Los países amigos de Siria promueven un ultimátum contra Bachar el Asad
Buenos Aires, DyN
Bajo fuertes medidas de seguridad y con grandes ausencias, el Grupo de Amigos de Siria se reunió el domingo en Estambul (Turquía) en lo que se esperaba como una reunión vacía de contenido, pero que ha traído sorpresas. La primera, el reconocimiento del Consejo Nacional Sirio (CNS), la organización paraguas que agrupa al mayor número de disidentes, como “el representante legítimo de todos los sirios”. En segundo lugar, la advertencia al Gobierno de Bachar el Asad de que cumpla el plan de paz del enviado especial de Naciones Unidad y la Liga Árabe, Kofi Annan, y que no lo tome como una fórmula para ganar tiempo. “Este es el error que cometimos en Bosnia hace 20 años, donde perdimos a 250.000 personas”, aseguró el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu. La impaciencia era palpable entre los dirigentes reunidos, que pidieron a Annan que fije un plazo para que Damasco cumpla los seis puntos de su plan de paz.
El manifiesto final del Grupo de los Amigos de Siria insta a El Asad a cumplir lo prometido al enviado de Naciones Unidas y a detener el baño de sangre. Visiblemente cansados por los continuos ninguneos del régimen de Damasco a los anteriores intentos de la comunidad internacional por buscar una salida a la crisis siria, los líderes han advertido a El Asad de que se encuentra ante una última oportunidad. “Ha pasado casi una semana y debemos concluir que se suma a la larga lista de promesas incumplidas del régimen”. “No hay más tiempo para excusas y retrasos, este es el momento de la verdad”, aseguró la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, durante la rueda de prensa.
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El régimen de El Asad ha aceptado, pero todavía no ha implementado, el plan de las Naciones Unidas y la Liga Árabe que incluye un alto al fuego, la salida de las tropas de las ciudades y la apertura de corredores humanitarios.
Finalizado este plazo que todavía ha de determinarse, se valorarán nuevas acciones, incluida la vuelta del asunto al Consejo de Seguridad de la ONU. Annan, que no ha podido asistir a la reunión de Estambul, comparecerá hoy ante el Consejo de Seguridad para analizar su misión en Siria.
Durante las seis horas que duró el cónclave, los ataques continuaron a lo largo de Siria. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha cifrado en 41 los muertos durante el domingo. A pesar de que los rebeldes del Ejército de Siria Libre (ESL) aseguraron que dejarían la violencia si la artillería pesada del ejército de El Asad abandona las ciudades, Damasco ha declarado que mantendrá sus tropas en las ciudades por “seguridad”.
En previsión de que el baño de sangre continúe, Davutoglu amparó el derecho del pueblo sirio a defenderse. Una convicción que recoge el comunicado final de la reunión y a la que se refirió el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. “Nadie podrá negarse a reconocer el derecho de legítima defensa del pueblo sirio si el Consejo de Seguridad de la ONU no asume la responsabilidad de actuar”, dijo el líder turco ante los representantes de 80 países. Un derecho que el Grupo de Amigos de Siria apoyará a través de “medidas apropiadas para la protección del pueblo sirio”. Una fórmula poco precisa que los países del Golfo o el Consejo Nacional Sirio podría interpretar como una licencia para financiar o proporcionar armas al ESL, pero que países como Estados Unidos o la UE limitan a asesoramiento técnico, financiación y apoyo logístico.
“El Grupo de Amigos de Siria ofrecerá todo tipo de apoyo para un proceso político pacífico”, apuntó Davutoglu. Un proceso que, según el secretario de Estado de Exteriores español, Gonzalo de Benito, “debería empezar con la participación de Bachar el Asad, pero acabar con su salida”. Para ello, los dirigentes reunidos en Estambul establecieron en la reunión dos grupos de trabajo. El primero, presidido por Francia, estudiará las sanciones contra Siria. El segundo grupo monitorizará la recuperación económica del país bajo la batuta de Alemania y Emiratos Árabes. Por último, el comunicado final hizo un llamamiento para una pausa humanitaria de dos horas al día para hacer llegar ayuda a la población civil.
“Esta es la última oportunidad”, aseguró Mouayad Chozlas, portavoz del CNS. “Si no actuamos con determinación el pueblo sirio va a perder la confianza en la comunidad internacional. Siria es una bomba de relojería a punto de estallar”. La tensión llegó también a las puertas del centro de congreso, donde la policía intervino para evitar el enfrentamiento entre varias decenas de partidarios de El Asad y miembros de la disidencia siria.