Obispos preocupados por los conflictos piden diálogo sincero

La Paz, ANF
Los pastores episcopales afligidos por los conflictos sociales que vive el país exhortan al diálogo sincero en busca de soluciones pacíficas que pongan fin al enfrentamiento entre hermanos, también piden defender la vida y censurar todo lo que deshonra al ser humano.
"Una vez más reafirmamos con fuerza que el único camino es el diálogo franco, sincero y transparente, con miras al bien común", puntualiza el mensaje de los Obispos al pueblo de Dios.

"Calumnias, amenazas, insultos y desprestigiar a las personas hacen cada vez más difícil el diálogo, que impide alcanzar el consenso para llegar a una solución justa en el marco del bien común y de la convivencia democrática", señalan alarmados los Obispos.

Los prelados ponen de manifiesto su preocupación por el narcotráfico y la drogadicción creciente, los linchamientos a título de "justicia comunitaria", la violencia física y verbal, además expresan su desasosiego por la manipulación de la justicia y la retardación de ésta.

El mensaje de la 93 Asamblea de Obispos fue leído por el Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), monseñor Oscar Aparicio, que estuvo acompañado por el Presidente de la CEB, Cardenal Julio Terrazas, y el Arzobispo de Cochabamba, monseñor Tito Solari.

"Esta realidad es negación de la Pascua, por eso es un tema de vital importancia que merece nuestra mayor atención y que exige una respuesta perentoria y urgente de parte de todas las fuerzas vivas de la sociedad, en especial de las autoridades", señala el mensaje.

CULTURA ORIGINARIA

Los proyectos de ley sobre derechos sexuales y reproductivos "son un desconocimiento del verdadero significado de los derechos humanos y a la misma cultura de los pueblos originarios", señalan los prelados.

"Nos preocupan los proyectos que se están elaborando sobre los derechos sexuales y reproductivos tanto a nivel nacional como departamental", señala el mensaje al indicar que "la promoción de estos supuestos derechos esconde intenciones contrarias al reconocimiento del auténtico derecho a la vida y sostiene la difusión de contraceptivos y del aborto".

"Vemos como signo de contradicción la presentación de un proyecto de ley que pretende equiparar el matrimonio a la unión de personas del mismo sexo", señalan los Obispos al dejar en claro que "nadie debe ser discriminado en sus derechos ciudadanos. Sin embargo, la institución social del matrimonio debe ser tutelada y promovida por las leyes, como definida en la Constitución Política del Estado".

Para nosotros cristianos "el matrimonio por su propia naturaleza heterosexual es una institución querida por Dios y amparada por su ley", pues, "el matrimonio, engendrando y educando a sus hijos, contribuye al crecimiento y estabilidad de la sociedad, característica que no tiene ninguna otra unión".

LAS DROGAS

Entre los "problemas sangrantes que atentan contra la vida y los valores humanos de la sociedad, destacamos el flagelo del narcotráfico y de la consecuente drogadicción", señalan los Obispos al manifestar su preocupación porque "muchos jóvenes, adolescentes y hasta niños que se han convertido en consumidores de la droga".

"El enriquecimiento ilícito y fácil que proporciona el narcotráfico es una tentación muy fuerte", señala el mensaje episcopal al recordar que las estadísticas muestran el aumento de la "producción y comercialización clandestina de la droga".

"Existe una espiral de violencia y la proliferación del crimen organizado, que no reparan en sembrar la muerte en nuestras calles".

ALARMA

"Nos alarma también el tema de la justicia y la manipulación de la misma por las arbitrariedades que se dan con frecuencia, incluso para atacar a los adversarios políticos y líderes que piensan diferente", señala el mensaje de los Obispos.

Señala que en las visitas a las cárceles "hemos sentido los reclamos por la retardación de justicia, una realidad conocida también por la opinión pública. Muchos hermanos sufren una prolongada detención preventiva más allá de los plazos previstos por la ley, privándoles del derecho a ser juzgados con transparencia y recibir una sentencia justa".

Al señalar que "asistimos a una degradación de la convivencia pacífica del país", los prelados señalan que "pareciera que se ha institucionalizado el recurso a la violencia y a la presión como método de lucha para conseguir aspiraciones, sean o no legítimas".

Se ha convertido en un hecho habitual la "violencia verbal", pues "calumnias, amenazas, insultos y desprestigiar a las personas hacen cada vez más difícil el diálogo, que impide alcanzar el consenso para llegar a una solución justa en el marco del bien común y de la convivencia democrática".

De igual manera, manifiestan la preocupación por la violencia creciente en los barrios de ciudades y pueblos que "hacen patente la inseguridad generalizada que se está viviendo" y llama la atención sobre "la pena de muerte en base a una pretendida y mal entendida "justicia comunitaria".

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