciudad, se fueron congregando decenas de ciudadanos con su cacerolas. Un hombre unos 30 años se dirigió a una señora de unos 60 años:
-¿Por qué golpea la cacerola?
-Vos sos un kirchnerista.
-Sí, lo soy porque ahora tengo un salario digno y hace diez años no lo tenía.
-¿Qué salario? Mirá el país que tenemos -le dijo señalando a su alrededor.
Había decenas de autos en el cruce entre esas dos importantes avenidas de Buenos Aires que tocaban la bocina en señal de desacuerdo con las políticas del ejecutivo liderado por Cristina Fernández de Kirchner.
En otra zona urbana menos pudiente, sin embargo, las protestas no tuvieron eco. En la Villa-21, uno de los lugares más míseros de la capital, no se escuchó ni un cacerolazo. "Eso es cosa de las clases altas de Recoleta", indicó por teléfono Héctor Kopp, miembro de la ONG Vientos Limpios del Sur.
"Cuando usted empiece a oír cacerolas en el conurbano (en el extrarradio de la capital) puede decir entonces que hay graves problemas en el país", dijo Kopp. "Pero eso no es lo que está ocurriendo ahora. No haga caso de Clarín ni de lo que cuente Todo Noticias [canal perteneciente al grupo Clarín que retransmitió en directo momentos de las manifestaciones].