Los talibanes atacan una comitiva afgana para vengar la masacre de 16 civiles
Kabul, EFE
Los talibanes atacaron hoy a una delegación oficial afgana y mataron a un policía en la zona del sur de Afganistán donde el domingo se produjo una masacre de 16 civiles que, según aldeanos locales, fue una venganza de militares de EEUU.
El ataque insurgente, que se registró en la provincia de Kandahar, hirió a otros dos policías y a un civil, y se dirigía contra un grupo de representantes oficiales designados por el presidente afgano, Hamid Karzai, para investigar la matanza.
La delegación atacada está integrada, entre otras autoridades, por dos hermanos del presidente afgano, Abdul Qayum Karzai y Shah Wali Karzai, y el gobernador provincial, Turyalay Wessa.
"Salíamos de la mezquita al mediodía (hora local), cuando los insurgentes abrieron fuego contra el grupo oficial", dijo a Efe un líder tribal local, Hagha Lalai Dastgeri, quien añadió que los talibanes dispararon también dos cohetes.
"Los hermanos de Karzai y yo nos alejamos del lugar de los hechos tan pronto como comenzaron los disparos", explicó el cabecilla tribal.
Esta ha sido la primera muestra de la "venganza" prometida por los insurgentes tras la matanza de civiles, entre ellos nueve niños y tres mujeres, perpetrada según la OTAN por un militar de EEUU que sufrió una crisis nerviosa.
La versión aliada fue cuestionada por líderes tribales y vecinos de la zona de Zang Abad, donde ocurrió la matanza, que afirmaron que fue obra de soldados de EEUU que buscaban venganza por un ataque contra un vehículo estadounidense ocurrido la semana pasada.
Un portavoz local, Mohamed Hasán, declaró hoy a Efe que varios militares advirtieron a los vecinos de que tomarían represalias contra mujeres y niños de las zona.
Los aldeanos amenazaron con una "rebelión nacional" si se produce otro incidente armado contra civiles en Kandahar.
Los talibanes afganos emitieron ayer un comunicado en el que juraron "vengar" el asesinato de los 16 civiles y castigar las "acciones bárbaras" de los "invasores".
"Advertimos una vez más a los animales americanos de que nuestros muyahidines (guerreros santos) se vengarán", abundó hoy a Efe un portavoz talibán, Zabiulá Muyahid.
"Con la ayuda de Alá, mataremos y decapitaremos a vuestros brutales soldados en Afganistán", dijo Muyahid, quien rehusó hacer comentarios sobre el ataque de hoy a la comitiva oficial afgana.
La matanza de Pajwai ha incrementado el clima antiestadounidense en Afganistán, ya avivado el mes pasado tras la quema de coranes por soldados de EEUU en la principal base de la OTAN en suelo afgano, Bagram, cercana a Kabul.
Cientos de afganos se manifestaron hoy en diversas ciudades del país, entre ellas Kandahar -en el sur- y Jalalabad -en el este-, donde unos 600 jóvenes gritaron consignas pidiendo que el asesinato de los civiles sea juzgado por los tribunales afganos.
Según fuentes oficiales estadounidenses, el autor de la masacre salió de su base en la madrugada del domingo y atacó indiscriminadamente a los habitantes de varias viviendas de los alrededores.
Aunque su nombre no se ha divulgado y hay una investigación aliada en marcha, medios estadounidenses han afirmado que el autor de los hechos es un sargento de 38 años que pertenece a la Base Conjunta Lewis-McChord, situada a las afueras de Seattle (EEUU).
De esa base, considerada como una de las más problemáticas del Ejército estadounidense, procedían también los cuatro soldados de EEUU condenados por asesinar a varios civiles afganos en 2010 y guardar parte de sus cadáveres como trofeos.
El supuesto autor de los hechos servía por primera vez en Afganistán, aunque había estado en Irak en varias ocasiones.
El presidente de EEUU, Barak Obama, expresó el domingo sus condolencias a las familias de los fallecidos y repudió el incidente, que su colega afgano, Hamid Karzai, calificó de "imperdonable" por tratarse de un "asesinato premeditado".
Por Fawad Peikar
Los talibanes atacaron hoy a una delegación oficial afgana y mataron a un policía en la zona del sur de Afganistán donde el domingo se produjo una masacre de 16 civiles que, según aldeanos locales, fue una venganza de militares de EEUU.
El ataque insurgente, que se registró en la provincia de Kandahar, hirió a otros dos policías y a un civil, y se dirigía contra un grupo de representantes oficiales designados por el presidente afgano, Hamid Karzai, para investigar la matanza.
La delegación atacada está integrada, entre otras autoridades, por dos hermanos del presidente afgano, Abdul Qayum Karzai y Shah Wali Karzai, y el gobernador provincial, Turyalay Wessa.
"Salíamos de la mezquita al mediodía (hora local), cuando los insurgentes abrieron fuego contra el grupo oficial", dijo a Efe un líder tribal local, Hagha Lalai Dastgeri, quien añadió que los talibanes dispararon también dos cohetes.
"Los hermanos de Karzai y yo nos alejamos del lugar de los hechos tan pronto como comenzaron los disparos", explicó el cabecilla tribal.
Esta ha sido la primera muestra de la "venganza" prometida por los insurgentes tras la matanza de civiles, entre ellos nueve niños y tres mujeres, perpetrada según la OTAN por un militar de EEUU que sufrió una crisis nerviosa.
La versión aliada fue cuestionada por líderes tribales y vecinos de la zona de Zang Abad, donde ocurrió la matanza, que afirmaron que fue obra de soldados de EEUU que buscaban venganza por un ataque contra un vehículo estadounidense ocurrido la semana pasada.
Un portavoz local, Mohamed Hasán, declaró hoy a Efe que varios militares advirtieron a los vecinos de que tomarían represalias contra mujeres y niños de las zona.
Los aldeanos amenazaron con una "rebelión nacional" si se produce otro incidente armado contra civiles en Kandahar.
Los talibanes afganos emitieron ayer un comunicado en el que juraron "vengar" el asesinato de los 16 civiles y castigar las "acciones bárbaras" de los "invasores".
"Advertimos una vez más a los animales americanos de que nuestros muyahidines (guerreros santos) se vengarán", abundó hoy a Efe un portavoz talibán, Zabiulá Muyahid.
"Con la ayuda de Alá, mataremos y decapitaremos a vuestros brutales soldados en Afganistán", dijo Muyahid, quien rehusó hacer comentarios sobre el ataque de hoy a la comitiva oficial afgana.
La matanza de Pajwai ha incrementado el clima antiestadounidense en Afganistán, ya avivado el mes pasado tras la quema de coranes por soldados de EEUU en la principal base de la OTAN en suelo afgano, Bagram, cercana a Kabul.
Cientos de afganos se manifestaron hoy en diversas ciudades del país, entre ellas Kandahar -en el sur- y Jalalabad -en el este-, donde unos 600 jóvenes gritaron consignas pidiendo que el asesinato de los civiles sea juzgado por los tribunales afganos.
Según fuentes oficiales estadounidenses, el autor de la masacre salió de su base en la madrugada del domingo y atacó indiscriminadamente a los habitantes de varias viviendas de los alrededores.
Aunque su nombre no se ha divulgado y hay una investigación aliada en marcha, medios estadounidenses han afirmado que el autor de los hechos es un sargento de 38 años que pertenece a la Base Conjunta Lewis-McChord, situada a las afueras de Seattle (EEUU).
De esa base, considerada como una de las más problemáticas del Ejército estadounidense, procedían también los cuatro soldados de EEUU condenados por asesinar a varios civiles afganos en 2010 y guardar parte de sus cadáveres como trofeos.
El supuesto autor de los hechos servía por primera vez en Afganistán, aunque había estado en Irak en varias ocasiones.
El presidente de EEUU, Barak Obama, expresó el domingo sus condolencias a las familias de los fallecidos y repudió el incidente, que su colega afgano, Hamid Karzai, calificó de "imperdonable" por tratarse de un "asesinato premeditado".
Por Fawad Peikar