La oposición egipcia denuncia la muerte de un manifestante
Manama, EP
La oposición bahreiní ha denunciado el hallazgo de un cadáver en la localidad de Shajoura que correspondería a uno de los manifestantes que participó ayer en las movilizaciones contra el Gobierno y en las que se produjeron enfrentamientos con la Policía.
El partido Wefaq ha identificado a la víctima como Salá Abbas Habib, de 37 años. Habib, según la versión opositora, formaba parte de un grupo que fue golpeado por las fuerzas de seguridad durante los disturbios.
Su cuerpo apareció en el tejado metálico de un edificio, ha explicado Wefaq, la principal formación chií de Bahréin. El partido ha difundido una fotografía del cadáver en el lugar en que ha sido hallado para certificar su versión.
El Ministerio del Interior ha informado, a través de su cuenta en la red social Twitter, de que ya ha abierto una investigación para esclarecer este incidente.
Los choques coinciden con el Gran Premio de Fórmula 1, que se celebra este fin de semana en el circuito de Shakir. Las autoridades bahreiníes han desplegado decenas de carros blindados en la principal autopista que conduce al circuito, después de que los manifestantes hayan protagonizado nuevas movilizaciones contra el Gobierno durante la noche del viernes.
Los activistas, que han llamado a los "días de la rabia" para este fin de semana, han informado también de que las fuerzas de seguridad han instalado alambres de espinas en algunas zonas de la carretera.
La Policía utilizó ayer gases lacrimógenos para responder a grupos de jóvenes que llegaron a lanzar cócteles molotov contra los agentes para tratar de alcanzar la plaza de la Perla, símbolo de las movilizaciones que el año pasado sacaron a la calle a miles de personas.
Los líderes opositores han aclarado que no tienen pensado convocar grandes marchas para este sábado, pero no han descartado movilizaciones puntuales a lo largo del día.
"El Gobierno está usando la Fórmula 1 para su campaña", pero "no está saliendo como querían", ha indicado el activista Nabeel Rajab. Umm Hussein, uno de los 10.000 manifestantes que se concentraron el viernes en Manama, ha instado a las autoridades a "arreglar el país" antes de organizar cualquier tipo de evento deportivo.
Los manifestantes, principalmente de mayoría chií, culpan a la élite suní de marginarles e impedirles el acceso a trabajos o viviendas. El año pasado, las movilizaciones convocadas en el marco de la 'primavera árabe' y que dejaron 35 muertos, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, obligaron a cancelar el Gran Premio de Fórmula 1.
El Gobierno espera poder utilizar este año la carrera para demostrar que la situación en el país se está normalizando, aunque tan sólo ha facilitado visados a los periodistas deportivos que cubren la Fórmula 1 y no a otros informadores que quieran cubrir el descontento social.
Las organizaciones pro Derechos Humanos han acusado a las autoridades de seguir reprimiendo a los opositores y de no cumplir con las reformas que prometió. Según la oposición, en la última semana han sido arrestados casi un centenar de líderes de la disidencia y más de 50 personas han sufrido heridas en enfrentamientos con la Policía, que ha llegado a realizar disparos al aire como medida disuasoria.
La oposición bahreiní ha denunciado el hallazgo de un cadáver en la localidad de Shajoura que correspondería a uno de los manifestantes que participó ayer en las movilizaciones contra el Gobierno y en las que se produjeron enfrentamientos con la Policía.
El partido Wefaq ha identificado a la víctima como Salá Abbas Habib, de 37 años. Habib, según la versión opositora, formaba parte de un grupo que fue golpeado por las fuerzas de seguridad durante los disturbios.
Su cuerpo apareció en el tejado metálico de un edificio, ha explicado Wefaq, la principal formación chií de Bahréin. El partido ha difundido una fotografía del cadáver en el lugar en que ha sido hallado para certificar su versión.
El Ministerio del Interior ha informado, a través de su cuenta en la red social Twitter, de que ya ha abierto una investigación para esclarecer este incidente.
Los choques coinciden con el Gran Premio de Fórmula 1, que se celebra este fin de semana en el circuito de Shakir. Las autoridades bahreiníes han desplegado decenas de carros blindados en la principal autopista que conduce al circuito, después de que los manifestantes hayan protagonizado nuevas movilizaciones contra el Gobierno durante la noche del viernes.
Los activistas, que han llamado a los "días de la rabia" para este fin de semana, han informado también de que las fuerzas de seguridad han instalado alambres de espinas en algunas zonas de la carretera.
La Policía utilizó ayer gases lacrimógenos para responder a grupos de jóvenes que llegaron a lanzar cócteles molotov contra los agentes para tratar de alcanzar la plaza de la Perla, símbolo de las movilizaciones que el año pasado sacaron a la calle a miles de personas.
Los líderes opositores han aclarado que no tienen pensado convocar grandes marchas para este sábado, pero no han descartado movilizaciones puntuales a lo largo del día.
"El Gobierno está usando la Fórmula 1 para su campaña", pero "no está saliendo como querían", ha indicado el activista Nabeel Rajab. Umm Hussein, uno de los 10.000 manifestantes que se concentraron el viernes en Manama, ha instado a las autoridades a "arreglar el país" antes de organizar cualquier tipo de evento deportivo.
Los manifestantes, principalmente de mayoría chií, culpan a la élite suní de marginarles e impedirles el acceso a trabajos o viviendas. El año pasado, las movilizaciones convocadas en el marco de la 'primavera árabe' y que dejaron 35 muertos, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, obligaron a cancelar el Gran Premio de Fórmula 1.
El Gobierno espera poder utilizar este año la carrera para demostrar que la situación en el país se está normalizando, aunque tan sólo ha facilitado visados a los periodistas deportivos que cubren la Fórmula 1 y no a otros informadores que quieran cubrir el descontento social.
Las organizaciones pro Derechos Humanos han acusado a las autoridades de seguir reprimiendo a los opositores y de no cumplir con las reformas que prometió. Según la oposición, en la última semana han sido arrestados casi un centenar de líderes de la disidencia y más de 50 personas han sufrido heridas en enfrentamientos con la Policía, que ha llegado a realizar disparos al aire como medida disuasoria.