Evo y los elefantes

Humberto Vacaflor
La empresa española Repsol ha sido despojada de YPF en Argentina por una decisión de Cristina Fernández. España ha reaccionado con firmeza ante el anuncio, ha retirado a su embajador de Buenos Aires y si todavía tuviera la Armada Invencible la estaría enviando al Río de la Plata. Y si el Rey Juan Carlos no estuviera ocupado matando elefantes, encabezaría aquella Armada.
Pero, como se sabe, los reyes reinan, no gobiernan. Algo parecido le está pasando al presidente Evo Morales.

En enero pasado, Morales anunció que su gobierno había decidido expropiar (como hace ahora la señora Cristina en Argentina) las acciones de las empresas extranjeras en el campo Caipipendi, incluida la Repsol.

Pero algo raro pasa en el gobierno boliviano que las cosas anunciadas por el presidente no se cumplen. Juan Evo no se dedica a matar elefantes pero está muy empeñado en matar el parque nacional TIPNIS, para lo que ha movilizado a las FFAA en todas sus armas, FFAA que no serán muy invencibles que digamos pero que ahora son muy obedientes.

En todo lo demás, nadie hace cumplir lo que dispone el presidente Morales. Parece que, de tanto hablar, todos los días, tres veces al día, en todas partes, ha cundido la actitud de escucharlo como escuchar llover.

Hace pocos días, la propia Repsol informó que está avanzando en un nuevo pozo en Caipipendi, como si no hubiera pasado nada. La británica BG tuvo una expresión de casi asombro, cuando reveló que desde enero hasta ahora no había cambiado nada en ese campo, y las empresas extranjeras seguían trabajando normalmente, incluida la argentina Pan American Energy.

Antes de partir hacia Cartagena de Indias, el presidente Morales anunció que el contrato con la OAS quedaba cancelado, porque la empresa no había cumplido sus compromisos.

Pues bien, ahora la OAS dice que está trabajando normalmente en la obra que ha sido diseñada para romper el espinazo del parque TIPNIS. Juan Pablo Siles, jefe de comunicación de la empresa brasileña, dice que el trabajo sigue avanzando, sin problema. Nadie hace caso al presidente.

¿Y si se dedicar a matar elefantes? Podría comenzar con los elefantes blancos que creó su gobierno.

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