"Berlusconi está loco por mí. El problema es que soy menor"
Ruby desvela que el ex primer ministro quiso comprar su silencio por cinco millones. 'Il Cavalieri' intenta acercarse a su familia y a su exmujer, Veronica
Roma, El País
Al teléfono, Ruby. La muchacha marroquí a quien presuntamente Silvio Berlusconi indujo a la prostitución cuando era menor de edad, habla con una amiga: “Silvio me llamó ayer y me dijo: te doy el dinero que quieras, te cubro de oro, pero lo importante es que escondas todo, que no digas nada a nadie…”. ¿Qué es lo que tenía que esconder? Ruby, apodo de Karima el Mahroug, sigue al teléfono: “Que voy a su casa, que somos amigos desde hace un año… La gente piensa mal, piensa que una muchacha guapa que va a casa de Silvio y él cada semana le entrega 47.000 euros, es porque habrá hecho sexo, pero no es así. Él está loco por mí, verdaderamente loco por mí”. Todavía al teléfono, ahora con un amigo, la modelo asegura: “Silvio me ha dicho que me haga la loca. Que no cuenta nada. Mi abogado le ha pedido cinco millones de euros por callar”.
La prensa italiana ya había desvelado las conversaciones, interceptadas por la policía en octubre de 2010, cuando Karima el Mahroug todavía era menor de edad. La novedad es que ahora se escucha la propia voz de Ruby, tranquila a pesar del escándalo, confiando entre sus íntimos que no tiene miedo, que —al fin y al cabo— está a punto de lograr lo que siempre deseó: “Dinero y fama”. La joven se compara con otra de las amigas de Berlusconi, Noemi Letizia, pero luego puntualiza: “Solo que ella era mayor de edad y yo soy menor…”. No es un detalle pequeño. Por esa cuestión, el anterior primer ministro italiano está siendo juzgado ahora por un tribunal de Milán, que debe decidir si Berlusconi indujo a Ruby a la prostitución de menores.
El político y magnate viene sosteniendo lo contrario, que todo el dinero que regaló a su corte de jovencísimas amigas fue para salvarlas de la prostitución, primero, y para compensarlas después por el daño sufrido al hacerse público que participaban en sus saraos. Unas fiestas que, según sostuvo recientemente, no eran bacanales ni mucho menos, sino cenas elegantes y distinguidas. Según Berlusconi, los espectáculos de transformismo que puso al descubierto la modelo Imane Fadil —“las chicas se disfrazaban de monja o de Ronaldinho y luego se quedaban desnudas”—, solo eran “concursos de burlesque”, motivados por el “natural exhibicionismo de todas las mujeres”.
De carácter mujeriego y fanfarrón, el dinero siempre fue un factor crucial en las relaciones, decentes o indecentes, legales o ilegales, de Silvio Berlusconi con las mujeres. El anterior primer ministro se sintió protegido durante 20 años por el poderoso blindaje del poder y la riqueza. Ahora, aunque todavía inmensamente rico, el ocaso político lo hace más vulnerable. Tal vez por eso, Berlusconi está intentando recuperar a la familia. Hace unos días, permitió que su segunda mujer y madre de sus tres hijos, Veronica Lario, regresara a la villa de Macherio, de donde salió con cajas destempladas, e incluso compartió una velada familiar. Una bonita imagen que, según la prensa italiana, tiene precio. Berlusconi no ha tenido más remedio que aflojar ingentes cantidades de dinero a Verónica Lario.
Roma, El País
Al teléfono, Ruby. La muchacha marroquí a quien presuntamente Silvio Berlusconi indujo a la prostitución cuando era menor de edad, habla con una amiga: “Silvio me llamó ayer y me dijo: te doy el dinero que quieras, te cubro de oro, pero lo importante es que escondas todo, que no digas nada a nadie…”. ¿Qué es lo que tenía que esconder? Ruby, apodo de Karima el Mahroug, sigue al teléfono: “Que voy a su casa, que somos amigos desde hace un año… La gente piensa mal, piensa que una muchacha guapa que va a casa de Silvio y él cada semana le entrega 47.000 euros, es porque habrá hecho sexo, pero no es así. Él está loco por mí, verdaderamente loco por mí”. Todavía al teléfono, ahora con un amigo, la modelo asegura: “Silvio me ha dicho que me haga la loca. Que no cuenta nada. Mi abogado le ha pedido cinco millones de euros por callar”.
La prensa italiana ya había desvelado las conversaciones, interceptadas por la policía en octubre de 2010, cuando Karima el Mahroug todavía era menor de edad. La novedad es que ahora se escucha la propia voz de Ruby, tranquila a pesar del escándalo, confiando entre sus íntimos que no tiene miedo, que —al fin y al cabo— está a punto de lograr lo que siempre deseó: “Dinero y fama”. La joven se compara con otra de las amigas de Berlusconi, Noemi Letizia, pero luego puntualiza: “Solo que ella era mayor de edad y yo soy menor…”. No es un detalle pequeño. Por esa cuestión, el anterior primer ministro italiano está siendo juzgado ahora por un tribunal de Milán, que debe decidir si Berlusconi indujo a Ruby a la prostitución de menores.
El político y magnate viene sosteniendo lo contrario, que todo el dinero que regaló a su corte de jovencísimas amigas fue para salvarlas de la prostitución, primero, y para compensarlas después por el daño sufrido al hacerse público que participaban en sus saraos. Unas fiestas que, según sostuvo recientemente, no eran bacanales ni mucho menos, sino cenas elegantes y distinguidas. Según Berlusconi, los espectáculos de transformismo que puso al descubierto la modelo Imane Fadil —“las chicas se disfrazaban de monja o de Ronaldinho y luego se quedaban desnudas”—, solo eran “concursos de burlesque”, motivados por el “natural exhibicionismo de todas las mujeres”.
De carácter mujeriego y fanfarrón, el dinero siempre fue un factor crucial en las relaciones, decentes o indecentes, legales o ilegales, de Silvio Berlusconi con las mujeres. El anterior primer ministro se sintió protegido durante 20 años por el poderoso blindaje del poder y la riqueza. Ahora, aunque todavía inmensamente rico, el ocaso político lo hace más vulnerable. Tal vez por eso, Berlusconi está intentando recuperar a la familia. Hace unos días, permitió que su segunda mujer y madre de sus tres hijos, Veronica Lario, regresara a la villa de Macherio, de donde salió con cajas destempladas, e incluso compartió una velada familiar. Una bonita imagen que, según la prensa italiana, tiene precio. Berlusconi no ha tenido más remedio que aflojar ingentes cantidades de dinero a Verónica Lario.