Misterios de la Economía

Rolando Morales Anaya
Sobre todo en el plano monetario, observamos algunos fenómenos difíciles de explicar. Uno de ellos se refiere al impresionante aumento de los depósitos en los bancos los que, según el último reporte disponible en ASFI, llegaron la primera semana de febrero de 2012 a $us 10.710 millones, habiendo aumentado en el mes de enero en más de 1.000 millones de dólares.
¿Quiénes son los propietarios de tanto dinero y por qué lo tienen inmovilizado en los bancos cuando las tasas de interés pasivas están muy cerca de cero? El número de cuentas en los bancos ha crecido exponencialmente en los últimos años, pero ello no implica necesariamente que esos depósitos pertenezcan a un gran número de personas o de empresas, pues muchos clientes tienen la costumbre de repartir su dinero en varias cuentas por motivos de precaución. Se menciona que estos depósitos podrían provenir de las exportaciones sobre todo de minerales; mas, corresponde preguntarse si los miles de cooperativistas mineros que constituyen actualmente el sector privado en este rubro usan el sistema bancario y dejan en él sin movimiento miles de millones de dólares. Sin pedir nombres, sería interesante saber qué tipo de empresas, actividades o personas son capaces de acumular tanto dinero en poco tiempo. Hace unos diez años se suponía que Goni era el hombre más rico de Bolivia, con un patrimonio total de $us 200 millones. Hoy día con el proceso de cambio habría varias decenas de ‘Gonis’.

Paralelamente, la poca demanda de crédito a los bancos hace que éstos tengan saldos sin utilizar de más de 2.000 millones de dólares y que mantengan las tasas de interés pasivas en valores próximos a cero para no recibir más depósitos. Pero tampoco hacen nada para tratar de colocarlos; todo lo contrario, mantienen las tasas de interés activas en niveles relativamente elevados, en alrededor del 15% para crédito de consumo y microcrédito y 9% para créditos hipotecarios para la compra o construcción de vivienda. La brecha entre lo que pagan a los ahorristas y lo que cobran a los prestatarios les genera utilidades millonarias de más de $us 200 millones anuales al conjunto de bancos. Las autoridades de gobierno muestran total pasividad sobre esta forma de desequilibrio que perjudica el crecimiento económico.

Fue bien recibida la propuesta del Gobierno de crear un banco de segundo piso (el Banco de Desarrollo Productivo) y paralelamente tomar el control de un banco comercial (el Banco Unión). Con ambas entidades podría ponerse en marcha políticas destinadas a disminuir las tasas de interés activas, fomentando el crédito y, en consecuencia, permitiendo que las tasas pasivas suban. Pero ése es otro misterio de la economía, pues el Banco Unión se conduce exactamente igual que cualquier otro banco comercial haciendo jugosas ganancias. La pregunta es, ¿para qué?

El público muestra una fuerte preferencia por los activos líquidos; es decir, por los de rápida disponibilidad. Ello se traduce en el aumento de depósitos que se pueden convertir en dinero inmediatamente y por una mayor cantidad de billetes y monedas en poder del público. ¿Cómo es que esto no genera inflación? La respuesta es muy simple: la gente no gasta su dinero en la misma proporción que éste aumenta, lo que permite concluir que mucha gente lo guarda debajo de sus almohadas. ¿Por qué no lo invierten?

El proyecto del Gobierno de prestarse en los mercados internacionales $us 500 millones es un misterio más, cuando el sector público no financiero tiene unos 2.000 millones de dólares en el Banco Central como saldo entre sus ingresos y gastos. La baja capacidad de ejecución de inversiones hace que ni siguiera pueda gastar lo que tiene, luego surge la pregunta, ¿para qué quiere prestarse?

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