Antiimperialismo en duda

Humberto Vacaflor
En Brasil hay gestos de incomodidad con el tratado trilateral firmado con Estados Unidos y Bolivia para erradicar cocales bolivianos.
De parte de Bolivia, esto tiene visos de violación de la soberanía, además de que se ha pasado por encima del congreso nacional, que debe aprobar todo tratado internacional antes de que entre en vigencia.
El gobierno brasileño, en efecto, está incómodo con este tema.
Esa sería una de las razones para explicar el rostro adusto que tenía Dilma Rousseff en la entrevista que sostuvo el 10 de abril con el presidente Barack Obama en Washington, según una sospecha publicada en Brasil.

Después de conocerse la declaración conjunta Rousseff-Obama, una editorial del diario Valor Económico plantea dudas acerca de los alcances del acuerdo trilateral.

Dice el principal diario económico de Brasil: “Citadas na declaração conjunta, há iniciativas de forte significado, pouco divulgadas, como a ação dos dois países no esforço com a Bolívia para reduzir suas plantações de coca.”

¿Qué alusiones hace la declaración conjunta a “iniciativas de fuerte significado, poco divulgadas” del mencionado acuerdo trilateral del que participa Bolivia?

La versión portuguesa del documento firmado en Washington contiene este párrafo: (Los dos gobernantes) “Encorajaram maior cooperação trilateral em segurança e saudaram o recente lançamento do projeto-piloto de sistema de monitoramento integrado para a redução do cultivo de coca na Bolívia.”

Y la version inglesa: “They encouraged greater trilateral security cooperation and welcomed the recent launching of the pilot project for integrated monitoring system for surplus coca cultivation reduction in Bolivia.”

Es decir que los dos países (Estados Unidos y Brasil) van a alentar una mayor cooperación militar trilateral y dan la bienvenida al recién lanzado programa integrado de supervisión de la erradicación de los cultivos excedentarios de coca en Bolivia.

De todo esto se descubre que el acuerdo trilateral no fue divulgado en Brasil, lo que provoca la observación del mencionado matutino. Mayor razón tendrían los bolivianos para protestar, porque el tratado presenta a los dos países extranjeros en calidad de supervisores de una tarea dentro de territorio de Bolivia.

Correspondería preguntar, en primer lugar, por qué no se conoció el documento, que fue firmado de manera silenciosa y casi subrepticia en la cancillería el 22 de enero pasado. Se sabía que algunos sectores del gobierno boliviano se oponían al acuerdo, y lograron demorarlo durante más de un año.

Pero se está hablando de la participación de dos potencias (éstas de veras lo son) extranjeras en acciones dentro de territorio boliviano.

El tratado debió ser aprobado por el congreso nacional, según lo ordena el artículo 158 de la CPE. Tres meses después de la firma y de su entrada e vigencia, el documento todavía no ha sido remitido al parlamento boliviano. Y en junio, cumpliendo ese acuerdo, habrá un rastrillaje aéreo de la frontera con equipos provistos por Estados Unidos.

¿Se expulsa a la DEA, pero luego se la deja entrar desde Brasil? ¿Es honesto este discurso nacionalista y antiimperialista?

El presidente Morales dice que teme ir a la cárcel cuando deje el cargo por los errores que está cometiendo. En su lista de temas peligrosos deberá añadir éste del tratado trilateral. Es un caso de traición a la Patria. Culpar a sus ministros no le servirá de nada.

Vacaflor.obolog.com

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