El "alto al fuego" en Siria comienza con al menos 50 muertos
Washington amenaza con “nuevas medidas” si finalmente fracasa el plan de paz
Damasco, El País
Las balas no callaron el martes como contemplaba el llamado plan de paz de Kofi Annan. Los ataques del Ejército han continuado desangrando Siria sin provocar excesiva sorpresa, debido al recrudecimiento de la violencia de los últimos días. Casi nadie esperaba que el milagro se produjera y que el régimen de Bachar el Asad cumpliera lo prometido y acatara la tregua pactada con el enviado de Naciones Unidas y la Liga Árabe. El Consejo Nacional Sirio que agrupa a los principales grupos opositores denunció que la campaña militar continuó su curso. Los rebeldes contaron al menos medio centenar de muertos en el día en que se suponía que se iban a dar los primeros pasos para lograr un alto el fuego definitivo. “Más tiempo significa más sangre”, indicó Basma Kodmani, la portavoz opositora a los periodistas en Ginebra. La coalición de Kodmani y el resto de opositores aspiran a derrocar al régimen de El Asad para reemplazarlo por una democracia.
En virtud del plan de seis puntos de Annan, que en teoría cuenta con el apoyo tanto de Damasco como de los rebeldes, el martes comenzaría la tregua con la retirada de tropas y dos días más tarde, el cese de las hostilidades debería ser completo. Annan visitó el martes los campos de refugiados sirios en el lado turco de la frontera, donde se han asentado cerca de 30.000 personas huyendo de la violencia. Desde allí, dijo que el Ejército sirio se había retirado de algunas localidades, pero solamente para trasladarse a otros lugares y que por tanto la amenaza no había disminuido. Aún así, el enviado internacional dijo que todavía era pronto para dar por muerto el plan de paz y pidió al Gobierno sirio y los rebeldes el cese de la violencia, que dura ya más de un año.
Siria se empeñó en vano en convencer a sus interlocutores de que la retirada pactada sí se estaba produciendo. Walid Mualem, ministro de Exteriores sirio se encontraba hoy de viaje en Moscú; aliado clave de Damasco en esta crisis. Rusia ha apoyado el plan de Annan, pero se ha negado a apoyar cualquier resolución de condena al régimen en el Consejo de Seguridad de la ONU. Mualem dijo el martes que se habían retirado de “algunas ciudades” y detalló que habían retirado parte de sus tropas de Homs, la ciudad convertida en el bastión de la resistencia y donde la represión gubernamental ha sido especialmente sangrienta. Los grupos opositores aseguraron que al menos 26 personas murieron en Homs por los disparos del Ejército.
Las declaraciones que emanan del Gobierno sirio y que en los últimos tiempos acostumbran a no ser secundadas por los hechos, no consiguieron convencer a los miembros de la comunidad internacional. Washington aseguró que no apreciaba signos de la prometida retirada y advirtió que de incumplir Damasco el plan de forma definitiva, Estados Unidos trabajaría con sus aliados internacionales en “nuevas medidas”, sin dar pistas de a qué medidas hacía referencia la Casa Blanca. El ministerio de Exteriores francés dijo que la supuesta retirada era una “mentira flagrante”.
De fracasar el plan Annan, con el veto permanente de China y Rusia en el Consejo de Seguridad y con la reticencia de buena parte de la comunidad internacional de intervenir militarmente en Siria o incluso de armar a los rebeldes, el margen de maniobra para obligar a El Asad a poner fin a la represión se reduce notablemente
Damasco, El País
Las balas no callaron el martes como contemplaba el llamado plan de paz de Kofi Annan. Los ataques del Ejército han continuado desangrando Siria sin provocar excesiva sorpresa, debido al recrudecimiento de la violencia de los últimos días. Casi nadie esperaba que el milagro se produjera y que el régimen de Bachar el Asad cumpliera lo prometido y acatara la tregua pactada con el enviado de Naciones Unidas y la Liga Árabe. El Consejo Nacional Sirio que agrupa a los principales grupos opositores denunció que la campaña militar continuó su curso. Los rebeldes contaron al menos medio centenar de muertos en el día en que se suponía que se iban a dar los primeros pasos para lograr un alto el fuego definitivo. “Más tiempo significa más sangre”, indicó Basma Kodmani, la portavoz opositora a los periodistas en Ginebra. La coalición de Kodmani y el resto de opositores aspiran a derrocar al régimen de El Asad para reemplazarlo por una democracia.
En virtud del plan de seis puntos de Annan, que en teoría cuenta con el apoyo tanto de Damasco como de los rebeldes, el martes comenzaría la tregua con la retirada de tropas y dos días más tarde, el cese de las hostilidades debería ser completo. Annan visitó el martes los campos de refugiados sirios en el lado turco de la frontera, donde se han asentado cerca de 30.000 personas huyendo de la violencia. Desde allí, dijo que el Ejército sirio se había retirado de algunas localidades, pero solamente para trasladarse a otros lugares y que por tanto la amenaza no había disminuido. Aún así, el enviado internacional dijo que todavía era pronto para dar por muerto el plan de paz y pidió al Gobierno sirio y los rebeldes el cese de la violencia, que dura ya más de un año.
Siria se empeñó en vano en convencer a sus interlocutores de que la retirada pactada sí se estaba produciendo. Walid Mualem, ministro de Exteriores sirio se encontraba hoy de viaje en Moscú; aliado clave de Damasco en esta crisis. Rusia ha apoyado el plan de Annan, pero se ha negado a apoyar cualquier resolución de condena al régimen en el Consejo de Seguridad de la ONU. Mualem dijo el martes que se habían retirado de “algunas ciudades” y detalló que habían retirado parte de sus tropas de Homs, la ciudad convertida en el bastión de la resistencia y donde la represión gubernamental ha sido especialmente sangrienta. Los grupos opositores aseguraron que al menos 26 personas murieron en Homs por los disparos del Ejército.
Las declaraciones que emanan del Gobierno sirio y que en los últimos tiempos acostumbran a no ser secundadas por los hechos, no consiguieron convencer a los miembros de la comunidad internacional. Washington aseguró que no apreciaba signos de la prometida retirada y advirtió que de incumplir Damasco el plan de forma definitiva, Estados Unidos trabajaría con sus aliados internacionales en “nuevas medidas”, sin dar pistas de a qué medidas hacía referencia la Casa Blanca. El ministerio de Exteriores francés dijo que la supuesta retirada era una “mentira flagrante”.
De fracasar el plan Annan, con el veto permanente de China y Rusia en el Consejo de Seguridad y con la reticencia de buena parte de la comunidad internacional de intervenir militarmente en Siria o incluso de armar a los rebeldes, el margen de maniobra para obligar a El Asad a poner fin a la represión se reduce notablemente