La presión de los mercados fuerza a Rajoy a adelantar los planes de recorte

El Gobierno anuncia en una nota un ajuste de 10.000 millones en gasto social

Madrid, El País

La presión de los mercados convierte los días en horas. Tanto, que el nuevo Presupuesto de Mariano Rajoy aún no ha cumplido una semana y ya parece viejo. Solo cinco días después de que Cristóbal Montoro presentara esas cuentas en el Congreso, el presidente anunció ayer, de for
ma inédita, a través de una nota de prensa de La Moncloa sin detalles, un nuevo recorte de 10.000 millones de euros este año en sanidad y educación. La presión de la UE y de los mercados, que han llevado la prima de riesgo de la deuda española por encima de los 400 puntos básicos, ha forzado al Gobierno a acelerar todos sus planes e incumplir varias promesas, entre ellas no tocar el gasto social. Ayer era festivo en casi toda Europa, y el Ejecutivo teme la reapertura de las bolsas y los mercados de deuda de hoy.

El mensaje que traslada el Gobierno en la nota de prensa es clarísimo: el Ejecutivo, frente al temor que parece instalado en los mercados, está absolutamente decidido a cumplir el objetivo de déficit fijado y se pone ya manos a la obra para trasladar a las autonomías esa obligación de recortar.

La capacidad del Ejecutivo para forzar ese recorte autonómico ha sido puesta en duda por diversos analistas internacionales, sobre todo después del fracaso en las elecciones andaluzas, y Rajoy quiere lanzar así un claro signo antes de la apertura de los mercados de hoy: “En los próximos días, las comunidades adaptarán sus presupuestos y actualizarán sus planes económicos”, explica la nota. Y el Gobierno, asegura, revisará en mayo, en un Consejo de Política Fiscal, esos planes de recorte.

Ese mensaje ya había sido lanzado por el ministro de Economía, Luis de Guindos, el hombre designado por Rajoy para mantener un contacto directo con sus homólogos europeos y responsable por tanto de la imagen internacional del Ejecutivo. Ayer insistió en la cadena SER. Pero nada parece suficiente para frenar la presión. Así que menos de una semana después de presentar unos Presupuestos que el Gobierno confiaba en que calmarían las aguas, Rajoy reunió a su equipo económico en La Moncloa para insistir en ese “firme compromiso de reducir el déficit al 3% del PIB en 2013”. Eso implicará en dos años un recorte de 60.000 millones.

Pero tampoco basta con esa promesa. Todos los miembros del Gobierno consultados trasladan una enorme preocupación por la situación de los mercados la semana pasada, que achacan a las dudas sobre el crecimiento en Europa y la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) corte el grifo de la barra libre de liquidez que ha dado aire a España y a otros en los últimos meses.

La inquietud es máxima y las críticas a Rajoy por haber retrasado los Presupuestos y las medidas más duras hasta después de las elecciones andaluzas llegan de todas partes, con el fantasma de la intervención sobrevolando casi cada movimiento del Ejecutivo. Así que el presidente convocó en otra reunión a los ministros de Sanidad y Educación, las dos grandes partidas del gasto social que ocupan el 80% de los Presupuestos autonómicos. Y de esa reunión salió la cifra del recorte de 10.000 millones en estas dos grandes partidas en las autonomías.

La noticia pilló desprevenido a medio Gobierno, que no conocía este plan. Un portavoz gubernamental explicó que ese recorte se tiene que hacer en un año, lo que aumenta su dimensión. En realidad, son las comunidades las que tienen que hacerlo. El Gobierno estaba trabajando con ellas para que mandaran propuestas de recorte, pero nadie quiere asumir el coste político de ser la primera en anunciar durísimos recortes en sanidad y educación. Además, como los Presupuestos se dejaron para el 30 de marzo, no había mucha presión. De hecho, la mayoría ni siquiera han enviado sus propuestas. Ahora, ante la presión, el proceso se acelera y el Ejecutivo quiere reunir en este mes a los consejos interterritoriales de Sanidad y Educación para anunciar estos recortes de forma conjunta y así dar ese nuevo mensaje a los mercados. Encima de la mesa están todo tipo de recortes, especialmente en personal y reducción de servicios, aunque la decisión definitiva se tomará a finales de mes.

Rajoy trata así de mostrar actividad tras la Semana Santa. Sin embargo, lo hace de nuevo sin comparecer, esta vez ni siquiera manda a alguno de sus ministros.

La última vez que el presidente contestó a preguntas fue hace dos semanas en Seúl (Corea del Sur). Desde entonces, ha habido una huelga general, Presupuestos nuevos y durísimos, amnistía fiscal, la prima de riesgo a 400 puntos, críticas de diversos dirigentes europeos a España... Rajoy solo ha hablado, sin preguntas, ante la dirección del PP el lunes y en un mitin en Antequera el miércoles. Hoy comparece en el Senado. El presidente, de momento, y pese a la enorme inquietud que se traslada en el Gobierno, tampoco ha llamado al líder de la oposición.

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