Muere Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos de Argentina
Diseñó la estrategia judicial para volver a encarcelar a la cúpula del régimen militar
Buenos Aires, El País
Si hay una política por la que los Kirchner han recibido elogios de propios y extraños es la de búsqueda de justicia por los crímenes cometidos en la última dictadura de Argentina (1976-1983). Y el brazo ejecutor de esa política fue el secretario de Derechos Humanos de los Gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (desde 2007), Eduardo Luis Duhalde. Este porteño de 72 años murió ayer en su ciudad natal después de más de cuatro horas de una operación por un cuadro de aneurisma de aorta abdominal.
Eduardo Luis Duhalde se distinguió de sus antecesores en Derechos Humanos porque su gestión se comprometió de forma activa como querellante en las causas contra los responsables del terrorismo de Estado que asoló el país sudamericano. También se ocupó de dar ayuda e información a las organizaciones de derechos humanos que llevaban dos décadas pidiendo a los gobiernos democráticos que juzgaran a todos y cada uno de los criminales del régimen militar.
Duhalde, abogado graduado en la Universidad de Buenos Aires, se destacó a principios de los setenta por defender a militantes políticos y guerrilleros que se oponían a la dictadura que rigió entre 1966 y 1973, antes del regreso del peronismo al poder. Duhalde compartía bufete con Rodolfo Ortega Peña, quien fue asesinado por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), fuerza parapolicial de los peronistas de derechas. Duhalde y Ortega Peña habían creado la revista militante Peronista para la Liberación, identificada con el ala izquierda del movimiento variopinto fundado por Juan Domingo Perón, pero también defendían a guerrilleros marxistas.
El fallecido secretario de Derechos Humanos siguió defendiendo a los perseguidos por la Triple A en el Gobierno de Isabel Perón (1974-1976), pero debió exiliarse tras el golpe de Estado del dictador Jorge Videla (1976-1981), que le incautó sus bienes y pidió su captura. Recaló en Madrid, donde su casa fue lugar de encuentro de muchos argentinos de distintas corrientes políticas que habían sufrido la persecución del régimen.
Una vez que regresó la democracia a Argentina (1983), Duhalde volvió a su país. Antes de desempeñarse durante casi nueve años como secretario de Derechos Humanos, había sido magistrado de Cámara de los Tribunales Orales en lo Criminal de Buenos Aires. También fue consultor en derechos humanos de la ONU, profesor de Derecho, Historia y Ciencia Política en diversas universidades e integró misiones de paz en África, El Salvador, Chiapas, Nicaragua, Perú y Colombia. Su libro El Estado terrorista argentino, escrito en 1984, es el más notorio de sus 24 títulos publicados. También dirigió el periódico Sur, que se editó entre 1989 y 1990, cuando el Gobierno del peronista Carlos Menem daba un giro al neoliberalismo e indultaba a los máximos responsables de la última dictadura. En esa función recibió en 1990 el Premio Internacional al Periodismo de la Asociación Pro-Derechos Humanos de España.
A las órdenes de Kirchner, Duhalde diseñó la estrategia judicial para volver a poner tras las rejas a la cúpula del régimen militar y a todos los mandos medios e inferiores del terrorismo de Estado. Fue ejecutor entonces de uno de los pilares de la gestión de los Kirchner, uno de los que les reportó el apoyo de buena parte del progresismo. Duhalde se ganó además el respeto de las diversas organizaciones de derechos humanos, pese a sus diferencias ideológicas. Hace solo una semana, Duhalde había participado de un acto público en solidaridad con el exjuez español Baltasar Garzón. En esa oportunidad, el entonces secretario había destacado la investigación de Garzón sobre los crímenes cometidos por la dictadura de Franco.
Buenos Aires, El País
Si hay una política por la que los Kirchner han recibido elogios de propios y extraños es la de búsqueda de justicia por los crímenes cometidos en la última dictadura de Argentina (1976-1983). Y el brazo ejecutor de esa política fue el secretario de Derechos Humanos de los Gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (desde 2007), Eduardo Luis Duhalde. Este porteño de 72 años murió ayer en su ciudad natal después de más de cuatro horas de una operación por un cuadro de aneurisma de aorta abdominal.
Eduardo Luis Duhalde se distinguió de sus antecesores en Derechos Humanos porque su gestión se comprometió de forma activa como querellante en las causas contra los responsables del terrorismo de Estado que asoló el país sudamericano. También se ocupó de dar ayuda e información a las organizaciones de derechos humanos que llevaban dos décadas pidiendo a los gobiernos democráticos que juzgaran a todos y cada uno de los criminales del régimen militar.
Duhalde, abogado graduado en la Universidad de Buenos Aires, se destacó a principios de los setenta por defender a militantes políticos y guerrilleros que se oponían a la dictadura que rigió entre 1966 y 1973, antes del regreso del peronismo al poder. Duhalde compartía bufete con Rodolfo Ortega Peña, quien fue asesinado por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), fuerza parapolicial de los peronistas de derechas. Duhalde y Ortega Peña habían creado la revista militante Peronista para la Liberación, identificada con el ala izquierda del movimiento variopinto fundado por Juan Domingo Perón, pero también defendían a guerrilleros marxistas.
El fallecido secretario de Derechos Humanos siguió defendiendo a los perseguidos por la Triple A en el Gobierno de Isabel Perón (1974-1976), pero debió exiliarse tras el golpe de Estado del dictador Jorge Videla (1976-1981), que le incautó sus bienes y pidió su captura. Recaló en Madrid, donde su casa fue lugar de encuentro de muchos argentinos de distintas corrientes políticas que habían sufrido la persecución del régimen.
Una vez que regresó la democracia a Argentina (1983), Duhalde volvió a su país. Antes de desempeñarse durante casi nueve años como secretario de Derechos Humanos, había sido magistrado de Cámara de los Tribunales Orales en lo Criminal de Buenos Aires. También fue consultor en derechos humanos de la ONU, profesor de Derecho, Historia y Ciencia Política en diversas universidades e integró misiones de paz en África, El Salvador, Chiapas, Nicaragua, Perú y Colombia. Su libro El Estado terrorista argentino, escrito en 1984, es el más notorio de sus 24 títulos publicados. También dirigió el periódico Sur, que se editó entre 1989 y 1990, cuando el Gobierno del peronista Carlos Menem daba un giro al neoliberalismo e indultaba a los máximos responsables de la última dictadura. En esa función recibió en 1990 el Premio Internacional al Periodismo de la Asociación Pro-Derechos Humanos de España.
A las órdenes de Kirchner, Duhalde diseñó la estrategia judicial para volver a poner tras las rejas a la cúpula del régimen militar y a todos los mandos medios e inferiores del terrorismo de Estado. Fue ejecutor entonces de uno de los pilares de la gestión de los Kirchner, uno de los que les reportó el apoyo de buena parte del progresismo. Duhalde se ganó además el respeto de las diversas organizaciones de derechos humanos, pese a sus diferencias ideológicas. Hace solo una semana, Duhalde había participado de un acto público en solidaridad con el exjuez español Baltasar Garzón. En esa oportunidad, el entonces secretario había destacado la investigación de Garzón sobre los crímenes cometidos por la dictadura de Franco.