Cuatro directores desentrañan la esencia del cine boliviano
La Paz, Página Siete
Una escena del filme Mi socio, dirigido por el ítalo-boliviano Paolo Agazzi.
Los sucesos más importantes de las tres últimas décadas de la historia del cine boliviano serán narrados por cuatro de sus principales protagonistas mediante la colección de libros El cine según' que presentará entrevistas a profundidad a los cineastas Paolo Agazzi, Antonio Eguino, Juan Carlos Valdivia y Marcos Loayza.
Gestionado por el Bolivia Lab, Producen y la Oficialía Mayor de Culturas del gobierno municipal de La Paz, el proyecto prevé la publicación de cuatro tomos en los siguientes meses, empezando en junio con el texto dedicado a Agazzi, mientras que antes de fin de año estará lista la segunda entrega con una extensa entrevista a Eguino.
Fernando Martínez, director de Bolivia Lab, explica que la colección surge ante “la necesidad de registrar la historia del cine nacional, y en este caso vimos que lo mejor era hacerlo a partir de sus mismos protagonistas”.
“La falta de material bibliográfico sobre el cine en Bolivia -agrega- es un enorme vacío que lo sufren sobre todo las nuevas generaciones que tienen derecho y obligación a la vez de conocer cómo evolucionó la cinematografía y todo el esfuerzo que significó”.
Los grandes cambios de tecnología, tendencias y posibilidades en este campo se dieron a partir de las dos últimas décadas del siglo XX, por lo que los gestores de El cine según' consideran que los cuatro realizadores elegidos son altamente representativos, no sólo por lo cuantitativo de su producción en este lapso, sino sobre todo por su relevancia cualitativa.
Para Viviana Saavedra, una de las impulsoras, “los cineastas podemos aprender mucho más de las experiencias de quienes hacen e hicieron cine en Bolivia que de los textos teóricos; estos testimonios son imprescindibles para los nuevos realizadores porque uno no puede hacer algo nuevo si no ve lo que se ha hecho antes”.
El inicio
Para El cine según Paolo Agazzi, Martínez sostuvo 11 reuniones -más de 20 horas de conversación- con el director de Mi socio y Sena quina.
“Agazzi nos habla a partir de lo vivencial, de cómo llegó a Bolivia, por qué se quedó, cómo surgieron sus películas, cuáles fueron los contextos históricos en los que desarrolló su trabajo y cómo fue y es su relación con otros cineastas”.
“La primera parte es muy linda -adelanta- porque Paolo cuenta sus inicios y parece que narrara el argumento de Cinema Paradiso' él vivía en un pueblo chiquito de Italia, donde el único cine era de los curas; ahí fue donde empezó su afición por las películas, sobre todo los western'”.
Para Agazzi -quien afirma que “raras veces revisa su trabajo pasado” pues vive “muy enfocado en el futuro”-, la experiencia de las entrevistas a profundidad con Martínez, plasmadas en un libro de 340 páginas, constituyeron “todo un retorno al pasado”.
“No son muchas las posibilidades que un director tiene de analizar una por una sus obras y explicar cuál fue el origen, cómo se llevó a cabo su preparación, su producción, su filmación... Entonces, ésta también fue una forma de transmitir el conocimiento y la experiencia propias a las nuevas generaciones; no sólo para que conozcan las películas sino la manera en que se encaran los proyectos cinematográficos”.
Una escena del filme Mi socio, dirigido por el ítalo-boliviano Paolo Agazzi.
Los sucesos más importantes de las tres últimas décadas de la historia del cine boliviano serán narrados por cuatro de sus principales protagonistas mediante la colección de libros El cine según' que presentará entrevistas a profundidad a los cineastas Paolo Agazzi, Antonio Eguino, Juan Carlos Valdivia y Marcos Loayza.
Gestionado por el Bolivia Lab, Producen y la Oficialía Mayor de Culturas del gobierno municipal de La Paz, el proyecto prevé la publicación de cuatro tomos en los siguientes meses, empezando en junio con el texto dedicado a Agazzi, mientras que antes de fin de año estará lista la segunda entrega con una extensa entrevista a Eguino.
Fernando Martínez, director de Bolivia Lab, explica que la colección surge ante “la necesidad de registrar la historia del cine nacional, y en este caso vimos que lo mejor era hacerlo a partir de sus mismos protagonistas”.
“La falta de material bibliográfico sobre el cine en Bolivia -agrega- es un enorme vacío que lo sufren sobre todo las nuevas generaciones que tienen derecho y obligación a la vez de conocer cómo evolucionó la cinematografía y todo el esfuerzo que significó”.
Los grandes cambios de tecnología, tendencias y posibilidades en este campo se dieron a partir de las dos últimas décadas del siglo XX, por lo que los gestores de El cine según' consideran que los cuatro realizadores elegidos son altamente representativos, no sólo por lo cuantitativo de su producción en este lapso, sino sobre todo por su relevancia cualitativa.
Para Viviana Saavedra, una de las impulsoras, “los cineastas podemos aprender mucho más de las experiencias de quienes hacen e hicieron cine en Bolivia que de los textos teóricos; estos testimonios son imprescindibles para los nuevos realizadores porque uno no puede hacer algo nuevo si no ve lo que se ha hecho antes”.
El inicio
Para El cine según Paolo Agazzi, Martínez sostuvo 11 reuniones -más de 20 horas de conversación- con el director de Mi socio y Sena quina.
“Agazzi nos habla a partir de lo vivencial, de cómo llegó a Bolivia, por qué se quedó, cómo surgieron sus películas, cuáles fueron los contextos históricos en los que desarrolló su trabajo y cómo fue y es su relación con otros cineastas”.
“La primera parte es muy linda -adelanta- porque Paolo cuenta sus inicios y parece que narrara el argumento de Cinema Paradiso' él vivía en un pueblo chiquito de Italia, donde el único cine era de los curas; ahí fue donde empezó su afición por las películas, sobre todo los western'”.
Para Agazzi -quien afirma que “raras veces revisa su trabajo pasado” pues vive “muy enfocado en el futuro”-, la experiencia de las entrevistas a profundidad con Martínez, plasmadas en un libro de 340 páginas, constituyeron “todo un retorno al pasado”.
“No son muchas las posibilidades que un director tiene de analizar una por una sus obras y explicar cuál fue el origen, cómo se llevó a cabo su preparación, su producción, su filmación... Entonces, ésta también fue una forma de transmitir el conocimiento y la experiencia propias a las nuevas generaciones; no sólo para que conozcan las películas sino la manera en que se encaran los proyectos cinematográficos”.